Juan Carlos Ardoy fue vocal del Superior Tribunal de Justicia (STJ) hasta el 30 de junio. Luego de nueve años en el cargo, se acogió a la jubilación y optó por retornar a su Concepción del Uruguay natal. Padre de hijos abogados, esposo de funcionaria judicial, Ardoy hizo un extenso reportaje en el programa Fuera de juego (Canal 2-Gualeguaychú), donde marcó distancia de los “jueces part time” –en obvia referencia a uno de los vocales del alto cuerpo, al que nunca nombró- y resaltó a Emilio Castrillón, pese a que tiene una clara diferencia en cuanto a historia política. “Tiene todas las condiciones para hacerse juez”, dijo, en una contundente definición, tras reconocer su “inteligencia” y capacidad para resolver las causas. Reconoció que existen jueces que “trabajan 12 o 14 diarias”, pero que también hay otros que no demuestran contracción a la tarea judicial y negó haber visto alguna vez una intromisión del poder político en el seno del STJ para torcer alguna decisión.

-Usted se fue el 30 de junio, ¿ya se terminó de acomodar a la vida ciudadana?
-No terminé de acomodarme. Encima yo me fui y vino el feriado por el tema de la gripe, después la feria, y uno no sabía si esos días estaba inhábil o jubilado ya, y no veía la hora de que empezaran a trabajar para darme cuenta de esto.

-¿Cuánto tiempo estuvo de vocal?
-Nueve años y tres meses.

-De los objetivos que se trazó ¿qué fue lo que no pudo hacer?
-La verdad es que muchas cosas. Uno ha tenido siempre una idea concreta sobre la justicia, sobre el funcionamiento, y en gran parte muchos de esos logros se pueden hacer a través de la presidencia del Tribunal, y a mí me tocó presidir el Tribunal en una época muy difícil donde la pretensión mía era de que los Tribunales permanecieran abiertos, donde se revolvieron miles y miles de amparos permanentemente. En ese sentido se dio respuesta, porque llegamos a tener 13.000 expedientes a despacho. Yo ingresé con el gobierno de Sergio Montiel y ése fue un período muy duro hasta que se reacomodó. Y algunas reformas que después en forma parcial fueron saliendo, el fuero económico no llegó a perfilarse totalmente. Después había que tratar de bregar para crear cámaras específicas y se formó el código de procedimiento, que creo que muchos no quedaran conformes; en mi caso particular participé en la comisión. Yo estaba en la Sala Civil y Comercial. Y después se podrán hacer algunos ajustes y adaptarlos de manera tal que se consiga mayor celeridad en el proceso.

-Uno descubre las situaciones complejas que se dieron en el Superior Tribunal de Justicia en los últimos meses –con desplazamientos de funcionarios judiciales, tirones de orejas por cuestiones personales- y puede decir que molestan, sorprenden, duelen. ¿Cómo ha vivido usted todas estas realidades?
-Si fuese por las funciones específicas de juez, yo hubiese podido seguir dictando sentencia, pero hubo una serie de problemas que van adosados y que le competen a los vocales y eso costaba más. Y, fundamentalmente, en algunas cosas hubo desacuerdos grandes y uno termina con algún encontronazo con algunos vocales. Yo tenía un trato con todos, pero no puedo decir que era amigo de todos, porque con esa composición del Tribunal no se puede ser amigo en general del cuerpo. Desde el punto de vista personal, uno ve el compromiso que tiene con la justicia, el respeto al judicial, al propio Poder Judicial, en definitiva, un respeto al pueblo. Creo que el juez se tiene que dedicar full time a ser juez, no se puede ser juez part time, estando en determinados períodos en el Tribunal y el resto en otro lado. Y por ejemplo, la ley permite a los jueces dar cátedras universitarias; si bien no pone un límite, yo creo que se debería ponerlo de manera tal de privilegiar siempre el mejor funcionamiento de la Justicia.

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