Claudio Cañete
(desde Concepción del Uruguay)

Este fin de semana se presentó en Concepción del Uruguay la publicación Los gurises de La Concepción, la concepción de los gurises, el fruto de un taller de escritura y expresión artística concretado en el barrio más antiguo y humilde de La Histórica. Los chicos con sus propios relatos reconstruyeron la historia, las leyendas y la vida cotidiana de esa zona. Todo lo registrado terminó en un libro cuya venta solventará la continuidad de la experiencia.

En la zona sur de la ciudad de Concepción del Uruguay, en uno de los barrios más antiguos, precisamente llamado La Concepción, un numeroso grupo de niños habitantes de esas calles terminó de vivir una experiencia que perdurará en sus vidas. En la siesta soleada de un sábado recibieron los libros con sus escritos finalmente publicados. Los chicos miraban aquellas páginas con asombro, orgullosos; sus familiares -abuelas, padres y hermanos- los abrazaban y llenaban de besos.

El acto sencillo y emotivo fue en uno de los salones ubicados en la parte posterior de la Capilla de La Concepción, donde ellos habían escrito y dibujado, durante cinco meses, elaborando poco a poco el producto que hoy tienen terminado entre sus manos. El lugar se completó rápidamente, ya que chicos y chicas llegaron acompañados de sus familiares. Afuera, a un costado, una canchita de fútbol y la tumba de La Delfina (la compañera del general Ramírez) sintetizaban este particular cruce de lo histórico con la vida cotidiana en un sitio que sabe de penurias, humildades, desocupación e inundaciones.

Los chicos habían trabajado durante cinco meses en este taller coordinado por María Ester Bianchi, Mariano Bassini y Eduardo Ojeda. El espacio, denominado “Los gurises de La Concepción, la concepción de los gurises”, produjo una serie de testimonios que rescatan la memoria histórica y popular de ese barrio. “Desde un lugar de juego y de recreación se planteó un trabajo basado en la identidad del barrio y sus protagonistas. Por eso se usaron como disparadores y como recursos juegos, títeres, leyendas, poesías, paseos, visitas a los museos, música, con el objetivo de que con todas estas vivencias, los niños pudieran plasmar a través de la escritura y la pintura, la vida de su barrio”, comentó Bianchi en diálogo con ANALISIS.

“Lo que ustedes pueden leer es la mirada de los gurises sobre su cotidianeidad, sobre sus personajes anónimos, sobre sus miedos y fantasías a la hora de apropiarse de las narraciones de sus mayores, con una cuota de sano orgullo por pertenecer a un barrio que ellos consideran el más antiguo de la ciudad”, agregó la coordinadora del taller al dirigirse ante un numeroso público que acudió a la presentación oficial de la publicación, a la noche en el salón de actos de la Universidad de Concepción del Uruguay (UCU).

La historia de este proyecto merece tener en cuenta detalles de la actualidad del lugar. Desde hace un tiempo, en los barrios de la zona sur la expresión “La Defensa”, es muy común. ¿Qué es o a qué le llaman “La Defensa”? Tiene que ver con algo ya conocido. Estos barrios se inundan todos los años, lo que ocasiona pérdidas y agudiza la crisis de las familias que viven en el lugar. No solamente los que viven en La Concepción sino los otros barrios del sur como Puerto Viejo. La inundación creó una cultura de la inestabilidad, de privaciones y desprotecciones. Desde hace unos años “La Defensa” es una obra pública concretada, es como un gran espigón que bordea la zona sur como una muralla, dejando de un lado el río Uruguay, la parte anegadiza del Balneario Itapé, y del otro lado, más seguro, estos barrios que ahora ven sus realidades cambiadas. “La Defensa” va cambiando poco a poco la cosmovisión de los lugareños aunque no ha modificado la cantidad de sus necesidades. De todas maneras, es evidente que esta obra ya forma parte del proceso de nueva identidad que poco a poco se va reconstruyendo. Todos saben que ahora hay un antes y un después, y de que las viviendas -aunque precarias algunas- tienen más certezas.

Por otra parte, La Defensa Sur, tal su denominación, es un nuevo paseo para los habitantes de la ciudad y los que frecuentan el río con su actividad náutica, y también un atractivo para los turistas. El gran playón por donde la gente camina y anda en bicicleta, donde los autos y las motos tienen vedada la circulación, se remata en un extremo con un gran Faro, que sirve de mirador y en su planta baja es una confitería. Toda la gente se lamenta de que podría haber sido más alto. El que recorre el lugar se da cuenta de que sí, podría haberse aprovechado más la estructura. De todas formas desde allí se puede ver la otra realidad, no la turística sino la barrial. Niños golpeados, familias de hombres y mujeres desocupadas y diversas problemáticas respiran en aquellos caseríos que se intuyen como siluetas. La Concepción es uno de ellos.

La experiencia del taller, la investigación y finalmente la revista quizás sean un granito de arena pero son lo suficientemente importante como para dejar huella. Las sonrisas de oreja a oreja de los gurises con sus libros publicados lo certifican; alguna que otra lágrima de una abuela emocionada que los fue a ver lo confirman. “Cuando decidimos llevar a cabo el taller sobre identidad, pensamos en éste por su antigüedad, por sus leyendas, por sus murgas, por su gente y especialmente por sus gurises. Cuando realizamos la convocatoria para el taller, no quisimos que fuera el resultado de una selección, sino que lo hicimos desde el principio de la no discriminación y desde la convicción de que los logros son posibles cuando están dadas las oportunidades. Por eso se inscribieron y lo realizaron aquellos que se sintieron convocados”, explicó Bianchi.

El libro reúne relatos, poesías, canciones y también fotos y dibujos de los chicos. Contiene una reseña histórica producto de una investigación y un anexo como cancionero. Hay entrevistas realizadas por los chicos a los lugareños, hay crónicas de recorridas por los museos de la ciudad.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)