A más de siete meses de cerrarse la fecha de inscripción de candidatos a Defensor del Pueblo de Paraná para cubrir el cargo abandonado por Jorge Kerz, cada vez más parece prolongarse una definición por parte del Concejo Deliberante. Si bien desde el oficialismo se anunció que la elección habría de concluir antes del fin del año pasado, aún no hay fecha precisa de cuándo se votaría al sucesor. Desde la oposición se apuntó a que el justicialismo no contaría con los 10 votos necesarios para imponer un nombre. En tanto, ya renunciaron a continuar en carrera tres de los 28 postulantes originales, algunos se quejaron del modo poco serio en que se realizaron las entrevistas y otros siguen en una. En un proceso que se va degradando en el tiempo, resalta la notoria disparidad en los antecedentes de los candidatos, la poca gravitación de las figuras independientes y el lobby de la Iglesia Católica.

Silvio Méndez

A tono con los últimos mecanismos de defensa de los derechos ciudadanos y la modernización de las instituciones, el Concejo Deliberante de Paraná sancionó, en diciembre de 2002, la ordenanza que creó la Defensoría del Pueblo de la ciudad. Al año del estallido que en todo el país hizo temblar los órdenes tradicionales instituidos, en la comuna local se estableció un organismo independiente que, en principio, ha de velar por la defensa, protección y promoción de los derechos colectivos frente a actos, hechos y omisiones parte del Estado municipal, entes autárquicos, descentralizados y organizaciones públicas no estatales. Pero al tiempo de ser elegido en 2003, el defensor titular, Jorge Kerz, dejó el cargo –a mediados del año pasado– para pasar a desempeñarse como coordinador de Ejecución y Control de las Políticas Sociales de la provincia, en un fugaz paso hacia su actual puesto de presidente del Consejo General de Educación (CGE).

A partir de esta renuncia, comenzó entonces un lento derrotero para ocupar la vacante. En este proceso, se cerró en julio la etapa de presentación de postulantes, con 28 inscriptos. Asimismo, concluyó la serie de entrevistas realizadas por los concejales para conocer los antecedentes de los candidatos. Luego, de la lista original, hubo tres renuncias. Tras anunciar el año pasado desde el Concejo Deliberante que antes de la finalización del período 2005 se habría de escoger el sucesor, varias veces más se ha retardado la definición de quién debería completar el mandato del anterior defensor (de cinco años) hasta el 2008. A principios de semana, la cuestión pareció tener una precisión y renovado impulso. El presidente del cuerpo de ediles, Juan Carlos Albornoz, expresó que la designación del nuevo defensor se había “dilatado demasiado”, por lo que adelantó que en estos días habría de intentar reunirse “con todos los concejales para ver si se puede arribar a acuerdo sobre el candidato a elegir”.

La idea era, en principio, llegar a algún tipo de consenso y convocar a una sesión especial en “el transcurso de esta semana o de la otra”, prometió. Lo cierto es que en una ronda de consulta por los distintos bloques que componen el Concejo, lejos se estaría de un acuerdo. Según desde el arco opositor, el oficialismo no contaría de ningún modo con los dos tercios de votos necesarios para imponer un nombre (10 voluntades), tal como lo manda la ordenanza Nº 8.391 que crea la Defensoría. En este sentido, se dijo, contando con ocho concejales, menos uno que desertó en un bloque unipersonal –José Zamora–, la iniciativa de todas maneras estaría en manos del justicialismo para proponer al resto quién podría ser el nuevo defensor. Igualmente, más allá de que el PJ pueda cerrar en uno o dos nombres una proposición para obtener un compromiso, desde las bancadas del Frente Social Entre Ríos tiene Futuro (FSERF-UCR) y desde Nuevo Espacio Entrerriano (NE) se desmintió cualquier tipo de acercamiento, aunque de forma cruzada se sugirieron posibles pactos en ciernes con el oficialismo.

En este sentido, si bien desde el FSERF-UCR y el NE se evitó celosamente dar algún tipo de definición sobre quiénes podrían recaer sus preferencias, se confirmó que cada bloque ya conversó sobre sus respectivos favoritos y los nombres son guardados bajo siete llaves, tal vez, para llegar mejor posicionado a una posible negociación con el oficialismo.

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