-La coparticipación en el debate. Se podía descontar que el eje de la coparticipación iba a atravesar la campaña electoral en curso. Era de esperar que este tema, que acaparó el conflicto con las patronales agropecuarias de la Mesa de Enlace, fuera parte importante en la configuración de los espacios con miras al 28 de junio. Tan cantado estaba que, a penas la oposición apuntó en esa dirección, se notó que al oficialismo la cuestión no lo tomaba de sorpresa. De la lista de candidatos fue Raúl Barrandeguy el que recogió el guante y saltó al ruedo demostrando tener solvencia en el conocimiento de la cuestión. Está actitud decidida por parte del primer candidato del Frente Justicialista Entrerriano reflejaba también que la coparticipación formaba parte de un acuerdo claro por parte de Jorge Busti, virtual cabeza de campaña, y el gobernador Sergio Urribarri.
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-La temperatura en ascenso. Como no podía ser de otra manera, este floreo del candidato Benedetti reactivó el costado más fuerte de la tercera Gobernación de Jorge Busti. Cuando Fernando de la Rúa abandonó en helicóptero el gobierno nacional, el déficit fiscal trepaba con creces el 11 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI), había un virtual estado de default. Cuando Eduardo Duhalde se hizo cargo de la Presidencia de la República, las remesas de coparticipación llevaban una demora de tres meses. En Entre Ríos el bono federal, que se había transformado en la moneda de circulación en la provincia, se cotizaba en el 50 por ciento de su valor nominal. Con esta cuasi-moneda se pagaba a los trabajadores públicos y a los proveedores del Estado. Los sueldos de la administración pública nacional, además de no recibir ningún tipo de aumento, habían recibido una quita del 13 por ciento. Este descuento también afectó a los jubilados, lo que representaba una verdadera herejía.
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-La estrategia en marcha. En el momento en que el radicalismo cerró filas con la Coalición Cívica de Elisa Carrió y despechó al Partido Socialista Popular, quedaba dibujado el perfil de la propuesta electoral. Se apostaba a ganar adeptos en las zonas rurales y semi-rurales por parte de una lista donde los cargos principales eran cubiertos por referentes del empresariado ruralista. Luego, la desconformidad de los sectores medios urbanos quedaba sujeta a la seducción de Lilita. Esa propuesta es la que está en marcha. Si Benedetti y el Acuerdo Cívico y Social resultan creíbles a la hora de proponer una gesta federalista es una cuestión que quedará revelada cuando se tenga a la vista los resultados del 28 de junio.
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-El Pato y Busti. Precisamente, si algo ha perdurado en su nivel en todos estos tiempos son los 60 puntos de expectativas favorables que las encuestas asignan a Jorge Busti. Si bien últimamente no pudo zafar de un par de escraches por parte de sectores díscolos del ruralismo que no le perdonan su alineo con el kirchnerismo, estas escaramuzas no han hecho mella en su buena imagen. En cambio, el franco crecimiento en las expectativas de la sociedad por parte del gobernador Urribarri es claro que se inscribe en cómo fue evolucionado el temperamento de la sociedad. Encuestas recientes coinciden en que el gobernador ha crecido fuertemente en el aprecio de los entrerrianos. Incluso, dirigentes empresarios ligados a la explotación del citrus, Mariano Caprarulo y Hugo Tarditi, entre otros, han destacado en reuniones recientes el acompañamiento positivo por parte del gobernador Urribarri. De esa manera, en el diseño de la campaña electoral por parte del oficialismo surgen las líneas de acción: por un lado, Jorge Busti junto a los candidatos en la puesta en escena de los actos públicos fundamentalmente; en el otro perfil de trabajo, Sergio Urribarri peregrina con el tranco que lo caracteriza, pueblo por pueblo, ciudad por ciudad, inaugurando obras y destacando el trabajo realizado durante su gestión.
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-AGMER Concordia, un paso hacia la realidad. Días pasados, en declaraciones a la prensa, el secretario general de AGMER Concordia, Miguel Stebagner, reconoció “el cumplimiento dispar del paro y por lo tanto que esa metodología de lucha estaba debilitada”. Vaya vanidad, desde estas hojas se ha dicho que esta situación no es reciente, que incluso empezó a hacerse sentir ya en los tramos finales de la conducción que encabezaba Sergio Elizar. Más, se ha sabido señalar que las propuestas de paros progresivos e indefinidos constituyeron los latiguillos de la Lista Rojo y Negro para acorralar y desmembrar la conducción de la Lista Celeste que representaba Elizar. Estas reflexiones críticas por parte del secretario general de AGMER Concordia son muy relevantes. Stevagner, además del cargo institucional, es un destacado referente de la agrupación Rojo y Negro en la provincia. Incluso, es bueno saber que en cuestiones puntuales sobre denuncias de riesgo edilicio, el gremio docente de Concordia ha sabido convocar a la comunidad y ha tenido respuestas apreciables. O sea, quien así opina sobre el agotamiento de las medidas de paro es un destacado gremialista que más de una vez a puesto sobre la mesa la capacidad movilizadora del gremio.
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