Silvio Méndez
Tras cinco meses de acefalía, en septiembre fue finalmente designada María José Lubertino en el Instituto Nacional contra la Discriminación, Xenofobia y el Racismo. Con la flamante gestión, en el área se abrió una nueva etapa que ha contemplado la apertura de agencias en el interior del país. Entre Ríos es uno de los primeros distritos en el que se instalaron estas oficinas, al frente de la cual fue nombrada Cristina Ponce. En diálogo con ANALISIS, la reconocida militante y activista por los derechos humanos habló sobre la razón de filial que, con sede en Paraná, desplegará actividades en el resto de la provincia. La delegada nacional se refirió también al estado de situación de graves actos de segregación denunciados en la ciudad. Se trata de los fascistas que, al grito de “viva cristo rey”, amenazaron al rabino Daniel Dolinsky a fines de 2004 y los rugbiers del Club Atlético Estudiantes que con capuchas del Ku Klux Klan recibieron a sus pares de Tilcara. Insólitamente, sobre estos casos aún se espera la resolución de la Justicia federal.
En una ciudad que, a cara descubierta, en un acto público, en la sede de la universidad nacional, un grupo de falangistas se aventura a insultar e intimidar a un rabino; en una ciudad que es parte de la liturgia que los miembros del club más tradicional denigren a sus contrincantes por su origen y condición económica; en una ciudad que el ex ministro de Gobierno de la provincia, hoy candidato a gobernador por el oficialismo, como agravio, trate de “discapacitado mental” y “aborto de la naturaleza” a otro dirigente político; en una ciudad como tal, en Paraná, no es difícil de imaginar el porqué puede abrir una sede del Instituto Nacional contra la Discriminación, Xenofobia y el Racismo (Inadi). Pero resulta que, tal vez sin saber de estas fundadas razones, la nueva titular del organismo, María José Lubertino, ha emprendido una política de apertura de delegaciones en el interior, y la capital provincial esta entre las primeras. A cargo de la ciclópea tarea de poner en marcha esta oficina, fue designada en septiembre Cristina Ponce. En diálogo con ANALISIS, la funcionaria habló de cómo se ha ido ampliando el área de intervención de la dependencia a través del tiempo. Asimismo, trazó las líneas de trabajo propuestas y adelantó detalles del seminario que comienza mañana. Los fines para esta actividad, dijo, apuntan a presentar el Plan Nacional contra la Discriminación y estrechar lazos con organizaciones de la sociedad civil.
-¿Cómo nace el Inadi, a qué se aboca?
-El INADI se crea por una ley (nacional Número 24.515), en el año 1995, producto de una especie de compensación, aunque suena raro por el gobierno que teníamos (en esa época), porque por los derechos humanos se preocupaba bastante poco. Pero tuvo que ver con compensación que se le da a la comunidad judía de la Argentina, coincidiendo con los dos atentados que sufrimos los argentinos en ese período.
-¿Se crea por ley entonces?
-Sí. Como una forma de compensar, más allá de lo económico que se les da a los afectados por las voladuras de la AMIA y la Embajada de Israel. Su gran título, contra la discriminación, xenofobia y racismo, en realidad se puede unir en una sola. Pero en este punto se buscó por un tema de “raza” y pertenencia o nacionalidad, vinculado a la xenofobia. Así nace. El objetivo es poder sensibilizar y difundir todo lo que tiene que ver con la discriminación. Porque en la Argentina ya existía desde el año 88 una ley nacional que condena los actos discriminatorios (Número 23.592), que depende del fuero federal. Entonces, fue también un modo de poner en evidencia que existía esta ley, de la cual mucha gente no sabe hoy día que existe. En general muy pocos saben también dónde se debe denunciar, van a los tribunales provinciales; pero lo de mayor importancia es poder tener prácticas diferentes respecto a la discriminación. Se abrió una etapa muy importante en el primer período con Eugenio Zaffaroni, donde se lo organiza, se conforma un equipo de abogados, un grupo de capacitación. Zaffaroni le da una impronta buenísima, y todavía sigue, más allá de que hayan cambiado los abogados. Es un equipo con mucha responsabilidad y estudio.
-¿De quién depende en la orgánica?
-Es un ente descentralizado que está en la orgánica, con presupuesto del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. Pero es independiente.
-¿Y luego de Zaffaroni?
-Después tiene como una etapa grisecita, con Enrique Oteiza. Hay capacitación, pero pasa del alto perfil a esta que, digo, no es mala pero es gris. Luego se renuevan las autoridades. Porque el cargo de presidente del Inadi se nombra con acuerdo del Senado. Se presenta una terna, el Senado la aprueba y designa el presidente. Dura cuatro años, eso lo da la ley de creación, y en abril de este año venció el mandato de Oteiza. Ahí se habla de la posibilidad de que esté María José Lubertino junto a dos personas. Bueno, la aprueba el Senado y luego de un tiempo medio largo, la designan (en septiembre).
-¿Por qué se abre una oficina en Paraná?
-Porque María José decide que, así como Argentina es un país federal, no es posible que el Inadi sólo tenga una estructura en la ciudad de Buenos Aires, y se crean delegaciones. Hay una en Tucumán, Mendoza, Entre Ríos, Misiones y Chubut y está en una etapa de ver en Santa Fe, Misiones y Córdoba. Eso prontamente, pero la idea es que se cubre todo el país por provincia, y muchísimo mejor si son más delegaciones por cada provincia. El tema es que se irá haciendo en la medida que encuentre las personas que le tenga la confianza para darle la delegación, ya que es muy exigente. Pero el inconveniente -y esto demuestra el espíritu que aún tenemos-, es que en la propia ley de creación no se habla de delegaciones. No las niega, pero no las dice. Bueno, pero se abre con esto, que somos todos personal ad honoren, porque no estamos en el presupuesto, así que es una práctica con mucho compromiso. Somos delegados del Estado Nacional ad honoren, pero es algo que había que hacer. No se puede no aceptar un desafío de estas características.
-¿Qué jurisdicción abarca la oficina?
-Esta pensada para toda la provincia. Como soy solita, y el don de la ubicuidad no lo tengo, me he ido planteando etapas. No quiero repetir el molde de los porteños, y a medida que puedo, estoy viajando al interior. He viajado a Diamante, Concordia, La Paz y Concepción del Uruguay. La idea es estar un día de la semana en cada uno de los lugares, sin descuidar Paraná, que concentra, convengamos, mayor población. Ser medio itinerante y poder conseguir en cada localidad personas que manifiesten su voluntad de estar, también sin ningún sueldo, con un perfil que pueda estar tranquila de que pueden recibir las denuncias y difundir lo que es el Inadi.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
