Juan Cruz Varela

En los últimos dos años, al menos cinco personas han muerto por complicaciones derivadas de las denominadas cirugías de la obesidad, y se ha registrado un número no determinado de casos en los que los pacientes continúan padeciendo graves secuelas tras operaciones que en la provincia sólo realizan dos clínicas privadas a un costo de 30.000 pesos por intervención. Las obras sociales reconocen los riesgos pero aseguran que dan cobertura al tratamiento para evitar las acciones de amparo de los afiliados, ya que tras la sanción de la ley de obesidad están obligadas a incluirlas dentro de sus programas médicos obligatorios. Según datos recabados por ANALISIS, en los tribunales provinciales se tramitan varias causas por presunta mala praxis contra profesionales que practican este tipo de cirugías en nosocomios entrerrianos.

A los 30 años, María Carla decidió que era momento de ocuparse un poco más de ella misma. Siempre había tenido un importante y peligroso sobrepeso y después de probar con diversos tratamientos decidió someterse a una cirugía bariátrica. Algunas compañeras de trabajo de la Secretaría de Salud la convencieron de que los riesgos eran los de cualquier intervención quirúrgica y, como contrapartida, desaparecerían los dolores de espalda y de rodillas que la aquejaban. En fin, tendría una mejor calidad de vida.

En febrero realizó las primeras consultas y comenzó a prepararse para la operación. Se puso en contacto con conocidos que se habían sometido a una cirugía de este tipo y realizó averiguaciones por Internet. Estaba muy ilusionada, con los miedos que implica una cirugía, pero segura de que era el último recurso que le quedaba para bajar de peso. Cuando se fijó la fecha para operación, le recomendaron bajar 10 kilos. Pesaba entonces 130. Muchos más de lo que podía soportar su cuerpo de 1,65 metros de altura.

La cirugía se pautó para el 22 de julio. El Instituto de Obra Social de la Provincia de Entre Ríos (IOSPER) se hizo cargo del 50 por ciento de la operación y le financió un crédito asistencial por el resto de los 30.000 pesos que cuesta la cirugía. Aunque no le fijaron una dieta ni una rutina de ejercicios, ella logró dar justo en el peso para la operación, realizada por la técnica laparoscópica, que consiste en efectuar pequeños cortes a través de la pared abdominal, por los que se colocan instrumentos y cámaras que permiten trabajar en el interior del abdomen sin realizar una incisión grande.

La operación fue exitosa y al día siguiente empezó a caminar y hasta se bañó por sus propios medios, tal como estaba previsto. Hasta que comenzó a sentirse molesta y tuvo mucha fiebre. Cuando los médicos advirtieron el hematoma en el vientre la llevaron a terapia e inmediatamente a cirugía. Tuvo un shock y se le generó una infección generalizada que se extendió a otros órganos. Durante ocho días estuvo sedada en terapia intensiva e inclusive bajo tratamiento por un virus intrahospitalario, hasta que falleció el 1° de agosto. La respuesta recibida por los familiares de Carli fue que el problema que sufrió es esperable recién a los tres o cuatro meses de la cirugía, pero que no sabían lo que había ocurrido.

De qué se trata

Hasta hace algunos años, los tratamientos para adelgazar consistían únicamente en dietas en la alimentación y el ejercicio físico. Pero la dificultad que ello representa para personas con elevado sobrepeso ha llevado a investigar otros métodos. La cirugía de la obesidad o bariátrica es una técnica que los profesionales médicos recomiendan sólo para pacientes con un tipo de obesidad mórbida, es decir, cuyo sobrepeso los pone en riesgo de complicaciones graves e incluso de muerte y cuando las personas no han logrado bajar de peso y mantenerse a través de tratamientos basados en una alimentación adecuada, actividad física, cambio de hábitos y medicamentos. El caso más resonante es el de Diego Armando Maradona, que logró bajar 50 kilos a través de un bypass gástrico.

Para determinar si una persona puede someterse a un procedimiento de este tipo se realiza una evaluación en la que participa un equipo médico integrado por psicólogos, psiquiatras, nutricionistas, profesores de educación física, clínicos y cirujanos y así cumplir con un seguimiento en un tiempo prolongado.

“Para inducir la pérdida de peso, las intervenciones bariátricas modifican el sistema digestivo y alteran intencionalmente la forma en que el cuerpo ingiere y digiere los alimentos, por lo que después de someterse a la intervención el paciente deberá cambiar sus hábitos en relación con la comida y la actividad física”, contó un profesional paranaense consultado por este semanario, que reconoció que este “tipo de operaciones tiene los riesgos propios de cualquier cirugía y la mortalidad en caso de complicaciones es una posibilidad que los médicos deben advertir a sus pacientes en caso de complicaciones por infecciones, sangrado, ruptura de la línea de la sutura, edema pulmonar, coágulos y problemas cardíacos”.

De todas maneras, los profesionales advierten que el éxito de tales intervenciones depende del compromiso de los pacientes respecto de las indicaciones médicas y de su capacidad para adoptar hábitos más saludables, y el consumo de suplementos vitamínicos y minerales para compensar la carencia de hierro y la descalcificación de los huesos, que son los efectos secundarios más comunes que se presentan; pero también generan una mejoría en enfermedades relacionadas con la obesidad, como la hipertensión arterial, colesterol, apnea de sueño, y estudios recientes han detectado altas posibilidades de cura de la diabetes tipo dos.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)