-Deja Vú. Suele utilizarse el término para graficar aquello de volver a vivir un hecho o cuando una situación se vuelve repetitiva. Deja vú es la sensación predominante que queda luego de haber escuchado o leído el discurso que pronuncio el gobernador en la Apertura de las Sesiones Ordinarias ante la Legislatura provincial. Las mismas frases, los mismos clisés, el mismo estilo de discurso y una pluma que no se renueva en el tiempo y el espacio, fiel reflejo de la anomia institucional y las contradicciones conceptuales y comunicacionales. Por un lado se etiqueta a la gestión bajo un concepto economicista, propio de la década del ‘90, “Entre Ríos, una provincia con valor”, y por otro se reflota esa frase de la renovación peronista de los 80, “Volver a enamorar”. Y ahí está con su rostro barbado salpicado por las canas que no oculta. Es el perfil paternal que se ha propuesto lucir en esta época. Por algo éste es su tercer mandato como gobernador. El hombre sabe colocar cada palabra en su lugar con el timbre adecuado. Cuando habla, Jorge Busti proyecta la imagen de un gran padre que en su regazo mece tierno y cariñoso los proyectos y esperanzas de miles de entrerrianos. Pero ahí nomás, a medio paso, se abre inconmensurable un precipicio y abajo, formando un colorido jolgorio, bailan con los brazos abiertos Degani, Allende, Almada, Engelmann, Castrillón. Prestos a recibir el manojo de utopías y esperanzas. En esos brazos cae el proyecto de ley de Régimen Jurídico Básico, la venia para estudiar un nuevo proyecto de ley para refundar el IOSPER, el proyecto de declarar necesaria y oportuna la reforma de nuestra Constitución, los programas de ayuda social, la refacción de escuelas y hospitales y cualquier idea feliz que puede aparecer en el trajín de los pasillos gubernamentales. Es cierto, cualquier iniciativa pasa por las manos de estos buenos muchachos y ellos definen el destino final.
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-El triángulo del IOSPER. En pleno trajín discursivo la noticia cruzó bancas y despachos; Miguel Sampietro había sufrido una descompostura y era internado en una clínica de Córdoba. El actual interventor sigue la suerte de Marcelo Varrone y de Francisco Medero, vicepresidente y presidente del IOSPER, que también se retiraron del directorio tras severos problemas de salud. De esta manera la conducción de la obra social provincial pasa a competir con el famoso Triángulo de las Bermudas que se tragaba barcos y aviones. Sin embargo, buceando un poquito en el ambiente cotidiano del instituto provincial se pueden encontrar razones más triviales y domésticas que toda la ficción despertada por el cruce misterioso de esa parte del Océano Atlántico. El IOSPER está atravesado por los intereses corporativos de la salud empecinados en imponer un sistema de coloniaje a la gestión que les garantice ganancias impúdicas y por otro, el compromiso del IOSPER con la salud de la familia de los empleados públicos de la provincia, algo así como 250.000 entrerrianos.
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-La Guerra de las Galaxias. Entre la ficción y la realidad, como en la última película de Steven Spielberg, dos mundos en pugna en la realidad de la escena política nacional. Néstor Kirchner representando la posibilidad de construir un nuevo mundo político vs. Eduardo Duhalde, representante del viejo, agotado y viciado mundo pejotista que resiste el hecho de asumir sus culpas y responsabilidades en este destino critico en que desembocamos los argentinos. Según el profesor Norberto Galazo, “lo mejor del proyecto nacional que conduce Kirchner deberá venir después de octubre.”. La gran batalla se libra en provincia de Buenos Aires, pero se refleja hacia nuestra provincia. En esta, que fue la tierra de Urquiza y Artigas, se vislumbran también pequeñas y grandes batallas de la guerra de los mundos; viejas y nuevas formas de hacer política comienzan a enfrentarse.
