Más de 30.000 mujeres de todo el país se dieron cita en Mar del Plata para asistir al encuentro nacional, en el que se desarrollaron 150 talleres sobre 47 variados temas. Allí se presentó la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito (que ha recibido la adhesión de cientos de organizaciones), lanzada el 28 de mayo (Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres) y que culminará con una marcha federal hacia el Congreso de la Nación el 25 de noviembre (Día de la No Violencia contra la Mujer). También se realizó la gran marcha del encuentro, manifestándose a favor de la despenalización del aborto y contra todo forma de discriminación a las mujeres. Un grupo de paranaenses estuvo presente y compartió la experiencia con ANALISIS, en tiempos donde las operatorias pretenden desandar los avances en materia de educación sexual en la provincia, y donde la mayoría de los candidatos para estas elecciones arguyen como “propuesta” manifestarse “por la vida” o “por la familia”, demostrando un desconocimiento absoluto e irresponsable al respecto.

Florencia Penna

Unas paranaenses de variada edad se encontraron en junio y acordaron asistir al XX Encuentro Nacional de Mujeres que se realizara del 8 al 10 de octubre en Mar del Plata. Algunas adhieren a la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), desde donde surgió la invitación), otras a la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina (Ammar), al Partido Comunista (PC), y las hay independientes también. Todo iba bien hasta que advirtieron que no tenían dinero para enfrentar los gastos, e inmediatamente se arremangaron y se pusieron a trabajar. Se sucedieron desde entonces bingos, encuentros de chin-chon, venta de tortafritas y pastelitos, hasta una peña, con el objetivo de reunir el dinero para solventar el transporte. “A lo último vendíamos pasteles en la costanera. A su vez cada una colaboraba con lo que podía”, comenta Silvia Altamirano.

-¿Cuántas pudieron juntar el dinero?
SA:-No todas porque el grupo de Ammar está formado por compañeras desocupadas, trabajadoras sexuales de muy escasos recursos por lo cual están haciendo ese trabajo. Llegamos a un acuerdo, que las que poníamos el dinero también colaborábamos en las actividades para que pudieran ir. La preocupación de la organización era que fueran porque las enriquecería. Y vieron que con la participación en los encuentros de mujeres eso sucede. Eran objetos y terminan siendo sujetos, es un descubrimiento hermosísimo. Y nosotras nos enriquecemos con la participación y estando juntas.

-¿Por qué les interesaba?
Natalia Salcerini:-La temática del encuentro no era para desaprovechar, sobre todo porque las mujeres de este grupo pertenecen a una clase que no suele tener un acceso a la educación. Y ellas mismas están interesadas por ver que las enriquece y las ayuda a crearse como personas, como mujeres, a empezar a defender sus derechos, a ver en qué posición se encuentran dentro de la sociedad.

Elba Arelliano:-Queríamos que fueran más mujeres de Ammar. Hay tres personas que han hecho un par de viajes nomás, otras no han ido nunca. Las ayudamos a trabajar para que pudieran ir, para que aprendan más y puedan defenderse. Y las vamos a seguir ayudando.

-¿Se integraron los grupos que formaron la delegación?
SA:-Sí. Y dio lugar a hermosísimas experiencias. Fueron dos compañeras docentes que jamás habían viajado, de Ceibas. Una de ellas tenía muchos complejos, nunca había estado en un grupo y cuando volvimos hizo una manifestación de agradecimiento por haber podido desarrollarse como persona. A pesar de ser docente no había tenido la oportunidad. Trabajar en grupos hace al enriquecimiento de lo colectivo. Y esta forma de viajar y organizarse dio lugar a la solidaridad que, descubrimos, es colectiva. Hizo que nos moviéramos y tuviéramos iniciativas en conjunto para no dejar de ir. Había que ir. Unas se repartieron las tareas, otras buscaron un aporte. Cuando hicimos la peña fue un trabajo colectivo y solidario, casi desconocido dentro de este tipo de sociedad.

EA:-El grupo que nos tocó fue muy bueno, fuimos 16 mujeres. Aprendimos mucho, y supongo que ellas también. En los barrios que he trabajado siempre hemos sacado muchas mujeres.

-¿Cómo hacen esa labor?
EA:-Para llevar mujeres a una reunión es muy difícil. Tenés que trabajar mucho. Porque no es decirle “vamos a Mar del Plata”. Hay que prepararlas, para qué van a ir, que vayan pensando. Y también que piensen cómo van a encontrar a los hombres a la vuelta. Es muy difícil. Para mí no lo fue porque yo vine de un partido político del cual aprendí mucho, y estaba bastante preparada. Pero vos entrás a los barrios y le hablás del aborto a una mujer que va a la iglesia y es horroroso.

-No siempre las dejan ir a un congreso, ¿no?
EA:-Yo me encontré hace años con una de Santa Fe que el marido no la dejaba y ella fue igual. Cuando él se durmió, abrió la ventana, tenía el bolsito pronto, y se fue. Decía que a la vuelta no sabía lo que le iba a pasar, pero ella fue. En otras oportunidades algunas de Ammar han tenido problemas con los hombres a la vuelta. Tenés que tener un hombre bueno para que te deje ir. Yo digo que voy y lo hago, pero ya soy grande y aprendí mucho. Pero para una mujer que está empezando es difícil.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)