Claudia Martínez
(especial para ANALISIS)
Es un viejo dirigente de ATE, pero se alejó por serias diferencias con sus compañeros de militancia. Fue boxeador y jugador de fútbol profesional; hoy es funcionario de la gestión del intendente Solanas. Dice que a la Asociación Trabajadores del Estado le falta fuerza para la lucha y no quiere ni nombrarlo al ex gobernador Montiel.
José Lambarri tiene 72 años. Es de 1934, nacido en Paraná en calles La Paz y San Luis, pero a los 2 años se fue a vivir al Barrio Tiro Federal, zona donde actualmente tiene su casa. Vivió en Churruarín 606 y ahora está en Saraví 668, dice con pelos y señales “al lado de la cancha. Cuando tengas tiempo preguntá quién hizo el primer gol cuando se inauguró la cancha de Patronato”, y se señala el pecho. “Fue contra Unión de Santa Fe”, agrega.
Lambarri fue una de las caras visibles de las movilizaciones contra el ex gobernador Sergio Montiel. Fue parte integrante de la Comisión Directiva de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), pero se alejó tras algunos cortocircuitos de los cuales dio su versión.
José se desparramó en el sillón del estudio de su hijo -abogado-, preparó el mate, revolvió su portafolios varias veces y dio detalles con año y fecha de varias cosas.
-Yo sabía que usted había boxeado también…
-Sí, es cierto. ¿Pero sabés quién jugaba conmigo? Clariá, Seip, Morales, Roldán, Viale, Astrada, Quinteros, Núñez, Aguirre y Reula.
-¿Cuándo fue boxeador?
-No, yo digo que fui preliminarista. Tengo un recorte del año 52. Peleé porque en la Escuela de Aprendices del Ministerio yo fui negro del puerto durante 40 años, y terminé jugando en el Ministerio Campeón. A mí Patronato me vendió a Neuquén por 15.000 pesos. Con lo que me vendieron, Patronato hizo la división de las plateas, terminó los baños y puso el agua caliente.
-¿Siguió jugando en el fútbol profesional?
-Claro que seguí. En el año 52 jugué en Unión de Santa Fe. En el 56 jugué en Independiente. ¿Boxeador? No, yo fui galletero. ¿Eso qué quiere decir? Que había que subir a pegar piñas cuando comenzaba a silbar la gente. Yo boxeé en APREN, en Recreativo. Acá tengo recortes de diarios (señala su maletín). Si me apurás te lo muestro.
-¿En qué año jugó en Independiente?
-En el año 56, en Tercera Especial, con Trotelli, Simonetti, Cerviño. Yo hice boxeo porque el que tocaba la campana en la escuela era Alfredo Maidana, vivía cerca del Club Fournier, y él era boxeador. Un día me ve peleando en los caños con otro, porque yo tenía muy buenas notas pero era de conducta mala, me suspendían en la escuela…
-Era quilombero…
-Era quilombero, sí… En la cancha si la ponían a mi madre, le pegaba a mi madre (risas).
-¿Fajaba en serio?
-Sí, me tocó pelear en Villaguay, en La Paz; donde había 10 pesos, 15 pesos, agarraba viaje. Te repito: era preliminarista.
-¿Noqueó a alguien alguna vez?
-No, pero gané por puntos, perdí por puntos. Peleé en el Pabellón de la Industria, que era en la Sociedad Rural de Santa Fe. Lo hice como deporte del América Boxing Club, donde estaba El Gordo Mentasti, que se casó con una de las mulatas de las que estaban bailando con Blanquita Amaro. A ella la acompañaban Las Mulatas de Fuego. El Gordo se enamoró de una y se fue de acá. La mulata lo mató. Blanquita Amaro siguió filmando en Buenos Aires y una vez fuimos a jugar a la cancha de Racing en la preliminar de la Copa del Atlántico entre Brasil y Argentina. Al Gordo lo encontré en la puerta del Hotel Savoy, en Callao y Cangallo. El Gordo estaba vendiendo ballenitas. Le miré las manos y tenía un anillo que yo había torneado… me lo había robado. Estaba hecho percha. Tenía 150 kilos y habría tenido 70 esa vez.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
