Marcelo Comas
El entrenador de la Primera División de sóftbol del Centro Provincial de Educación Física (CPEF) Número 5, Martín Scialocomo, brindó a ANALISIS precisiones respecto de la marcha de la actividad en el predio de Alvarado y Eva Perón de la capital entrerriana. En tal sentido, sostuvo la disciplina se mantiene viva gracias a esfuerzos personales de jugadores y dirigentes, en un trabajo diario para un deporte totalmente amateur. Según Scialocomo, la directora del CPEF -dependiente del CGE-, Claudia Aguado, no se preocupa por mejorar las condiciones del lugar y ni siquiera le interesa que el sóftbol crezca en el ámbito donde se desempeña. Además, considera que “ella no está muy de acuerdo con el sóftbol porque nunca le gustó y si yo supiera las razones te lo diría; directamente no le interesa”, fustigó. También se despachó contra el vicepresidente de la APS, Carlos Armándola, que tiempo atrás criticó vía mail a los miembros del elenco superior de CPEF Número 5 por no haberse presentado a la final del Torneo Oficial 2006 de Primera División ante Patronato.
Las aguas no están calmas en el predio ubicado en Barrio Cuarteles. Su actividad se basa principalmente en la práctica del sóftbol -posee un diamante reglamentario-, el alquiler de la cancha de fútbol para 11 jugadores y la concesión de la cancha de paddle. Pero es evidente que las demás instalaciones no son aprovechadas en todo su potencial. Es cierto que algunos establecimientos educativos -Juan XXIII y Bazán y Bustos- ocupan el lugar para desarrollar las horas de Educación Física, pero no alcanza para darle vida a un extenso complejo deportivo que incluye canchas de básquet, vóley, fútbol y diferentes disciplinas.
El deporte de los bates es el propulsor de una movida sumamente positiva que se puso en marcha hace unos años y hoy en día persiste en su función de albergar a chicos y jóvenes con intenciones de crecer como personas y destacarse en la disciplina.
El entrenador de la Primera División de sóftbol del Centro Provincial de Educación Física (CPEF) Número 5, Martín Scialocomo, comenzó entrenando a las divisiones femeninas. Pero lamentablemente la falta de tiempo y el escaso entusiasmo de las chicas a la hora de cumplir con prácticas y horarios establecidos hicieron que se alejara y dedicara todo su tiempo a dirigir la Primera División.
“El sóftbol es un deporte muy amateur, muy caro, y se hace muy difícil juntar a cierta cantidad de jugadores para entrenar. Hay muchachos que están casados o que están rindiendo; no siempre pasa así, porque hay una gran diferencia entre los jugadores que están en la Selección y los que no. Los que pertenecen a la Selección Argentina entrenan solos, concurren a un gimnasio, y trabajar con las mujeres es difícil. En la actualidad a la división femenina la manejan Matías Pérez y un integrante del plantel de Primera División masculina”, explicó el DT.
En cuanto a la labor de la Subcomisión de Sóftbol en pos del crecimiento de la disciplina, el ex jugador de Patronato manifestó: “A CPEF tratamos de llevarlo adelante entre los directores técnicos de cada categoría; existe una Comisión Directiva, siempre subrayando el hecho de que nosotros dependemos del Estado provincial. La cabeza visible del predio es la directora Claudia Aguado; ella está a cargo en el Centro de todos los deportes y las actividades que se desarrollan diariamente. En tanto, la responsable de la Comisión de Sóftbol es Claudia Caisso, la persona que más se mueve a fin de reorganizar nuestra actividad. En esto la secundan tres madres con la ayuda de los técnicos y de Celia Valente de Godoy, y de esta manera todos tratamos de colaborar en lo que se pueda. No tenemos mucho apoyo desde la dirección del Centro; todo surge de la voluntad de los jugadores y de los padres”, aclaró.
En relación con la respuesta que se recibe desde la dirección del complejo cada vez que se solicita ayuda, Scialocomo fue contundente: “Es que no se pide. En oportunidad de organizarse un torneo se explica que hay tal campeonato, que tendríamos que hacer esto y entonces ponemos plata entre todos: compramos ladrillo para molerlo y tirar en la cancha con la ayuda del Mono (Juan Carlos) Godoy, que está en la Dirección de Deportes Municipal. Él nos manda cuadrillas para cortar el pasto, hasta los mismos ordenanzas del Poli hacen lo que pueden para todo lo que es el Centro”. En otro orden agregó que el deporte que genera movimiento “es el sóftbol, es como por ejemplo decirte Tilcara: es un club de rugby, capaz que cuenta con natación, pero uno no lo sabe. Este lugar lo aprovechan los colegios para realizar Educación Física y también se desarrollan Intercolegiales de sóftbol”.
Con respecto al mantenimiento del Polideportivo sostuvo: “No quiero quedar como el eterno crítico, lo que ocurre es que la peor contra que tenemos es la faz económica; si nosotros necesitamos disponer de mayor iluminación en la cancha de sóftbol cada lámpara nos cuesta 3.000 pesos. No es la luz adecuada para entrenar, no se puede comparar con la iluminación del Estadio Panamericano, Don Bosco, El Plumazo. La cancha de polvo de ladrillo requiere un mantenimiento que es sumamente costoso; la gente que no sabe, piensa que el polvo de ladrillo se coloca en el césped solamente y en este caso estamos hablando de un cajón donde drena el agua, sale por tuberías y se necesita de una persona que se ocupe constantemente del asunto. Si no lo mantenés, se aplaca todo y se complica cada vez que llueve porque se tapa todo el sistema de drenaje. De hecho, para cortar el césped se emplea nafta para las máquinas y gente para que se encargue de esa tarea. Yo no sé cuáles serán los aportes destinados desde el Consejo General de Educación para el CPEF Número 5; hoy por hoy no hay una persona encargada del Departamento Sóftbol”, afirmó Scialocomo.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
