Pablo Rochi

¿Qué sensación y qué expectativas despertó en la dirigencia deportiva la aprobación en ambas cámaras de la Ley de Inembargabilidad?
-Esta sanción nos garantiza no estar esperando prórroga tras prórroga, con la incertidumbre que todo ello genera. Nosotros estuvimos reunidos tiempo atrás con Jorge Busti y le explicamos nuestras necesidades para que Diputados apruebe esta ley. Él nos dijo que en algunas cuestiones estaba de acuerdo y en otras no; que para él todo esto era una cuestión de fondo, mientras que para nosotros era una cuestión de forma. De todas maneras, Diputados aprobó favorablemente la ley y esto para los clubes es muy importante. Es saber que las entidades están protegidas en absoluto.

¿Qué va a suceder con los juicios laborales?
-Con la ley definitiva también se cubre a los clubes por juicios laborales. En sí, y que se entienda bien, no es cuestión de que los clubes van a dejar de pagar. En esta nueva ley, que todavía no está promulgada, el juez puede embargar hasta un 20 por ciento los ingresos del club. Las deudas se van a reconocer. Lo que no queríamos es que los clubes tengan que pagar con tierras, con la sede.

Esta ley no es un guiño ideal para aquellos dirigentes que se comprometen y no cumplen a sabiendas de que después la ley los protege
-Va a ser difícil contraer deudas con los clubes. ¿Qué garantía tiene un acreedor si te presta dinero? El club ya no va a poder brindar garantía, la va a tener que buscar en otro lado. Esto sirve para que los dirigentes no comprometan al club si, por ejemplo, van a solicitar un crédito; que la garantía surja por la respuesta del mismo directivo, sin interponer el club. Las responsabilidades deben ser dirigenciales, y si tienen que responder con sus bienes, que lo hagan.

En Palermo hubo una secuencia de dirigentes que asumieron como presidentes y prometieron pagar la deuda con la financiera. Nunca la cancelaron. La irresponsabilidad mayor la tuvo Adalberto Battauz, quien pidió el crédito y no cumplió. ¿Y el resto de las comisiones qué asumieron posteriormente?
-Lo que pasa que Palermo en este último tiempo tuvo cuatro juicios, y tres de ellos los pagaron. El resto tuvieron voluntad de abonarlo pero no pudieron. Acá el que se tiene que hacerse cargo es aquel dirigente que solicitó el crédito, no pagó y puso en peligro el club. Estamos hablando de 300 pesos por mes, que en aquel entonces no era poco, pero totalmente pagables. Encima, ellos, que fueron los culpables de esta situación, ni siquiera se presentaron en estos días para dar una mano, para decir “perdón, no pude pagar pero me pongo a su disposición”. No puede pasar eso. Ninguno de aquella gestión se hizo presente a colaborar. Me pregunto, ¿a esos dirigentes ahora no les interesa el club? ¿Por qué antes sí y ahora no? Es una vergüenza.

¿Cuánto hay de irresponsabilidad dirigencial y cuánto de desconocimiento en trabajar como dirigente de un club?
-Lo que pasa es que la irresponsabilidad va de la mano del desconocimiento. Estamos hablando de que en la actualidad, para administrar un club, lo debemos hacer como si fuese una empresa. Hoy no alcanza con las ganas de ir a trabajar porque al club le falta una puerta o se rompió una canilla. Actualmente un dirigente debe estar mucho más preparado. Debe sí o sí estar asesorado por un abogado o un contador, consultarlos permanentemente. Hoy un contrato con un cantinero ya te trae miles de problemas, por darte un ejemplo.

(Más información en la edición gráfica de ANÁLISIS de esta semana)