Silvio Méndez
El cuarto aniversario de la revista Barriletes no ha sido sólo un motivo para el festejo de sus mentores y partícipes por un año más de continuidad. Este proyecto que nació como un modo de aportar una opción de ingreso económico a adolescentes y familias desocupados, ha tomado un alcance y proyecciones no previstas en un principio. En un proceso que va afirmando la publicación como un medio de comunicación social reconocido en la ciudad, el quipo coordinador prepara nuevas actividades en post de ampliar y reafirmar los propósitos de la organización. En este sentido, se van forjando ideas para coordinar con otros actores que no están exentas de un debate propio del pensar e ir haciendo un espacio que pretende establecer una lógica distinta de vínculo y organización social.
El que se cumplió el mes pasado no parecer ser un aniversario más para la revista Barriletes. Entre la festividad y alegrías propias de sus mentores y beneficiarios por un período más en la vida de una idea que aspira a contribuir a la generación de un ingreso a jóvenes desocupados, vientos de cambios y replanteos soplan con aire renovado para el proyecto. Los nacientes horizontes parecen estar perfilados por el hecho de la paulatina pero firme consolidación de la revista como medio de comunicación y la convicción del grupo organizativo sobre la necesidad de acrecentar redes y actividades con otros actores de la sociedad para ampliar los alcances de los objetivos trazados. Sin dudas, generar un espacio para el “trabajo y cultura solidaria” no está exento de las dificultades propias de condiciones de la Argentina contemporánea. Condiciones que se hacen sentir, por ejemplo, en la cantidad de vendedores reales de la publicación, cuando su participación merma notablemente en las etapas de reparto de bolsones oficiales o partidarios. Asimismo, el planteo de Barriletes también es producto de reflexión de sus mentores, tanto en el financiamiento como del lugar que ocupan en la sociedad, y al que aspiran tener.
En diálogo con ANALISIS, Juan Martín Basgall, coordinador del Área de Comunicación de la revista, expuso el particular momento del proyecto, de festejo y redefinición de propuestas. En este sentido dijo que para este cumpleaños “nos sorprendió la heterogeneidad de la gente que se acercó”. Junto a los organizadores, las familias que distribuyen el material, hubo un encuentro con los colaboradores, funcionarios, dirigentes sociales y simpatizantes de diversas procedencias. “Quizás nos dimos cuenta en el festejo de que esto era parte de la identidad de Barriletes. El poder cruzar lenguajes, pautas culturales que, por lo menos en una noche, se pueden compartir. Había autoridades mezcladas en la fiesta con gente que venía de los barrios, que les cuesta mucho acercarse al centro. Esto por ahí no hizo caer las fichas respecto a lo que promovemos. Es como el primer punto para construir algo, chiquito y paciente, por lo menos conocernos, intercambiar cosas. Esto ocurre hacia adentro y lo bueno es que hacia afuera puede empezar a reflejarse”. En esta línea, y en una suerte de retrospectiva, Basgall precisó que con “la idea con la que nació esto, nadie se imaginó el crecimiento ni para dónde iba a disparar el hecho de hacer una revista. Todo lo que surgió después fue nuevo. De alguna manera deseado, pero tampoco en su momento se planificó el hacer una revista, después esto, luego lo otro. Se fue dando, sumando gente, dando oportunidades, las fuimos tomando, a veces apresuradamente, con mucho debate entre nosotros, pero es como un aprendizaje y una tensión porque quizás estamos en una etapa. Tras cuatro años, se lograron algunas cosas, se puede avanzar en otras y hoy tenemos que definir más fuertemente qué queremos hacer como organización. Todo lo que fue apareciendo que era la revista, fueron necesidades que fuimos viendo en el momento, que la gente del equipo vio. Por ahí estamos en este punto de poner más en claro ese punto, además de sostener lo que es la revista y otros espacios que ya han aparecido. También en términos políticos. Qué papel podemos jugar en Paraná, la región, como organización, hasta qué punto estamos dispuestos a intentarlo”, describió.
En términos generales, los organizadores se muestran conformes con el objetivo base de instalar una revista como un modo de que grupos de familias sin trabajo puedan tener una alternativa laboral y obtener un ingreso, así como ser reconocidos como un medio de comunicación social. Igualmente, más allá de haber consolidado un colectivo y un proyecto, creen que aún falta un camino por recorrer y crecer. Aprovechando este momento de impulso, Basgall apuntó a la idea de “consolidar otros espacios laborales, de expresión y participación no sólo con las familias involucradas con la venta de la revista, sino articulando más efectivamente con otras organizaciones y proyectos para poder ampliar la escala de lo que uno hace. Tanto lo que es la problemática de la pobreza y sus derivadas, lo fundamental es empezar a pensar en escala. Sabemos que con 50 familias en Paraná, con esos números no van al fondo de la cuestión de la pobreza y la exclusión. Queremos empezar a trabajar para ir subiendo en la escala y necesariamente tenemos que articular con otros actores sociales, otras organizaciones, con el Estado, y encaminarnos hacia eso como organización, con proyectos de expresión, comunicación, educación y laborales”, indicó.
Por su parte, Rubén Camiolo, del Área de Gestión de Recursos de Barriletes, mencionó que “el crecimiento nos fue marcando, la demanda y la posibilidad de generar cosas nuevas. La revista es la cara visible, pero acá hay seis proyectos más. Por eso luego de esta primera etapa que podemos considera de laburo, estamos atendiendo ahora esta historia de poder articular en red para afuera. Buscar una escala diferente, porque, en definitiva, el objetivo político de la organización es poder entrar a incidir en políticas públicas. No es salvarles la vida a los 107 vendedores acreditados de la revista que tenemos; es de algún modo generar o construir poder, pero articular con otros. Cosa que venimos haciendo, pero ahora estamos apuntando a sistematizarlo de modo de poder generar una masa que nos dé capacidad de incidencia real, sin desatender la cuestión fundante de la revista de calle. Instalarse como medio de comunicación y generar contenidos que puedan arribar a nuestros consumidores, sectores medios, nuestros lectores, una mirada distinta respecto a esta problemática que, en líneas generales, no es atendida por otros medios locales. Creo que ese objetivo está bastante logrado y apuntamos a sostenerlo. Bueno, estamos en esta instancia de terminar de definir el proyecto global y cómo terminamos de concretar, articular y sistematizar nuestra vinculación con el Estado, la universidad, las organizaciones de la sociedad civil, vecinales, la escuela pública, desde el sentido de nuestro proyecto”, puntualizó.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
