Soledad Comisso
-¿Cómo se inició el vínculo con la cultura?
-Siempre estuve vinculado a la cultura desde la música. A los 5 o 6 años empecé a estudiar música en un conservatorio privado que tenía un programa extensísimo, de 10 o 12 años de estudio. Me enseñaron piano, teoría y solfeo. Mientras, yo ya había empezado a tocar en público. A los 10 años ya había participado en un par de actuaciones.
-¿Luego comenzó a tocar en grupos?
-Yo tenía una formación clásica, pero luego me volqué más al folclore y ahí armé un trío que se llamaba Canto Nuevo, en el que tocábamos música latinoamericana. En ese momento, la aparición de grandes músicos en el país, que producían un profuso material y repertorio, hablaba de la patria grande latinoamericana y nosotros tocábamos esos temas. De ahí en más todos mis trabajos fueron integrando agrupaciones. En 1982 me sumé a Magma, y con esa formación grabamos nuestro propio disco. Hasta hace no mucho tiempo seguimos trabajando juntos.
-¿Qué es lo más le gusta de la música?
-La música es mi lenguaje preferido. Es el momento donde me siento mejor comunicado con el resto de la gente. No es la misma comunicación cuando estoy sentado en el piano tocando que hablando. Ahí me siento más seguro, es el lugar donde puedo sacar lo más profundo de mí. Creo que todas las disciplinas artísticas tienen un plus en la expresión con la gente. Tener una herramienta cultural expresiva como la música me ha permitido mejorar y tener una manera de perfeccionar la comunicación con el otro.
-¿Ha incursionado en otros instrumentos?
-Incursioné en algo de guitarra y percusión, ya que dos de mis tres hijos están estudiando música y eso me llevó a curiosear lo que están haciendo ellos. Eso me ha llevado a conectarme con cosas de la música que mi formación estricta no me permitió y así poder disfrutarla de diferente manera. Además, me da una gran satisfacción que ellos estén siguiendo el camino de la música.
-¿Qué otras actividades artísticas le gustan además de la música?
-Me gusta mucho el cine, el trabajo manual, la plástica y la literatura. Son artes que valoro mucho, pero mi vida siempre ha pasado por la música, usándola como lenguaje comunicacional, porque como compositor pude encontrar mi propia forma de expresarme.
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