Pablo Rochi

No por nada la cantidad de simpatizantes que se acercaron al estadio de Gimnasia y Regatas en Santa Fe han demostrado claramente que el Campeonato Argentino de Básquetbol es una pasión incontrolable para los entrerrianos. Otra vez, como habíamos anticipado en la edición anterior, nuestra selección había armado un plantel de gran nivel y desde ya era candidata a ganar el certamen. Sin embargo, la decepción fue grande, porque a pesar de que Entre Ríos fue protagonista, el cuarto puesto final dejó un sabor amargo.

La historia del baloncesto entrerriano es muy grande y es por ello que cada vez que se juega un Argentino la expectativa desborda. Claro está, hay fundamentos bien claros de que porque este certamen genera “cosas”, gusta y muestra sentimientos.

A decir verdad, la gloria del baloncesto de nuestra provincia no fue producto de la casualidad o de la circunstancia. Hay un recorrido intenso. El Campeonato Argentino se inició en 1928 y es el torneo más añejo de este deporte en nuestro país. Para los de estas tierras, referirse al él es memorizar a lo grande. Desde aquel primer Argentino organizado por Entre Ríos en 1941, pasando por el de 1967 en el Club Recreativo, en 1989 del triple de Aníbal Sánchez, el de 2002 con los lujos del Leo Ruiz Moreno, sin olvidarnos de las vueltas olímpicas de 1999, 2003 y 2005, El más Argentino de los campeonatos siempre hizo efecto en esta provincia.

Paraná, en especial, siempre ha quedado en los registros más latentes de este deporte porque aquí sucedieron hechos históricos inolvidables, que tienen valores incalculables.

La capital provincial tuvo la oportunidad de organizar como sede principal cuatro argentinos. El primero fue en 1941, época en la cual llevar adelante este certamen era complejo. Sin embargo, Paraná marcó tendencia en este sentido y provocó algo que todavía ninguna edición pudo igualar: logró reunir en ese Argentino a 16 provincias, máxima cantidad de participantes hasta entonces. Este torneo se jugó en cancha de Estudiantes y produjo una explosión de júbilo, más allá de que la actuación de nuestra selección no fue la mejor.

Igualmente, las emociones experimentadas generaron que Paraná comenzara a vivir una etapa importante, porque tres años después, el 14 de enero de 1944, se fundó la Asociación Paranaense de Básquetbol.

Más de dos décadas después, en febrero - marzo de 1967, Paraná volvió a tomar la posta y se hizo cargo de otra edición del Campeonato Argentino. La cancha de Recreativo se preparó con todo para la ocasión. De hecho aún quedan en las retinas de los que tuvieron la dicha de estar presentes aquellas largas e interminables tribunas tubulares repletas de hinchas, algo “increíble, nunca visto”, según contaron los amantes de esta disciplina.

No por nada el prestigioso periodista Osvaldo Orcasitas (ORO), de El Gráfico, admitió que aquel 5 de marzo del 67 en la final entre Buenos Aires y Entre Ríos vivió un momento único en su rica trayectoria: “El ingreso de ambos equipos esa noche marcó para mí la entrada a la cancha más apoteótica que yo viví en un Argentino, con una cohetería que nos hizo temblar a todos saludando a la representación local”, contó el periodista.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)