Florencia Penna

Dos hermanos en un departamento filman películas cortas, eróticas. “Damiana quisiera tener todos sus recuerdos filmados, Roberto sólo se acuerda de los malos... Ella escribe un guión. Alguien llega de improviso y todo se vuelve posible”. Así invita la sinopsis de Prima Fílmica, la obra que el grupo de teatro El Cuenco presentará en el Centro Cultural La Hendija este sábado y domingo a las 21.

No será la primera vez que la compañía cordobesa pise suelo entrerriano. Ya lo hizo en el Centro Cultural Juan L. Ortiz y este año, deleitó con su obra La desconfianza III. Matar al otro, en el marco de la Fiesta Regional del Teatro Centro - Litoral. Su destacada performance fue distinguida, permitiéndole participar de la Fiesta Nacional del Teatro realizada el mes pasado en Formosa.

En diálogo con ANALISIS, el actor Maximiliano Gallo -que en esta oportunidad es responsable de la dramaturgia y la dirección- se refirió al mundo creativo de El Cuenco y su última propuesta.

-¿Cómo surgió esta obra?
-Prima Fílmica nació sin ninguna idea previa, de la mera improvisación de la escritura. Luego de esta improvisación (caprichosa, sin destino planeado, mía y con las palabras), comenzó a emerger el deseo de trabajar con lo siniestro u ominoso en las situaciones escénicas. En cuanto a la temática, se fue perfilando la noción de lo “normal y anormal”: qué es lo que nuestra sociedad dictamina al respecto. Me interesó trabajar con la idea de “género sexual” para desarrollar mi visión sobre lo que la sociedad dictamina como “normal”.

-¿Qué conflictos plantea?
-Se exponen tres personajes, dos hermanos, un varón que quiere ser mujer, una la mujer que quiere ser un varón, y una desconocida que llega. La cuestión es cómo estos mismos personajes, que por ser diferentes y “anormales”, no sólo por su elección de género sexual sino por otras formas de expresión y comportamiento, se sienten excluidos y a su vez se auto-excluyen y auto-discriminan. La llegada de un tercer personaje con todos los rasgos aparentes de “normalidad”, en cuanto a género sexual, comportamiento, “belleza” y demás, nos muestra a las claras que no es todo como creíamos, y empezamos a ver de manera “rara” a la supuesta “normalidad” que es representada por el personaje llamado Ángela. El conflicto de la obra a su vez es la idea de poder volver el tiempo atrás. Ellos son cineastas aficionados, filman videos caseros, y les surge la idea de filmar los recuerdos, en particular uno muy feo de la infancia. Y con la ayuda de Ángela, recrean el momento para poder vivirlo, como adultos.

-¿Cómo se distribuyeron los roles?
-Yo terminé de escribir y reescribir el texto, y convoqué a los actores. Algunos forman parte de la compañía El Cuenco y otros no. Yo dirigí el texto, Belén Pistone hizo la asistencia de dirección. Rodrigo Cuesta, que por lo general es el que escribe y pone en escena la mayoría de los espectáculos del grupo, encarna el personaje de Damiana. Elisa Gagliano y Natalia Di Cienzo, ambas provenientes de diferentes grupos y trabajos, son “Roberto” y “Ángela”. El diseño de iluminación fue de Daniel Maffei. Santiago Demo colabora con la asistencia de escena. Y el trabajo de producción se reparte entre Belén y yo. Pero en general, todos hacemos de todo.

-¿Cuánto tiempo les llevó la preparación?
-Aproximadamente cinco meses, algunos más provechosos que otros, como todo proceso.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)