Decíamos ayer…

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La flexibilidad discursiva de la dirigencia política o el vale todo al momento de hablar

Jorge Riani

La vuelta de la mayoría de los dirigentes de la Frente para la Victoria y la Justicia Social al ruedo del Partido Justicialista implica una defraudación a la voluntad de los votantes. Convocaron a sufragar bajo un discurso crítico hacia la gestión bustista, y antes de que asuma el nuevo gobernador volvieron al bando oficialista. También el gobernador Jorge Busti deshizo su propia promesa de vendetta: “Se acaba una forma de hacer política de la patota, de los panfletos, de los aerosoles y los anónimos que impulsaban la familia Solanas, la familia Cresto, la familia Jodor y Hugo Berthet”, había dicho. A todos ellos los convocó. De él lanzaron críticas de todos los tenores. Desde que conduce una patota que no se ha visto ni en los feudos de Santiago del Estero y Catamarca, hasta de haber puesto a la provincia en el puesto 16 del ranking de las mejores, después de haber estado quinta. Con la excepción de los hermanos Julio y Raúl Solanas, hoy todos los justicialistas díscolos han puesto proa al regreso a la fila bustista, en una extraordinaria muestra de lo que significa borrar con el codo lo que se escribe en tiempos de campaña. En esta nota, un repaso de una metamorfosis discursiva con pocos antecedentes por su magnitud.

En la ciudad de Buenos Aires, un tránsfuga fue noticia escandalosa a principio de año. La raíz de su apellido, atado a su propia decisión desertora, dio paso a un nuevo verbo que ganó lugar en la nomenclatura política argentina: borocotizar. La acción implica algo más amplio que la de cambiarse de partido simplemente; indica sí eso, pero con una fuerte dosis de escandalete.

En Entre Ríos los tránsfugas pululan con mayor descaro que con el que se movió el mediático médico porteño -Borocotó- cuando se pasó del macrismo al kirchnerismo. En primer lugar, porque aquí superó la actitud individual y porque se llamó a votar en contra de una expresión política a la que denostaron sin ahorrar apelativos, para luego sumarse a ella como si nada hubiera pasado.

A nadie puede ofender el calificativo de tránsfuga, cuya acepción es muy precisa: “Persona que pasa de una ideología o colectividad a otra”, según define el Diccionario de la Real Academia Española.

Hay como una especie de malversación de la voluntad cívica en la actitud de quienes prometieron oposición y se transformaron en oficialismo antes de que asuma el gobierno, incluso. Allá cada partido con sus internas, pero no hay derecho a desconocer burdamente el compromiso asumido.

Si el engaño se limitara a algo tan profano como una operación comercial, el ciudadano entrerriano estaría más protegido. Al menos podría patalear en alguna oficina que atienda el reclamo de los consumidores. Pero para los sacrosantos asuntos republicanos, en esta provincia no hay garantía de nada, ni de ser escuchados.

Corre mayor factibilidad de que atiendan su asunto el defraudado comprador de una tostadora, que quien confió en una fuerza política que prometió batalla a quienes luego convirtió en amigos.

Eso es lo que pasa con casi la totalidad de la dirigencia que conformó la oferta electoral bajo la Lista 100. Habían emigrado del terruño del oficialismo conociendo sus secretos y puntos débiles, y con esa materia prima elaboraron sus promesas y sus discursos.

Se definieron como “peronistas”, pero del Partido Justicialista no oficialista. Y no ahorraron calificativos al momento de criticar. Ni en la Unión Cívica Radical, ni en la Concertación Entrerriana, ni en los consumidos partidos de izquierda, ni en los grupúsculos de derecha se profirieron críticas tan precisas, certeras e impiadosas contra el oficialismo bustista. Jugaron al juego de la oposición descarnada, lograron 120.000 votos en las elecciones del 18 de marzo, y a las semanas estaban poniendo los motores en marcha y las proas en dirección al retorno al oficialismo, con la actitud propia de los conversos que elogian más de la cuenta.

“Cuando Jorge Busti puso a Urribarri como candidato sabían que yo estaría en la vereda de enfrente, estamos en contra de una metodología que perjudica a la provincia, y cuyo máximo exponente es Urribarri; él es un producto de Busti que trata de imponerse el 18 de marzo para que este sistema se perpetúe”. Esa fue una de las frases más moderadas con la que el entonces candidato a vicegobernador Enrique Tomás Cresto se refirió a sus oponentes del justicialismo oficialista.

Desde entonces hasta ahora, el diputado concordiense cruzó el pavimento y -usando sus propias palabras- se sumó a la vereda de “los que perjudican a la provincia”.

No está solo en esta empresa de metamorfosis de regreso. El grupo de intendentes que se sumaron a lo que desde los medios se llamó solanismo, todo está en esa posición de retorno.

En rigor de verdad, el candidato a gobernador de la Lista 100 y el candidato a intendente de Paraná, los hermanos Julio y Raúl Solanas, respectivamente, se han mantenido en la posición con la que encararon el proceso electoral. También es cierto que pretenden acreditarse los 120.000 votos que logró el Frente para la Victoria y la Justicia Social siendo que la mayoría societaria de ese colectivo que está regresando al Partido Justicialista logró sumar a ese caudal, y para nada se trata de votos exclusivo de los Solanas.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)

Deportes

Patronato venció a Don Bosco, festejó por segunda vez y se acercó a la cima

El "Santo" ganó 3 a 0 en la Avenida y llegó a los siete puntos en la tabla de posiciones.

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Mariano Werner le pidió a Hugo Mazzacane por el retorno del Turismo Carretera al Club de Volantes Entrerrianos.

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Flotta repasó la primera semifinal de la Copa de la Liga Profesional de Fútbol.

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Sionista visitará a Unión, en Crespo, en un partido que pondrá cara a cara a dos equipos que necesitan ganar.

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Mariano Werner analizó su victoria en Toay y destacó que tuvo un "poco de suerte".

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Arnaldo González mostró su frutración tras el empate frente a Talleres de Remedios de Escalada.

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Opinión

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(Foto ilustrativa: Cedoc)

Por Ladislao Uzin Olleros (*)  

Cultura

La actividad estará a cargo del fotógrafo Alan Feyt.

La obra se presenta este viernes y sábado, en Casa Boulevard/Sala Metamorfosis.

El programa Cine en la Escuela se lleva adelante en establecimientos educativos de la provincia.