Silvio Méndez
Cuando el común se imagina una escuela situada en una zona de condiciones sociales empobrecidas, esas escuelas llamadas periféricas o a veces “urbano marginales”, muchas veces aparece como una imagen lejana. Acude a la mente esa representación estigmatizada que los grandes medios configuran de los colegios del conurbano bonaerense cuando una noticia policial ocupa por un momento los comentarios anodinos del noticiero. Pero resulta que esas escuelas en ciudades como Paraná, están mucho más cerca de lo que se piensa. Están, como la Escuela Secundaria Nº 3 Monseñor Doctor Abel Bazán y Bustos, exactamente a 10 cuadras de la plaza principal, en pleno barrio El Sol de la capital provincial, a pasos del centro.
Para alguien que no es habitué de esa comunidad educativa, llegar al edificio que comparten con la Escuela Primaria Nº 93 Capitán de Fragata Pedro E. Giachino, es un viaje hacia la frontera. Un viaje a al límite del olvido, donde -como ocurre en muchas escuelas como ésta-, muchos se aferran a ellas para no caer en la barbarie.
Cada jornada, unos 900 estudiantes, entre primarios y secundarios, transitan por esta institución, y unos 250 docentes cumplen trabajo en sus aulas. Es un importante número de personas que todos los días trata de plasmar sus expectativas en la educación pública pero que, al mismo tiempo, todos los días puede írsele la vida misma en ello.
“Yo tengo miedo que algún día pase algo con los tiroteos”, le confiesa a ANÁLISIS Rubén Sola, rector del nivel medio de la Abel Bazán y Bustos. Y detalla que hay horas en las cuales es habitual que el plomo de los disparos por el enfrentamiento entre bandas repiquetee en la planta alta del edificio, lo que obliga a evacuar las aulas afectadas.
El ajuste de cuentas a los balazos entre grupos antagónicos parece ser algo asiduo en los fondos del colegio.
Pero la trama de los problemas que padece la Escuela Secundaria N° 3 es algo más densa. “Yo la califico a ésta como una ‘escuela enclave’, porque está en una comunidad con una problemática social bastante compleja, por lo que se vive en los barrios que rodean a la escuela. Tenemos los barrios El Sol, Libertad, Pirola, y el bautizado El Pozo, que es el asentamiento urbano que está al oeste y norte de la escuela, donde lamentablemente siempre hay conflictos”, plantea Sola.
(Más información en la edición gráfica de la revista ANALISIS del miércoles 7 de junio de 2017)
