Federico Malvasio
La convulsión mediática ahoga a los televidentes del mediodía. Una señora rubia, con un relato convincente y sin fracturas, confirma y ratifica a cada minuto su tragedia. Se torna difícil no creerle. Un gesto de desconfianza sobre la trama de la historia lo puede poner a uno en un mal lugar en cualquier reunión social. La figura delgada y de sufrimiento se multiplica en los canales, la voz quebrada recorre las radios en los horarios de mayor rating. Es difícil no creer. Se trata de la historia de Juani, un niño de 7 años que -según su madre- fue abusado por su padre. Lo peor: el supuesto abusador tiene la guarda. El hecho de la pequeñez de la víctima no se benefició con la cautela de la prensa, ni mucho menos con el buen gusto del periodismo.
Marcela Della Bella, su madre, es hasta aquí la guionista de una tragedia que ha llegado a inconmensurables niveles de exposición. Para la mujer, la trama cuenta con dos víctimas: ella y el menor. En la vereda de enfrente ubica a una Justicia corrupta y al cinismo de la familia paterna de Juan Ignacio. En el Poder Judicial impugnaron todas las acusaciones de la señora mediática a través de su asesora de prensa y comunicados firmados por el Superior Tribunal de Justicia. Padre, tío y abuelos del chico se retuercen en sus casas de Santa Fe, donde residen, cada vez que se encienden la tele y ven a la rubia.
Pero la historia no sólo está en los medios. En exclusivo, ANALISIS tuvo acceso al expediente y comprobó que en la causa sólo coinciden los actores. Informes médicos y psiquiátricos ponen a Della Bella en una situación incómoda. Mientras tanto, la mujer cuenta con papeles firmados por profesionales, todos con relación de dependencia del Estado. El caso remite al 2004, cuando la pareja se separó. Tenencia y regímenes de visita de Juan Ignacio forman parte del laberinto judicial, desconocido hasta entonces.
Asistencia parcial
Una de las aristas que llevan a la confusión del caso mediático se inicia en la Dirección de Asistencia a la Víctima del Delito. Della Bella requirió ayuda del organismo. Allí dio con Pablo Liendo. El psicólogo, que atendió al niño, redactó un informe en el que deja constancia de qué manera la madre “coherentemente y con profunda angustia” manifiesta “su preocupación por la conducta de su ex pareja”, Fernando Sobrero. En un primer párrafo defenestró al padre de la criatura endilgándole “comportamientos impulsivos que -según el profesional- podrían caracterizarse como psicopáticos”.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)