Sandra Miguez
Parece la historia de nunca acabar, tanto para los funcionarios que ven a cada paso un problema irresuelto, como para los beneficiarios que no encuentran soluciones a sus reclamos puntuales. Es que el desencuentro entre las decisiones asumidas por el Ministerio de Salud y Acción Social de Entre Ríos, dan de frente contra la política nacional que venía desarrollándose en el marco del Programa Federal de Salud. Si desde la provincia se decidió llevar adelante una auditoría, y poner fin a la gestión de Alba Luisa Balocco como coordinadora administrativa del programa -a quien se la acusó de ser la máxima responsable de las irregularidades denunciadas- en el plano nacional no han dejado de reconocer que las decisiones tomadas a nivel provincial han desarticulado la denominada Unidad de Gestión Provincial, tanto como el área contable y médica, indispensables para el funcionamiento del programa. Por su parte los “beneficiarios” del Profe, no saben a quien acudir para lograr que se les entregue la medicación necesaria para un tratamiento especial en su débil estado de salud.
“¡Ya no sabemos más que hacer!”. La breve sentencia, tuvo la fuerza suficiente como para hacer notar que el hilo se corta por lo más delgado, ya que la gente no tiene mayor margen para esperar una solución que es de vital importancia, y de la que depende su frágil situación de salud, o de vida, según como se mire.
El de Diego Barbieri, de 27 años -como señaláramos en ediciones pasadas de ANALISIS- es un caso emblemático, ya que padece de la enfermedad de Wilson, un desorden genético que puede ser mortal a menos que se detecte y trate antes de que se desarrolle una enfermedad grave por intoxicación por cobre. La enfermedad de Wilson afecta a una de cada 30.000 personas en todo el mundo, y es un defecto genético que produce una acumulación de cobre en exceso. Por eso Barbieri espera ser trasplantado de riñón, y su situación es delicada. No sólo por la magnitud de la afección, sino también por el estado anímico que el joven tiene, ya que la espera para obtener unas bandas esofágicas, que le permitan mantenerse en buen estado hasta tanto se produzca la operación, se consiguieron tras un largo proceso de lucha y reclamo ante el Profe, y una vez que fue denunciado por este semanario. Pero la espera continúa, es que en lugar de entregarle la medicación completa para un tratamiento de 30 días, se lo van adjudicando a cuenta gotas, por lo cual en vez de tomar los ocho comprimidos que requiere diariamente, se le administran tan sólo tres.
Otro caso testigo es el de Mirta Delia Catalano, una mujer que vive en Paraná, y que padece de artritis reumatoidea, que le ocasiona una inflamación en el revestimiento de las articulaciones, causando calor, hinchazón y dolor en la articulación. La artritis reumatoidea tiende a persistir durante muchos años, suele afectar diferentes articulaciones del cuerpo, y puede causar daños en cartílagos, huesos, tendones y ligamentos de las articulaciones, con lo cual afecta la movilidad de las personas afectadas además del dolor intenso.
Mirta necesita medicación especial para el tratamiento de su enfermedad autoinmune, pero desde hace más de dos meses viene reclamando por el suministro de medicamentos como corticoide, diclofenac, entre otros. El tema es que si bien consiguió la autorización por parte de los médicos del Programa Federal de Salud de Entre Ríos, en las farmacias donde retira habitualmente la medicación, se negaron a entregarle las drogas, por que no les han pagado las entregas anteriores.
Mirta, Diego, o Evelyn -una chiquita de Feliciano, trasplantada de riñón a quien también le entregan la medicación a cuenta gotas- son solo algunos de los tantos casos que aguardan que el funcionamiento del programa se regularice, ya que de eso dependen sus vidas.
Dimes y diretes
El tema de las irregularidades en el Profe fue cobrando notoriedad pública y el escándalo fue mayúsculo. Primero se depuso a Alba Luisa Balocco, pero a medida que la investigación periodística realizada por este semanario fue recorriendo el camino que seguían los expedientes y reconociendo a los responsables de las distintas áreas, se puso de manifiesto una serie de irregularidades encontradas en dicho programa. Ello dio lugar a una sucesión de dimisiones, salidas o retiradas de escena de quienes hasta ese momento se habían desempeñado como médicos auditores, contadores, administrativos o colaboradores. Inclusive por estas horas se han producido nuevos recambios. Además del doctor Eduardo Elías, que viene trabajando ad honorem, desde que se estableció la intervención del Profe, se sumaron ahora los contadores Sergio Hereñú, y Guillermo Canaglia -oriundos de Paraná y Concordia respectivamente- que reemplazarán a Reinaldo Márquez, quien había sido duramente cuestionado, entre otros por Balocco, como “una persona muy allegada a los proveedores de salud, y por el hecho de que manejó durante mucho tiempo los subsidios”.
Sin embargo, lo que nadie entiende es por qué Roxana García pasó a desempeñarse en el área presupuesto de la Secretaría de Salud, después de haber estado a cargo de la rendición de las Prestaciones de Alto Costo y Baja Incidencia (PACBI), un área específica en la cual se les brinda atención a pacientes que requieren de medicación o tratamientos especiales, como el caso de los trasplantados, tratamientos antihemofílicos, o enfermedades atípicas; hoy sumamente perjudicados por la demora en la resolución de sus demandas, y por las irregularidades detectadas.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
