Jorge Riani
Endeudamiento, incremento de personal en la administración pública, dependencia del Estado Nacional, disminución de la capacidad recaudadora propia, caída en la inversión en obras públicas, reafirmación de la política de asistencialismo, cesión de superpoderes a la cabeza del gobierno. El Presupuesto 2006 para la provincia de Entre Ríos muestra -como una fiel radiografía expresada en números- los senderos por los que transita una gestión pública a la que no le incomoda el papel de administradora contable que sólo paga deudas y sueldos y que cobra impuestos.
Un técnico economista entrerriano una vez dijo que en los presupuestos provinciales, los gobernadores dejan la huella indeleble de sus obras y sus desobras. La exactitud de una ciencia, deja al desnudo una realidad que los discursos políticos intentan mostrar de otra manera, modelando palabras para eclipsar los números.
Del mismo modo que con fórmulas matemáticas se puede explicar por qué un avión se mantiene en el aire, observado las planillas del Ministerio de Economía y Hacienda se puede ver qué significaron cada uno de los tres gobernadores de la democracia para esta provincia. Saltará así el gasto desenfrenado de las dos gestiones de Sergio Montiel, la bancarización de las deudas con el brutal crecimiento de intereses en los primeros períodos de gobierno de Jorge Busti, y la resignación de recursos a favor del Estado Nacional durante el mandato de Mario Moine.
Lo que siguió fue el intento desesperado del Estado entrerriano por seguir existiendo, y así lo reafirma el proyecto de Presupuesto para el año 2006 que actualmente se encuentra bajo tratamiento de la Legislatura entrerriana. Este es el segundo año en que la actual gestión cumple en término la remisión de la ley de leyes para que la traten los diputados y senadores de la provincia. A juzgar por la confección de ese compendio de nombres de reparticiones y cifras, no tiene por qué ser de otra manera.
Los datos básicos dirán que el Presupuesto 2006 fija como la totalidad de recursos la cifra de 3.482.650.000 pesos. De ese número, los recursos corrientes equivalen al 90,9 por ciento, con 3.165.805.000 pesos, mientras que los recursos de capital significan el 9,1 por ciento, con 316.845.000 pesos.
“Este Presupuesto, puede decirse que lo único que ha cumplimentado, es la presentación en término. En tanto, se repiten los esquemas básicos donde la mayor parte de los fondos están puestos para garantizar los gastos corrientes”, cuestionó el presidente del bloque de diputados de la Unión Cívica Radical, Fabián Rogel.
Entre las verdades que revela el Presupuesto provincial se destaca la inexistencia del federalismo como sistema de funcionamiento y relación entre los estados provinciales y la Nación. Es una mentira clara que exista un sistema federal, y así queda expresado en un ejercicio fiscal para el próximo año que demuestra la dependencia total de Entre Ríos de los humores centralistas.
Concretamente hay una dependencia del Estado Nacional del proceso de coparticipación que subirá en 400 millones de pesos. Los recursos de origen nacional significarán el 76 por ciento, mientras que la recaudación propia registrará una notable caída hasta ubicarse en un pobrísimo 20,49 por ciento.
En este punto cobra importancia la evolución histórica que han trazado los diputados de la Concertación Entrerriana, quienes han dicho que los recursos propios de la provincia en el período 1990 a 2003 representaron una media del 33,60 por ciento, mientras que en 2004 cayeron al 26,59 por ciento. Se ha dicho que para este año se ubicará en menos del 21 por ciento.
La obra pública es sustancialmente menor a la que han anunciado, y se ubicará en 365 millones de pesos. De esta cifra, solamente 3,4 millones van a ser sustentados con el erario público. El resto, es decir casi un millón de pesos por día en gasto de obras se conseguirá por la vía del empréstito, que no es otra cosa que deuda a futuro.
Entre las críticas más duras que formuló la oposición se establece que no está previsto ningún tipo de saneamiento de las finanzas públicas, y esto es así a partir de que la previsión presupuestaria va a alcanzar para pagar no más que algunos intereses. No se pagarán capitales de deuda, y del mismo modo en que se tiene previsto la toma de créditos para obras públicas, también se tomarán préstamos para la refinanciación de la deuda. En otras palabras la provincia se endeudará para pagar deuda.
Antes de que el Estado se convierta en un ente cobrador de impuestos y pagador de deuda, entre sus objetivos estaba el de asegurar la salud, educación, vivienda, seguridad. Desde el sector de la oposición en la Cámara de Diputados denunciaron que con el Presupuesto 2006, los servicios básicos sufrieron escasísimos incrementos en relación con la devaluación y el crecimiento vegetativo de la población.
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