Florencia Penna

Grupos de Brasil, Uruguay, Chile y Argentina se presentarán en ciudades de Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba en el marco del V Festival de Otoño, organizado por Teatro del Bardo y la Red Cultural del Mercosur. Se desarrollará desde hoy hasta el 23 de octubre, a través de un Corredor Geográfico Cultural Mesopotámico (proyecto compartido por ambas agrupaciones), que este año incluye Rosario del Tala, Maciá, Nogoyá, Crespo, Paraná; Santa Fe, Santa Rosa de Calcines, Sunchales; Río Cuarto, Coronel Moldes, Vicuña Mackena. En la edición pasada se inició “la construcción de un circuito cultural, conformado por diversas ciudades de la región, dispuestas a abrir sus puertas al intercambio”, dijo Valeria Folini, integrante de Teatro del Bardo. Se trata de “pequeños senderos diseminados en una región, a través de los cuales circulan los eventos artísticos y culturales de nuestros países. Fundando un espacio de reconstrucción de una identidad latinoamericana y estableciendo nuevas conexiones insospechadas entre pueblos vecinos”.

-¿Qué cambios trajo esta edición?
-Cambió mucho por distintas cuestiones organizativas. Y porque también lo hizo el panorama teatral argentino. El Festival de Otoño se inició hace cinco años cuando Teatro del Bardo se instaló en Paraná, cuando veíamos que el teatro independiente del país no pasaba por acá como una plaza más. Estaba lo comercial o el teatro oficial. Entonces para nosotros y desde un lugar egoísta, queríamos cubrir eso, trayendo grupos que necesitábamos ver para seguir formándonos, y pensamos que la forma era organizar el festival y compartirlo con la ciudad. Hoy nos parece que eso ya no es necesario, que los grupos pasan por distintas cuestiones. Creo que el Instituto Nacional del Teatro, con su programa de giras, tiene mucho que ver; hay más apoyos, los grupos buscan lugares adónde ir. Y podemos ver espectáculos de teatro independiente de Córdoba, de Buenos Aires.

-Entonces expandieron el festival…
-Bueno, por otro lado formamos parte hace tres años de la Red Cultural del Mercosur. Su proyecto de corredores no viene a inventar nada, esto se ha hecho desde siempre. La gente de teatro ha construido circuitos, tiene unos propios u otros institucionalizados donde girar. En Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba son distintas las realidades, pero en nuestra provincia están poco aceitadas estas prácticas, sobre todo con los lugares chicos. Y nos pareció que ahora podríamos empezar a trabajar en esa dirección. Llevar teatro, latinoamericano en este caso a partir de la Red, a lugares donde si bien hay teatro, es difícil que pase un grupo a hacer una gira, sobre todo extranjero, como antes sucedía en Paraná.

-El festival ya no es sólo de la ciudad.
-Claro, como evento de la ciudad deja de tener sentido. Los espectáculos pasan por Paraná pero ninguno va a una sala convencional. Trabajamos en el penal, en una cooperativa (Vicoer) y en escuelas. Nos parece que lo mejor es que tenga la impronta de nuestro grupo, que por lo general va a buscar públicos. Si bien estuvimos muchos años anclados en La Hendija siempre nuestro teatro fue itinerante. Y son dos formas de ver el teatro que no se repelen, pueden ser complementarias pero son distintas. Una es estar en una sala y esperar a que la gente venga y otra es ir a donde está la gente. Ir a las escuelas, a las cárceles o a otro tipo de lugares no convencionales.

-Y en ciudades pequeñas.
-Es el resultado del trabajo en la Red. Desde noviembre del año pasado tenemos la coordinación nacional, que parece un nombre re pomposo pero se trata de que la información circule por todos los nodos. El corredor mesopotámico ya responde a otra geografía, ahora se nos va hasta la cordobesa Vicuña Mackena. Resultó por contactarnos con gente que ya organizaba mini-circuitos en sus zonas. Por ejemplo, cuando va un grupo a Río Cuarto, que sería como la base de todo lo que es Córdoba, esta gente intenta llevarlo a otros lugares. Con ellos tratamos de articular.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)