Sandra Míguez
El informe periodístico de ANALISIS respecto del intento de apropiación de un bebé en el Barrio Pagani de Paraná, en el cual estaría involucrado personal del centro asistencial, motivó una serie de reuniones de carácter urgente esta semana, convocadas por las autoridades del Ministerio de Salud y Acción Social. El objetivo: encontrar una salida decorosa a lo que comenzaba a ofrecerse como un nuevo escándalo. Primero se habló de la renuncia de la doctora Claudia Enríquez por haber desestimado y tratado de ocultar la denuncia realizada por el titular del Centro de Salud Pagani, el doctor Alfredo Sors. Sin embargo, el engranaje de poder funcionó una vez más para sostener a la ahora removida funcionaria, que pasó a ocupar el lugar que desempeñaba su sucesora.
El informe “Mercado libre”, publicado en la edición anterior de ANALISIS, permitió conocer cómo el director del Centro de Salud Pagani, doctor Alfredo Sors, debió recurrir a la Justicia el 14 de octubre para formular una denuncia por intento de expropiación de un bebé. Como Sors no encontró respuestas por parte de la directora de Atención Primaria, Claudia Enríquez de Izza, decidió hacer la correspondiente denuncia, que quedó plasmada en el expediente Número 39.866 bajo la carátula “Sors, Alfredo s/denuncia” ante la Fiscalía Número 2, a cargo de la doctora Laura Cattáneo, y ante Héctor Toloy, titular del Juzgado de Instrucción Número 6 que por esos días se hallaba de turno.
“Sólo hice lo que era mi deber”, sostuvo Sors al ser consultado por este medio luego de la denuncia formulada en la Justicia y tras haber soportado el ser increpado duramente a raíz de este tema. La directora de Atención Primaria había desestimado su denuncia, por lo cual Sors no encontró otra salida que la de dirigirse a la Justicia.
Ni bien la noticia tomó estado público -a través del informe publicado en este semanario- fue la propia funcionaria quien se vio obligada a distribuir un comunicado a través del área de prensa del Ministerio de Salud y Acción Social. Allí se sostenía: “La Dirección de Atención Primaria dependiente de la Secretaría de Salud comunica, con respecto a la información de público conocimiento, en referencia a la denuncia interpuesta por el director del Centro de Salud Pagani, que se procedió a dar curso al procedimiento administrativo correspondiente”.
Sin embargo, el comunicado fechado el viernes 4 de noviembre intentaba tapar con el dedo lo que hacía más de 20 días había sido comunicado por el doctor Sors.
A partir del mismo momento en que comenzó a circular la información, quienes se vieron afectados por la noticia desataron una serie de maniobras y operatorias políticas para tratar de frenar lo que ya había sido anunciado por el gobernador Jorge Busti: el recambio de funcionarios en áreas sensibles donde el Estado debía reforzar su política, algo que a pesar de los anuncios se demoró en el tiempo, con lo cual se desnudaron los mecanismos para intentar apoltronarse en los sitios de poder.
Asimismo, mientras por un lado se distribuía el comunicado oficial y el ministro de Salud, Gustavo Bordet, salía por algunos medios a admitir la conflictiva situación suscitada y a brindar su apoyo al doctor Sors por asumir valientemente el compromiso de denunciar el hecho; por el otro, la doctora Enríquez sostenía ante algunos medios que sólo se trataba de “habladurías”, para agregar: “No me consta que haya sido lo que el médico dice que es. Tengo entendido que es una chica que manifestó en el centro de salud la intención de dar a su bebé porque no lo podía tener y trataron de darle una ayuda social y económica; a partir de allí empezaron a correr una serie de chimentos que no me consta que son todo lo que dicen".
Las palabras de Enríquez sonaron, una vez más, desatinadas cuando desde el Ministerio de Salud se procuraba hacer frente a la situación y respaldar la denuncia efectuada por Sors. Fue el director del Centro de Salud Pagani, que hasta ese momento no había brindado ninguna nota, salvo la consulta formulada por este medio, el que salió al cruce de la directora. “No he actuado de otra forma que no sea dentro del marco de la ley", dijo, para agregar que "los términos de habladurías que manifestó Enríquez resultan desacertados y no serios".
El profesional con más de 20 años de servicio y reconocido por sus pares por su tarea humana, explicó que “en protección del destino de las personas, hechos como los que llegaron a mi conocimiento sobre los destinos de un recién nacido merecían y merecen ser tratados con responsabilidad, seriedad y celeridad a los fines de evitar males mayores".
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
