Alejo Roa
(enviado especial a Gualeguaychú)

La impactante manifestación de los vecinos en el Puente Internacional San Martín contra las papeleras dejó en claro que a partir del 30 de abril no hay marcha atrás. Ya no hay lugar a los distraídos, es hora de definiciones respecto a un conflicto que logró traspasar las fronteras entrerrianas para trasladarse a ambos países, a partir de la fuerza de 40.000 personas, que prometen ser más.

-Déme dos témperas, que sean bien negras, es para el cártel de los gurises.

El empleado de la librería buscó lo requerido y se lo envolvió en un papel. La abuela, orgullosa, además arengaba para que todos asistieran a la marcha.

El noticiero local había centrado su programación sobre la marcha y apelado a los dueños de los comercios a que cierren sus puertas a las 11 para que puedan concurrir los trabajadores. “Por dos horas menos no se van a empobrecer o por esas horas no se van a hacer ricos”, comentaba el conductor. Un hombre daba los consejos necesarios para la “bicicleteada por la vida”, pero advertía de los más de 30 kilómetros y que era posible sólo para aquellos que estaban entrenados.

Los dos diarios de Gualeguaychú, El Día y El Argentino, le dedicaron la tapa completa y suplementos a la marcha. En el centro los negocios adherían al “Sí a la vida, no a las papeleras” con afiches, como así también varios automovilistas y en no pocas casas relucían las banderas argentinas. Los vecinos que no pudieron concurrir, como así los campesinos que se acercaron a la vera de la ruta, con palmas y banderas también se oponían a las papeleras.

“Con las celulosas y el río contaminado desaparece Gualeguaychú, los carnavales, el turismo, todo”, aseguraba una vecina que se acercó hasta el Puente Internacional General San Martín.

Semejante muestra de unidad se vio reflejada en las 40.000 personas que colmaron los más de tres kilómetros desde el puesto de Gendarmería hasta el sector más elevado del puente. Era envolvente la geografía desde arriba, escenario de la mayor marcha de la historia argentina con motivos relacionados a la ecología, al medio ambiente.

El tema se coló en todos los medios nacionales, explotaron Internet y las radios. También se rememoró la lucha del pueblo de Esquel, ciudad al oeste del Chubut, que marchó incansablemente contra la instalación de una mina de explotación de oro y plata que la empresa canadiense Meridian Gold pretendía emplazar a nueve kilómetros de la ciudad. La empresa planeaba dinamitar varios miles de toneladas de roca por día y utilizar seis toneladas diarias de cianuro de sodio. Los residuos químicos generados iban a ser abandonados en “escombreras” donde el deshielo, la lluvia, el escurrimiento hídrico y los procesos de lixiviación podrían haber contaminado el ambiente y las vitales cuencas de agua de la zona con cianuro y metales pesados. La movilización pudo frenar el avance, dando cuenta que hay ciertos hechos que no se negocian.

La basura del primer mundo

Sobre la costa de Fray Bentos se podía apreciar el puerto privado de una de las firmas y el futuro enclave de las “industrias sucias”. Rápidamente, el intendente de Río Negro -donde se encuentra la localidad de Fray Bentos-, Francisco Centurión, salió a decir en radios uruguayas, luego de la marcha, que estaba motivada “por cuestiones políticas”, intentando desacreditar la contundente negativa de miles de argentinos. Son varias las voces que aseguran que el presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, se encontró con una bomba de tiempo, en medio de un conflicto de la anterior gestión, pero éste no es un tema de hace unos días, sino que ya había habido voces de alerta como lo fue la Declaración de Gualeguaychú (ver aparte) que será entregada al Presidente Néstor Kirchner con más de 35.000 firmas y conflictos diplomáticos con el anterior presidente, Jorge Batlle, un defensor acérrimo de la basura del primer mundo. En ese sentido, el titular de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), Víctor de Gennaro, que participó del acto central, aseguraba que “Tabaré lo dijo claramente en su discurso, que iba a hacer el compromiso por el ser humano, por lo más importante, y lo que está peleando el pueblo de Gualeguaychú y de Fray Bentos es por el ser humano, lo que queda de parte de ellos es hacer esas palabras realidad”.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)