Silvio Méndez
En lo que puede constituirse en una suerte de ensayo de nuevas formas de participación ciudadana, un grupo de vecinos de la capital provincial vuelve a convocar a una asamblea para debatir sobre el uso de los espacios públicos en la ciudad. El encuentro tendrá lugar el 30 de abril, a partir de las 20, frente a los galpones del Puerto Nuevo de Paraná. Precisamente este lugar ha sido objeto de discusión sobre su destino, aunque como antecedentes de casos que han despertado la polémica y reacción ante medidas oficiales casi consumadas se cuenta la lucha por el resguardo del Parque Nuevo y ya se puede vislumbrar que estallará otra controversia en torno al predio del Hipódromo de Paraná. En rigor, esta metodología se encuentra en plena experimentación. La forma de asamblea ciudadana, se puede decir, responde a los ecos o legados de algunos movimientos post 2001 que han sido retomados tanto por las luchas ambientales como ciertas formas de manifestación surgidas en el reciente lock out productivo de los sectores ligados al modelo sojero. En cualquier caso, estas iniciativas logran colocar en la agenda gubernamental problemáticas que los funcionarios se ven obligados a abordar debido a que no ha estado tan siquiera en sus planes la consulta popular para la toma de decisiones.
En lo que hace a este llamado específico de la denominada Asamblea de Vecinos Autoconvocados, parte sobre la base de que “los espacios públicos son de todos. Asumirlo, construye democracia y preserva nuestra memoria y nuestra identidad”, reza su solicitada. Bajo la consigna de que “los espacios públicos son de todos”, el grupo apela a que los ciudadanos paranaenses opinen y decidan sobre los patrimonios comunes. ANALISIS dialogó con el concejal Emanuel Martínez Garbino (Concertación Entrerriana), que paradójicamente ocupa un lugar institucional dentro de la estructura de poderes en la comuna y es a su vez uno de los impulsores de la Asamblea de Vecinos. Precisamente, el edil fue consultado por este fenómeno donde se presenta una metodología de intervención pública frente a las estructuras jurídicas impuestas que en principio han sido aceptadas para representar los intereses sociales. En este sentido señaló que en buena parte se debe a que “nuestra democracia tiene mucho de formal y poco de sustancial. Es una deuda pendiente a todo nivel dirigencial y en todos los ámbitos. Esto se genera justamente porque los espacios formales actuales no dan respuestas y no son caja la resonancia de estos planteos; esto está claro. La crisis de representatividad ha llegado a todos los niveles y ámbitos. Hoy por hoy no hay institución que no esté en crisis y cuestionada. Inclusive por los propios integrantes de estas comunidades; ni qué hablar por los que están fuera de esto. El ejemplo más claro de esto es la dirigencia política. Pero la dirigencia política cae en la misma volteada que el resto de la dirigencia e instituciones. Es lamentable pero es así. El planteo por los espacios públicos en el fondo encierra esto: hermano, ¿cómo se hace para tomar las decisiones, quiénes la toman, con quiénes, de qué manera, sobre qué intereses, se hacen públicas? Y el planteo por los espacios públicos lo excede. El planteo político que está en el sustrato es empezar a hacer de esto otra cosa. La legitimidad de las urnas hoy no sirve para nada, no dura ni 24 horas. Si no, preguntale a Cristina Kirchner con el paro del campo. La legitimación no es algo a ganar, sino que tiene que ver con la metodología que se lleva adelante, cómo uno asume como cuestión esencial de qué es la política, qué visión se tiene de las personas y la sociedad que quiere. Eso va a implicar un nuevo modelo de gestión. Mientras tanto todo lo demás es marketing; discurso vacío de contenidos”, disparó.
Sobre el punto en cuestión que ha convocado últimamente el debate, Martínez Garbino refirió que se ha confluido al ámbito de la asamblea para “plantear y discutir otra cuestión sobre el destino que tienen los espacios que son de todos, los más emblemáticos, los más lindos y que, por otra parte, están estratégicamente ubicados. Nos enteramos que de un día para otro quien estaba a cargo de la gobernación anterior, Jorge Busti (PJ), se lo entrego al señor Miguel Marizza. Hasta el día de hoy no podemos saber qué procedimiento se utilizó, porque licitación pública no hubo. Ese lugar es de dominio público provincial y esos lugares como todos los espacios públicos tienen que tener otro destino. Y hay que definir ese destino de distinta manera de la que hasta este momento se ha hecho. Hay que generar ámbitos, consultas, ver qué se hace con esos lugares. Pero el primer concepto es que sean aprovechables por todos, accesibles por todos, porque son los más lindos. Puede haber algún tipo de intervención o debe haber. Pero lo privado debe ser complementario a lo público. Lo público siempre es prioritario. No puede ser que cada vez que se abre un lugar de estos se ve como posibilidad poner un boliche, hacer un edificio o poner un comedor. No digo que esté mal, pero sí que estas cosas tengan otro destino que sea aprovechable por todos y se respete esta naturaleza pública. Esto vale para todos los lugares de la ciudad”, subrayó.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
