Por Andrés Klipphan
Los datos estadísticos son contundentes. Abrumadores. Escalofriantes.
“En la Argentina mueren 21.800 pacientes por año por el mal uso de medicamentos. Remedios truchos, adulterados, vencidos, robados, con troqueles falsificados, terminan enfermando y matando. Son asesinatos, crímenes silenciosos. Entre el ocho y el quince por ciento de los medicamentos que se consumen en la Argentina son ilegítimos. Y circulan en el mercado negro porque los controles no alcanzan, son escasos y muchas veces están a cargo de funcionarios corruptos.” La declaración es de Marcelo Pertetta, doctor en Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires y presidente del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos.
“Casi el diez por ciento de los medicamentos que circulan en el país son falsificados. Esto pone en riesgo la vida de la gente. La falsificación de medicamentos es un delito internacional, pero en la Argentina se hace con más saña que en otros países”, dice Claudio Zin, ex ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires.
“En nuestro país hay una verdadera industria de remedios adulterados: se clonan los troqueles, se usan etiquetas falsas; de un frasco o una ampolla se obtienen dos y hasta tres remedios adulterados. Hay inescrupulosos que rellenan envases de medicamentos ya usados. Les ponen sustancias que no son las drogas originales y los vuelven a hacer circular en el mercado. Están matando a los enfermos. Como en el caso del Yectafer que se adulteró su composición de sales de hierro y mató como mínimo a cinco mujeres”. Es Foja 1 del expediente 1787/07, y habla Carlos Alberto Chiale, titular del Instituto Nacional de Medicamentos (INAME). Por su denuncia, realizada el 19 de diciembre de 2006, se inició la megacausa sobre la mafia de los medicamentos.
“En la Argentina se invierten en salud sesenta mil millones de pesos por año. El siete por ciento se pierde en corrupción, desde el médico que receta una prótesis más cara porque recibe un porcentaje del lugar donde la manda a comprar, hasta el sobreprecio de los medicamentos. Buena parte del precio de los medicamentos se genera en el proceso de comercialización, entre otras causas, por los incentivos de los laboratorios para que los médicos prescriban determinados medicamentos”, sostiene Graciela Ocaña, ex ministra de Salud de la Nación.
“El comercio de medicamentos adulterados, falsificados y robados en la Argentina pasó del uno por ciento del total en 2000, al tres por ciento en 2004, al siete por ciento en 2006 y al diez por ciento en 2009”. Datos oficiales difundidos por la industria farmacéutica.
“El negocio irregular de remedios mueve en el país aproximadamente mil cien millones de pesos anuales”. Información del Colegio de farmacéuticos de la Ciudad de Buenos Aires.
“En la Justicia Federal y Ordinaria tramitan alrededor de quinientas causas por adulteración de fármacos, comercialización de remedios robados, falsificación de troqueles y envases”. Según Graciela Ocaña, en el ochenta por ciento de los expedientes se repiten los mismos nombres y droguerías: Bairesmed, Seacamp y Sanford Salud del asesinado Sebastián Forza y Solange Bellone; Unifarma del suicidado Ariel Vilán y Martín Magallanes, y San Javier de Néstor Lorenzo.
“En nuestra fiscalía especial escuchamos cada vez más casos de pacientes desesperados, con enfermedades crónicas y medicamentos adulterados: una combinación nefasta”, revelan Marcelo Munilla Lacasa y Adrián Jiménez, fiscales de los distritos de los barrios de Nueva Pompeya y Parque Patricios, especializados en el tema. Originalmente, la causa que tiene preso a Néstor Lorenzo había recaído allí.
“El 26 de noviembre de 2008, a las seis de la tarde, me vinieron a decir que mi hermana había tenido una descompensación, y que inexplicablemente se había disparado una trombosis embolio-pulmonar. Al día siguiente, cuando me dan el cuerpo de mi hermana fallecida, noto que estaba toda negra. Después de un tiempo me enteré de que no solamente ella había fallecido en el Policlínico Bancario, sino que además habían sufrido la misma suerte otras cuatro personas, entre ellas una adolescente internada por una fractura de rodilla. Luego, personal del Policlínico me aconsejó que averiguara las compras de medicamentos un mes antes y un mes después de la muerte de mi hermana”. Testimonio de María Teresa Mole incorporado a la causa de la mafia de los medicamentos que investiga el juez Norberto Oyarbide.
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