Jorge Riani
La palabra podría ser difícil de pronunciar, y quizás no sea del todo aceptable, pero no deja de resultar un intento por definir un proceso con una sola palabra: “desupecenización”. Bueno, para ser más simples, digamos que de lo que estamos hablando es de una política que consiste en quitarle de la mano el control remoto de los hospitales públicos al cuestionado gremialista y diputado provincial José Angel Allende, de UPCN.
Esta revista hizo decena de notas denunciando cómo el gremialista multimillonario ha manejado con discreción absoluta a los hospitales y centros de salud de la provincia, pero incluso al Ministerio de Salud, donde logró sentar en el principal sillón a su amigo y compinche, Ariel de la Rosa.
Cuando hace diez meses, el gobernador Gustavo Bordet anunció el reemplazo de De la Rosa como ministro de Salud, por la magister en gestión de sistemas y servicios de salud Sonia Velázquez, el mandamás de la filial entrerriana de la Unión del Personal Civil de la Nación, el ya mencionado Allende, supo que comenzaba a perder el poder discrecional con el que por años y años manejó cada rincón de los hospitales públicos a los que diariamente acuden millares de entrerrianos.
Decenas de veces hablamos del modo en que la salud pública fue un buen negocio para pocos, o no tan pocos. Negocios con medicamentos, negocios con ambulancias, negocios con horas extras, negocios con sueldos, negocios con insumos, negocios con el manejo de bolsones de suplencias. Todo eso fue objeto de varias notas en ANALISIS.
En la edición del 23 de mayo de 2017, la revista publicó, con firma de este mismo cronista, una nota titulada “El silencio no es salud”. Fue nota de tapa, donde se la tituló como “Patota sindical”. Decíamos entonces: “A los aprietes como práctica política, se suman las recientes andanzas de una patota de UPCN, que logra imponer criterios propios en los hospitales públicos de Paraná. En el Hospital Materno Infantil “San Roque” se denunciaron casos de violencia física y acoso laboral contra enfermeros y empleados de diversas áreas. Eso motivó una actuación interna, mientras se analiza una presentación en la Justicia. El sindicato que maneja de modo personal y discrecional el diputado José Ángel Allende impone su voluntad mediante la fuerza.
Desde las más altas esferas hacen la vista gorda por la sencilla razón de que el ministro Ariel De la Rosa también responde al millonario gremialista-legislador. En ese marco, Allende se apresuró a presentar una Ley de Enfermería en la que intentó posicionar a los institutos de capacitación que también maneja UPCN. Aunque prima todavía el miedo, muchos afectados comienzan a contar el clima de hostilidad en el que viven y desafían las amenazas sabiendo que el silencio ayuda a los apretadores”.
(Más información en la edición gráfica número 1075 de la revista ANALISIS del jueves 5 de abril de 2018)
