Marcelo Comas
El Club Belgrano de Paraná sueña con ser el de antes, cuando los logros deportivos y el bienestar institucional lo llenaban de gloria. En la década de 1990 la desidia de unos pocos dirigentes provocó que El Mondonguero perdiera un mítico estadio donde se vivieron partidos históricos y finales dramáticas. Por suerte ese pesado lastre quedó atrás. Rehacer la historia es el lema elegido por un grupo de directivos encabezados por Walter Rolandelli y Oscar Chapino, presidente y vice, que supervisan las obras del nuevo estadio que se construye en la zona del Acceso Norte. El martes la institución cumplió 97 años de vida y quiere festejarlos “pegando ladrillos”, según definen sus dirigentes a los trabajos iniciados en octubre de 2006.
La historia que motiva la siguiente nota suele repetirse con frecuencia en los lugares más recónditos de nuestro país. Si hasta el guión de una película nacional, Luna de Avellaneda, se ocupó de la crisis que sufrieron los clubes en la década del 1990.
Belgrano de Paraná, uno de los más antiguos de la ciudad -fundado el 10 de junio de 1991- era sinónimo de crecimiento sostenido y finanzas ordenadas en la primera mitad del siglo XX. Un club modelo que mostraba sus avances mientras disfrutaba de una época dorada en los torneos de la Liga Paranaense de Fútbol y pisaba firme en sus incursiones en cada gira por el interior. Hasta que a finales de los 80 la institución sufrió un grave descalabro económico que derivó en la pérdida del estadio de calle Salta y Nogoyá. Esa situación golpeó duro los ánimos de socios y dirigentes de la entidad blanquiceleste, pero se juramentaron trabajar para recuperar ese bien tan preciado.
A partir de la asunción de Walter Rolandelli, en el Mondonguero se puso en marcha un movimiento social que intentó por todos los medios recuperar el prestigio perdido. Una de las primeras medidas para darle forma a ese ambicioso proyecto consistió en el arranque de las obras para construir el futuro estadio.
El sueño de la cancha propia está cada vez más cerca y también el de toda una comunidad deportiva que forma parte de la historia grande en el deporte paranaense.
“El martes la institución cumplió 97 años de vida, y voy a tomar prestada la frase de Oscar Chapino que dijo ‘festejamos pegando ladrillos’. No vamos a tener festejos por este aniversario, simplemente haremos un recordatorio de la Comisión Directiva que en 1950 presidía Francisco Cerini y que es la única que ha pegado ladrillos en la institución, siendo precursores en esta materia. Con gran esfuerzo, y pese de algunos pesimistas que no creían en esta gestión, podemos decir que la cancha es una realidad. Este año nos encuentra con la cancha a punto de inaugurarse y sólo nos hemos retrasado por la cuestión del paro agrario, por lo que no tenemos cemento para terminar las obras”, contó en el comienzo de la charla el titular de Belgrano, Walter Rolandelli.
El nuevo estadio mondonguero se ubica en la zona del Acceso Norte de la ciudad de Paraná, más precisamente en calle Bazán y Bustos entre Don Bosco y Fraternidad. Allí, a pocos metros del Seminario y lindando con el Club SOEVER la familia belgranense levanta con orgullo la nueva cancha y prepara el predio para el disfrute de todos sus socios.
En otro tramo de la conversación con ANALISIS el joven mandatario explicó que el avance en la construcción del flamante complejo se cumple en forma progresiva y constante. Asimismo, comentó que sólo faltan detalles para dejar habilitado el campo de juego principal. “Ya tenemos los vestuarios y sólo nos falta poner la losa. También se suma el pozo negro y el pozo de agua”, informó Rolandelli.
El lugar elegido para instalar la nueva sede deportiva cuenta con una extensión de dos hectáreas y media, en donde se construyen tres canchas de fútbol, una principal y dos auxiliares que estarán reservadas a los entrenamientos. Esta zona es muy valorada por los empresarios del sector inmobiliario, ya que por la superpoblación en zonas urbanas en poco tiempo la ciudad se fue expandiendo en esa dirección. Al respecto opinó Leonardo Centurión, uno de los colaboradores: “En las canchas auxiliares van a entrenar las jugadores del Mamis Hockey. Es importante el tamaño que tiene el predio”.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
