Álvaro Moreyra
Por citar algunos nombres Cristian Díaz (autor del gol que le dio el ascenso al Argentino A), Augusto Prono, Gabriel Zuvinikar, que la pelearon desde el Argentino B. Otro histórico, con todas las letras al igual que La Pulga Díaz, que formó parte del éxodo fue Edgardo Brítess. El Loco, El Mudo o El Gordo, dejó gratos recuerdos en la entidad de barrio Tiro Federal. El delantero nacido en la ciudad de La Paz jugó siete años en el club y le tocó vivir todas las sensaciones. Bronca, gloria, amor, odio. También lo idolatraron, lo insultaron y lo bancaron. Brítess pasó por todas, pero los momentos que más le quedaron en la retina fueron los buenos.
En los siete años que jugó en El Rojinegro, con partidos en Liga Paranaense incluido, el paceño siempre la remó de atrás. Siempre le trajeron delanteros de renombre, por caso José Luis Marzo, Víctor Javier Muller, Diego Jara y tantos otros, pero siempre se las ingenió para marcar goles. Siempre se recordará que en un partido chivo, lo mandaban a la cancha y, generalmente, entablaba su romance con la red.
Alguna vez un recordado delantero, ahora muy mediático, llamado José Sanfilipo expresó: “Por promedio de partidos jugados y goles soy el goleador histórico de la selección argentina”. Se podrá coincidir o no con el ex artillero de San Lorenzo. Lo cierto es que si la fórmula se aplica al Mudo Brítess, sería el goleador de Patronato.
El paceño no jugaba muchos partidos completos, sin embargo siempre estaba en la nómina de goleadores de Patronato. Sin ir más lejos, en el plantel que logró el ascenso a la B Nacional se ubicó en el puesto 50 de los goleadores del Argentino A, lo cual no es poco si se tiene en cuenta la cantidad de minutos en cancha. El entrerriano anotó seis goles, varios de ellos importantes. Uno de los equipos que lo sufrió fue el que contrató sus servicios hace algunos días nada más, Santamarina de Tandil. Además le anotó a Crucero del Norte de Misiones, Ben Hur y 9 de Julio de Rafaela y Cipolleti de Río Negro.
Antes de partir a suelo tandilense, el nuevo delantero de Santamarina charló con este semanario y si bien contó que se fue bien, lo hizo “molesto, pero no enojado”.
En el comienzo de la charla, el ahora ex atacante de Patronato expresó que las sensaciones que recorren su cuerpo son extrañas. “Me voy de un club en el cual hace siete años que estaba y quedaron muchos recuerdos que serán imborrables. Ahora me toca un club nuevo, donde voy a buscar que la gente me conozca, y dejo Patronato por algo que para un futbolista es vital, buscar continuidad y jugar”.
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