Sandra Miguez

A casi dos meses de la denuncia realizada por ANALISIS, sobre el operativo “descarte” por el cual el ex secretario de Salud, José María Legascue, envió a incinerar varias toneladas de insumos, entre los cuales había jeringas, soluciones fisiológicas, comprimidos de distintas especialidades médicas, jarabes y medicamentos para infecciones respiratorias, aplicadores, descartadores, entre otros materiales, la causa judicial presentada por la diputada provincial Lucy Grimalt no ha prosperado y hasta el momento. El material destruido se acopiaba en un improvisado depósito en un subsuelo, debajo del despacho del ex funcionario. El anegamiento del lugar por la rotura de un caño, terminó de estropear la mercadería que se encontraba dispersa en el lugar, sin ventilación, y en un lugar oscuro y húmedo, incumpliendo cualquier normativa respecto del almacenamiento de medicamentos. Sin embargo, luego de las primeras acciones dispuestas judicialmente, el trámite no ha avanzado. “Todo esto no hace más que generar un manto de sospechas”, afirma Grimalt ante la lentitud de la investigación.

El tema desapareció, al igual que los medicamentos, insumos y otros materiales que estaban destinados a la atención médica de la Secretaría de Salud y fueron enviados a incinerar. Del mismo modo desapareció de escena el ex secretario de Salud, José María Legascue, que apenas intentó en esos días, justificar vanamente el estropicio de varias toneladas de materiales provenientes del Ministerio de Salud de la Nación, y su posterior envío a la incineración en un horno pirolítico de Concordia.

La investigación periodística efectuada por ANALISIS permitió que el tema se conociera públicamente, ya que el operativo “descarte” por el cual se desecharon varias toneladas de insumos dejados estropear en un subsuelo de esa repartición pública, se realizó con absoluto hermetismo en medio de la madrugada del viernes 11 de mayo, con el objetivo de ocultar la información que generaría un nuevo escándalo político en el ámbito de la Secretaría de Salud.

La publicación de la información con notas gráficas, realizadas por este medio el 17 de mayo, generó -en forma inmediata- la denuncia por parte de la diputada provincial Lucy Grimalt (La Red-Paraná) quien se presentó un día después en sede judicial solicitando que se investigue la quema de medicamentos y si existió mal desempeño de las funciones del ex secretario de Salud, José María Legascue.

Por esas horas también, el gobernador de la provincia Jorge Busti regresaba de su gira por la India, desde donde había seguido las repercusiones por el caso de la mujer infectada con HIV luego de recibir una transfusión sanguínea en el Hospital Materno Infantil San Roque, como también el cruce de acusaciones entre los distintos responsables de los servicios de los nosocomios, la falta de una respuesta concreta a los problemas suscitados y la falta de acompañamiento a las personas afectadas.

Era una semana difícil, por eso esquivar la atención pública sobre otro posible conflicto parecía ser la vía más directa para sortear otra situación de complicación.

Así, Legascue decidió que en medio de la noche, más precisamente a las 2 de la madrugada, en el más estricto silencio, se deshicieran de todos los insumos, jeringas, sueros, soluciones, jarabes, comprimidos, así como cualquier otro material que se había estropeado en el subsuelo de su propio despacho, cuando un caño anegó las dependencias que funcionaban como una suerte de depósito.

La justicia

Luego de que se conociera la información, fue el propio Legascue quien aceptó una entrevista telefónica con el programa En el dos mil también (Radio Uno), donde admitió los datos de la investigación revelados por ANALISIS. No obstante el renunciado funcionario no pudo explicar por qué se había ocultado esta situación, y se realizó la maniobra para deshacerse de los insumos entre gallos y medianoche. De ahí que se molestara cuando la requisitoria periodística intentó conocer si su alejamiento del cargo se había “decidido” antes o después de mandar a incinerar los medicamentos y materiales estropeados, un tema de cuestión pública que motivó el corte abrupto de la entrevista por parte de Legascue.

En su última jugada, el ex secretario de Salud mostró un documento donde aparecían las rúbricas de varios de sus directores, a los que había comprometido a firmar. La supuesta acta -que no fue refrendada por ningún funcionario de la Escribanía Mayor de Gobierno, como debió suceder de acuerdo a las normativas establecidas- lleva la fecha del día 11 de mayo, el mismo viernes en que se realizó el operativo a las 2 de la madrugada, y donde es evidente que no estaban presentes los funcionarios que firmaron dicho documento.

Ningún argumento fue sólido para justificar la decisión, fundamentalmente porque se buscó alguna respuesta a deshora que pudiera explicar por qué se ocultó la información.

Si bien la posibilidad de esclarecer este hecho queda en manos de la justicia, así como en la Oficina Anticorrupción -dado el sumario administrativo sustanciado-, hasta el momento no se ha logrado esclarecer el tema y la investigación parece estar estancada.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)