Pablo Rochi
La División Operaciones y Seguridad de Entre Ríos, Departamental Paraná, realizó en este último tiempo un minucioso estudio sobre el estado de las canchas de fútbol de la capital entrerriana a fin de ajustar detalles para brindar mayor seguridad. Los distintos informes dejaron al descubierto las precarias condiciones de los escenarios locales. Ante ello, la Policía exigió mediante la Liga Paranaense de Fútbol que las entidades corrijan ciertas irregularidades a fin de obtener la habilitación correspondiente y así poder llevar adelante los partidos. Justamente la violencia en las canchas es el problema más importante que la LPF tiene en esta temporada y que desea solucionar. Una planilla de alrededor de 20 ítems deben aprobar los clubes para que sus escenarios estén en condiciones de disputar los encuentros.
La Liga Paranaense y el fútbol de la ciudad tienen muchos inconvenientes por resolver, pero hay uno que es tan urgente como necesario. La violencia dentro y fuera de los escenarios se transformó en un serio dolor de cabeza, fundamentalmente para los dirigentes, que junto con la Policía son señalados como los máximos responsables de abortar semejante problema.
Así como años anteriores hubo objetivos inmediatos por cumplir para satisfacer las necesidades más urgentes, este año sin dudas que la violencia es la deficiencia en cuestión.
Semanas atrás, Hugo Molina, presidente de la LPF, fue bien claro en unas de sus tantas declaraciones realizadas en una extensa entrevista con este semanario: “Hay muchas cosas por corregir, pero sin dudas que la violencia en nuestro ámbito es el principal tema y el que más nos preocupa. Esta temporada apuntamos a corregir este flagelo que tan mal le hace a nuestro fútbol”, había dicho el máximo referente dirigencial del balompié local.
ANALISIS tuvo acceso a una importante documentación expuesta por la Policía local que a fines del año pasado y a principios de este realizó importantes inspecciones en todas las canchas de la ciudad con el propósito de evaluar su estado, chequear las condiciones de los escenarios y calificar si están habilitados o no para llevar adelante un encuentro de fútbol.
Este minucioso estudio realizado y exigido por la División de Operaciones y Seguridad de la Policía de Entre Ríos, Departamental Paraná, con la apoyatura de la Dirección Criminalística, División Scopometría, desnudó las profundas falencias existentes en las diferentes canchas de la ciudad que hacen que no cuenten con la seguridad suficiente tanto para los protagonistas como para el público.
Desde ya este informe fue elevado en su momento a la LPF a fin de que esta entidad traslade la inquietud a los clubes y que las instituciones corrijan los defectos con la idea de poder contar con la habilitación correspondiente.
La primera inspección se realizó en octubre de 2006, antes de finalizar la temporada correspondiente a ese año. La segunda evaluación fue en abril de 2007. En ambos informes la Policía local encontró severas irregularidades. Hoy, a cinco fechas de haberse iniciado el Torneo Apertura 2007, muchos clubes tuvieron que poner en condiciones sus escenarios para poder ser locales en esta edición del campeonato local. ¿El resultado actual? Sólo Los Toritos de Chiclana no cuenta con habilitación. La semana pasada fueron habilitadas las canchas de Universitario e Instituto. Al cierre de esta edición Sportivo Urquiza iba a recibir otra visita para constatar si el club realizó las refacciones solicitadas para poder estar en condiciones. El resto, todo OK.
“La Policía realmente ha colaborado en forma permanente con nosotros. Siempre están a disposición de la Liga Paranaense de Fútbol. Han hecho un informe verdaderamente muy importante y han estudiado cancha por cancha para saber el estado en el que se encuentran. Además, realizaron un seguimiento de cada una de ellas para constatar el trabajo realizado por los clubes a fin de poner en condiciones sus escenarios”, explicó Julio Goyeneche, vicepresidente de la Liga Paranaense.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
