Silvio Méndez
Con la adjudicación de las obras a una firma bonaerense, comenzaron a correr los plazos para encontrar un terreno dónde construir la nueva planta de tratamientos de residuos de Paraná. El proyecto, financiado por un mecanismo internacional propuesto en el Protocolo de Kyoto, ha tenido una serie de escollos de vecinos de Oro Verde y empresarios del Parque Industrial de la capital provincial, que fueron los dos lugares propuestos para la instalación del basurero. Ante el ataque de pánico por razones fundadas y no tanto, el municipio dio marcha atrás y evalúa otros lugares. El sitio estaría definido, pero no se dará a conocer para evitar las mismas experiencias. En diálogo con ANALISIS, el secretario de Medio Ambiente comunal, Ricardo Goñi, precisó que se ubicará dentro del ejido y que se encuentra firme la decisión de avanzar con el proyecto. Del mismo modo, aseguró que la problemática social que se plantea por el cierre del Volcadero, será atendida por acuerdos con la gente que vive de los residuos.
Queda aproximadamente un mes para que la firma Sánchez Granel Ingeniería SA, de la provincia de Buenos Aires, pueda presentar, tal como lo requiere el sistema de financiación, el proyecto de obra a las Naciones Unidas para montar la tan anunciada planta de tratamiento de residuos de Paraná. El gran problema es que todavía no tiene lugar donde construirla, porque la comuna no ha podido encontrar un terreno que no despierte el rechazo de los lugareños.
La traba es que nadie quiere tener un basurero cerca, en el vecindario, al lado de su casa. Pueden existir algunas razones fundadas con el antecedente del actual Volcadero o la desastrosa y siniestra implementación de la planta potabilizadora de agua, aunque otras parecen más propias de un ataque de pánico moral, como esgrimieron los empresarios que se oponían a que se instale el procesamiento de residuos en el Parque Industrial. Lo cierto es que, tomando nota de estas experiencias, la comuna ahora guarda como secreto de Estado el nuevo sitio que será propuesto, aunque sería una ingenuidad pensar que con las referencias de marras no se levanten rechazos de todos modos.
En diálogo con ANALISIS, el secretario de Medio Ambiente de la Municipalidad de Paraná, Ricardo Goñi, habló de cuál será el plan oficial para, finalmente, llevar adelante el proyecto.
–¿Se ha decidido el nuevo lugar donde instalar el nuevo basurero municipal?
–Respecto al lugar, todavía no está decidido cuál va a ser. Estamos manejando varias alternativas y analizando cuál es la más conveniente.
–¿Por qué no en el Parque Industrial?
–El Parque Industrial se planteó simplemente porque es una zona donde el municipio cuenta con siete hectáreas que son de su propiedad. Facilitaba el hecho de no tener que comprar un terreno, de evitar un trámite que había que hacer con la Nación para su adquisición. Pero realmente no fue propuesto como alternativa. La cosa pasaba por disponer de los terrenos. Después vimos de tratar de evitar zonas residenciales o destinadas previamente a otro uso, como es el industrial. No porque la planta fuera a producir algún impacto, porque no se generan lixiviados (líquidos de los residuos), ni ningún tipo de desechos sólidos, líquidos o gaseosos, sino que hay un tema fundamental que es el flujo de camiones de y hacia la planta, que va a generar un cambio en la zona. Entonces tratamos de que sea un lugar donde funcione la planta y que podamos anexar algunos otros emprendimientos que estamos pensando, como una especie de viveros de empresas donde podamos analizar diversos usos que se le pueden dar al producido de la planta que se llama oxalor. Por ejemplo, en Francia, se lo utiliza para fabricar ladrillos. Se están viendo alternativas de generación de energía, queremos ver de hacer convenios con las universidades para tener, sin ser muy pretenciosos, una especia de parque tecnológico. Necesitamos, además, un buen espacio para la circulación de camiones.
–Pero ese no es un buen argumento, en el Parque Industrial hay entrada y salida de camiones. ¿Es un argumento de los industriales o suyo?
–No, es un argumento mío. Sí, tiene un tráfico, pero no tiene el flujo permanente.
–Esa fue la razón que ellos esgrimieron.
–No encuentro otro argumento serio de por qué no hacerlo en las proximidades de un barrio residencial también. Porque las posibilidades del impacto pueden ser mitigadas hasta desde el punto de vista paisajístico; hay maneras, con especie de cercos verdes, de mitigar una fábrica cerca de tu casa. Yo creo que el problema atendible, incluso en la opción (de instalar la planta) cercana a Oro Verde, es que la circulación de 100 camiones por día es una molestia importante. En cambio, en un lugar donde haya una ruta no.
–¿Pero por un lado tienen que entrar y salir los camiones?
–Sí, pero si imaginamos una ruta, donde circulan miles de camiones, ¿qué impacto puede generar que circulen 50 o 100 camiones más?
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
