-Cuestiones para aclarar. Luego del rechazo de la propuesta oficial por parte de la Cámara de Senadores merced al voto de desempate del vicepresidente de la Nación, Julio Cobos, se generó un ambiente menos prejuicioso para poder reflexionar sobre argumentos y posiciones jugadas en pro y en contra del conflicto del campo y el gobierno. La oposición, liderada por los segmentos más concentrados y poderosos del sector agropecuario, esto es Sociedad Rural y CARBAP-CRA, fundamentó y sostuvo el carácter confiscatorio de la alícuota planteada por la Resolución 125, debido a que todo impuesto superior al 33 por ciento se inserta en ese encuadramiento. Por fuera de si las retenciones constituyen un impuesto o bien se encarrila bajo el paraguas de los aranceles. Vale repasar que en diferentes circunstancias históricas ese arancel-impuesto estuvo muy por arriba del 33 por ciento. Bueno es convenir que Antonio Cafiero, ya sea como ministro de Economía en el gobierno de Isabel Martínez de Perón en 1975 y antes, siendo secretario de Comercio, en 1952, en la segunda Presidencia de Juan Perón, siendo ministro de Economía Gómez Morales, impuso el sistema de cambios múltiples. En manos de Cafiero el sistema quedaba constituido por un conjunto de retenciones y reembolsos. En ambos períodos se impusieron retenciones por encima del 50 por ciento, especialmente para el trigo. Krieger Vasena impuso el 40 por ciento de retenciones a las exportaciones agropecuarias siendo ministro de Economía del dictador Juan Carlos Onganía.

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-La nueva cara del gobierno provincial. Pero así es la cosa en los países serios, como se suele decir. Lo cierto es que en este aparente fin del conflicto con el ruralismo y una vez derogada la resolución de marras, dentro de una telaraña que cuesta despejar aparece el hecho incontrastable de que sin impuestos progresivos que graven considerablemente la riqueza es imposible que el Estado pueda dar cuenta de los requerimientos elementales para que el país funcione. Este aspecto de la cuestión es importante destacarlo por cuanto es un problema que debe enfrentar cualquier gobierno que pretenda seriamente encarar una estrategia de desarrollo sustentable. Por eso no debe sorprender que Roberto Schunk, flamante secretario de la Producción de la provincia, haya salido con mucha valentía a sostener la importancia de las retenciones móviles al otro día de que éstas habían quedado anuladas por el rechazo de los senadores.

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-Saliendo de lo tradicional. Dentro de este contexto que no se puede soslayar se deben registrar determinados cursos de acción que se instalan en la provincia. Todo el mundo tomó en cuenta que la incorporación del contador Schunk al gobierno provincial -secundado por Aldo Bachetti como titular de Industrias y Pymes- comprende una apertura por parte del gobernador Sergio Urribarri que traspasa las fronteras del justicialismo. La decisión de incorporar hombres de otros partidos a la gestión no constituye un hecho novedoso. No hace mucho Jorge Busti incorporó a Felipe Ascúa como presidente del Consejo General de Educación (CGE), siendo éste un caracterizado militante del radicalismo paranaense que había ocupado el mismo lugar en la primera gestión de Sergio Montiel. José Mouliá también fue funcionario de Sergio Montiel y luego de Jorge Busti. Lo distinto está dado en razón de que la incorporación de Schunk al gobierno provincial termina de romper una tradición de gobernar sin estrategia. Es una cuestión que Urribarri venía esbozando, tanto cuando se hizo cargo del gobierno en su discurso inaugural y más recientemente cuando el 1º de julio dejó abierto el nuevo período legislativo. Antes de estos pasos, cada gobernador, y por qué no cada ministro, hacía o no hacía según su parecer o conveniencia y no en función de un programa de desarrollo que apuntara en un determinado modelo de provincia. Cualquiera sea el color del gobierno, radical o peronista, las articulaciones políticas giraban en función del inmediatismo de cómo ganar elecciones sin tomar en cuenta afinidades ideológicas y programáticas.

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-Adelante radicales. Como todo el mundo sabe, la derrota del kirchnerismo en la Cámara de Senadores fue producto de un arco de alianzas tan grande como heterogéneo. Desde ahí cabe pensar que cada franja de ese conglomerado de agrupamientos políticos tenga legítimas expectativas de ser la fuerza capaz de liderar el enfrentamiento al kirchnerismo en las elecciones legislativas de octubre del 2009. Por grande que fueron los esfuerzos de los agrupamientos de la derecha política por hacer aparecer como suya la construcción del frente opositor, en la Cámara de Senadores se vio en forma notoria la muñeca del radicalismo. Los principales referentes del centenario partido -como les gusta recordar a sus seguidores- supieron tejer el núcleo duro del frente con la Coalición Cívica y el Partido Socialista Popular de Hermes Binner y Rubén Giustiniani. De ahí en más, como corresponde a una eficaz construcción política, sumaron sin ningún tipo de preconceptos a todos los que querían y podían sumar.

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-Adónde va Busti. La puja fuerte se sigue abriendo hacia el interior del justicialismo. Lo acontecido en la Cámara de Senadores ha puesto en los primeros planos de la referencia política a Jorge Busti y su confrontación con Sergio Urribarri. Como directa expresión de sentirse en una situación más aliviada, Busti, si bien sigue sosteniendo su buena relación con el ex presidente Eduardo Duhalde, inmediatamente dejó en claro no pertenecer a su movimiento. Este comportamiento sutil por parte del ex gobernador es una muestra más de que Busti sigue siendo Busti. Es decir, trata de jugar a todos los juegos con tal de sostener su liderazgo en el justicialismo entrerriano. En ese sentido, como muchas veces se lo ha dicho, la base de su asentamiento sigue siendo en forma excluyente el territorio provincial y en ese sentido la alianza con Duhalde es meramente operativa. Va a durar lo que deba durar en tanto sirva para mantener ese liderazgo. Dentro de ese tactiqueo con que sabe armar sus afectos y alianzas, es importante valorar la fuerza que sin duda tiene para Jorge Busti la relación con el matrimonio Halle-Romero. Resulta que determinados corrillos políticos entraron a especular sobre un acercamiento entre Julio Solanas y Jorge Busti, relación que, se decía, dejaba a un costado al presidente municipal de Paraná, José Carlos Halle. No bien le pusieron un micrófono cerca, Busti de manera categórica afirmó su relación con Halle.

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