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-Perfiles. Dentro de un campo minado por un concepto de gestión política que privilegia el pragmatismo tactiquero y que cierra sus más fuertes alianzas con poderosos sectores corporativos no queda espacio para la imaginación y las utopías. A la dirigencia provincial de ATE -que esperó con expectativas este tercer mandato de Busti-, la casa gris se les representa como una lápida sórdida y fría. A cada hora la línea es más hermética y obsecuente. Este paisaje, patético para los sectores que enfrentaron día a día en la calle a Montiel, mirado desde otra óptica no deja de ser un panorama de fortaleza. Busti sin titubeos juega una carta que intuye ganadora. No se deja tentar por ninguna gambeta y con decisión da su apoyo al Presidente Kirchner en momentos que éste tensa al máximo su relación con el ex presidente Duhalde. Sabe que en este cruce de la política argentina los apoyos a la institución presidencial valen mucho.
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-El Nuevo Espacio. Es claro que en política nadie baila solo. Si uno de los actores pretende jugar de una manera es porque visualiza las oposiciones posibles y las chances de sobreponerse a las adversidades. En este caso, en el escenario más general Busti no tiene oposición en este alineamiento. El Nuevo Espacio en el perfil impuesto por su referente más general, Emilio Martínez Garbino, secundado en una alianza fuerte con el ARI de Juan Domingo Zacarías y con el actual diputado nacional radical, Lucio Godoy, no ejerce ningún punto de tensión en ese sentido. Martínez Garbino repite en conciliábulos que su apuesta de crecimiento en lo inmediato está depositada en drenar le hemorragia radical. Este posicionamiento -que en lo íntimo no oculta una mirada critica hacia el kirchnerismo- se disimula hacia fuera con el solo objetivo de que los enfrentamientos con Daniel Irigoyen -kirchnerista confeso- zafen las elecciones de octubre.
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-La autonomía kirchnerista. Entonces, cuando mira a Martínez Garbino, Jorge Busti dulcifica su mirada. No hay nada en esa fotografía que le provoque zozobra. Cristalizado el Nuevo Espacio como proyecto meramente provincial fuertemente adocenado de radicalismo, no representa motivo de preocupación. La piedra la tiene en el zapato. Sabe que Orduna goza de la consideración de un entorno presidencial inconmovible. Carlos Kunkel no necesita la línea de teléfono para saber que lo que hace o deja de hacer es de la consideración del Presidente. Kunkel fue la avanzada de la propuesta que se está cristalizando en provincia de Buenos Aires, donde la cabeza de la movida es nada menos que Cristina Fernández de Kirchner. Las noticias que por estas horas desgranan los principales medios nacionales respecto al virtual enfrentamiento electoral entre los ejércitos kirchneristas y duhaldistas en provincia de Buenos Aires fueron adelantadas por Kunkel hace una semana en Gualeguaychú.
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-Los chicos. Recorrieron ocho provincias y 4.500 kilómetros. Cuatrocientos chicos rescatados de la intemperie social. Vieron un país que desconocían. Contemplaron riquezas que ignoraban. Son la imagen concreta y emergente de un país devastado. En Concordia, que hace 40 años era la ciudad con más futuro de Entre Ríos y hoy es la de mayor desocupación del país, intentaron ingresar a las termas. El periodista Hugo Presuman explica: “Como en los 90 todo se privatizó, los concesionarios se negaron a permitirles el ingreso a esos hijos de la marginalidad y la exclusión. Esos hijos que padecen las consecuencias de un país privatizado y saqueado. A los que les vendieron el futuro antes que ellos nacieran”. Una piba preguntó: “¿La pobreza contamina?” Esos chicos, con pancartas que decían “No nos priven de la alegría”, “Tenemos derecho a crecer sin hambre, a crecer con salud, a crecer con educación”, pasaron por nuestra provincia antes de arribar a la Capital Federal. Allí ocuparon la histórica plaza. Esa donde los argentinos intentamos una y otra vez apropiarnos de nuestra historia, corregir su rumbo. Uno de los chicos dijo: “Soñé con una familia. Soñé a mis padres ocupados. Soñé con una casa grande. Soñé con una habitación para mí. Soñé con un baño dentro de la casa. Con piso. Soñé con un patio grande para jugar a la pelota. Soñé con un barrio con las calles pavimentadas, con una plaza, con una cancha. Soñé con una escuela limpia a la que no se le caiga el techo. Soñé con un país digno, con un país para todos, donde los chicos puedan comer en sus casas. Soñé con un país que no tenga dueño”.
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