M. C.

Con sus tímidos 17 años a cuestas, el paranaense Mariano Werner sabe lo que significa codearse con la adversidad, por eso es que celebra con tantas ganas este brillante presente en el automovilismo, donde recién ha dado sus primeros pasos de “piloto experimentado” al consagrarse campeón de la Fórmula Renault de la temporada 2006. Desde gurí le interesó andar cerca de los autos que preparaban sus hermanos con el fin de intervenir en las competencias que los convocaban en distintos escenarios del país. Su condición de hermano menor dentro del clan de los Werner le negaba la posibilidad de formar parte de ese círculo privilegiado hasta lograr una fuerte presencia para manejar cualquier tipo de vehículo. Fue desde ese entonces que nunca más se despegó del ambiente fierrero que se generaba en su entorno familiar.

En 2005 Mariano Werner finalizó cuarto en el campeonato de pilotos con 101 puntos y ganó en dos ocasiones (Olavarría y Alta Gracia); encaraba este año una nueva etapa en su carrera deportiva en busca del título de la FRE con el chasis Tito 01 que condujera Damián Cassino en la temporada anterior.

En 2006, no sólo peleó palmo a palmo con sus colegas el título de la temporada sino que además lo ganó de manera brillante y sin sobresaltos. Con tan sólo 17 años sobre sus espaldas muchos lo señalan como el sucesor de Omar Gurí Martínez, y Mariano responde a ese halago con su habitual humildad, dejando de lado cualquier atisbo de soberbia.

El lunes fue nuevamente protagonista, pero esta vez para recibir el Premio Revelación que entrega el diario Clarín a los deportistas más destacados del año. En relación con este reconocimiento, el joven piloto dijo sentirse contento ya que “no esperaba recibir el Premio Revelación. Esperemos seguir por este camino y así se sumarán muchos premios más. Era un reconocimiento inesperado como lo dije anteriormente y fue hermoso recibirlo, además rodeado de figuras que se destacan en diferentes disciplinas deportivas”, manifestó.

Sobre los detalles de la fiesta que tuvo lugar en Capital Federal, el paranaense comentó que “se realizó en el diario Clarín y en horas del mediodía se puso en marcha la recepción. En ese salón se premiaron las revelaciones de la temporada como las otras ternas”, contó. “Estos premios tienen un gran significado; la verdad era inesperado y creo que fue hermoso haber estado con tantas figuras del deporte. No sabría explicar lo que se siente en ese momento, es algo que nunca he vivido. Esperemos seguir haciendo bien las cosas para tener nuevamente buenas marcas”, auguró.

Fiestas de estas características son la valoración al trabajo y el empeño que pone cada uno de los deportistas a cada una de las disciplinas. En este sentido, la promesa del automovilismo provincial confesó que en la premiación del principal matutino argentino estuvo “con Matías Rossi -campeón de TC 2000- y con algunas personalidades de otros deportes como el hockey. Con Matías siempre tuvimos una relación muy buena; fue un año muy bueno para los dos. Con los demás deportistas solamente cruzamos saludos”, comentó.

En vísperas de un nuevo año y con la concreción de los objetivos trazados a principio de temporada, Mariano Werner dio a entender que el balance a esta altura es “muy bueno. Muchos de los errores que cometí el año anterior los fui puliendo. Si le tengo que dar un puntaje es un 9,50. Gané siete carreras, con la misma cantidad de pole position, y en una categoría tan competitiva no es fácil... Fue un año genial”, sostuvo y a su vez se lamentó por no haber ganado ante su gente en la última fecha de la FRE. Sobre esta cuestión opinó: “No les di la victoria a los paranaenses y a los entrerrianos, me hubiera encantado ganar. De ganar en Paraná hubiera sido una temporada completa, pero no fue culpa mía; todo se frustró por un toque con un compañero de equipo, si no la teníamos ganada a la carrera”, aseguró.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)