Jorge Riani
Paraná no cumplió 200 años. Claro que no. ¿Tres años después de la gesta de Mayo? Claro que no. Los paranaenses que no estaban en Buenos Aires aquel mayo 1810 enviaron su voluntad patria apenas se conformó el primer gobierno. La fecha del 25 de junio de 1813 es harto importante porque allí logra la ciudad un gobierno independiente de esa célula madre que fue Santa Fe. Tanto es así una cosa y otra, que cuando se produjo la conformación del gobierno independiente de 1810, Paraná no fue notificada porque era una ciudad de hecho, sin gobierno, sin cabildo –que era algo así como el municipio de entonces–, pero sí fue avisado de la gesta el Cabildo que mandaba sobre estas costa: el de Santa Fe. Igual, los vecinos de Paraná se enteraron de la voluntad de independencia. Dudaron entre saltear la autoridad institucional de Santa Fe o no, y finalmente lo hicieron: un grupo nutrido de vecinos expresaron su “júbilo y placer” por la voluntad independentista de Buenos Aires. Y adhirieron. Y esa adhesión no fue sólo palabras porque cuando hubo que poner el cuerpo, miles de entrerrianos fueron a las guerras y pelearon para firmar, ahora con sangre, y testimoniar, ahora con su vida y su muerte, la idea de independencia.
Por eso mal puede ser el aniversario de Paraná el 25 de junio. Es sí el aniversario de su primer gobierno comunal. Ni siquiera esa fecha fue declarada como ciudad. En 1925 no hubo tantas celebraciones como en 1923. Es que en este año se estaba cumpliendo el centenario de la ciudad. Porque Paraná fue ciudad desde que se aprobó el proyecto del diputado Justo José de Urquiza, de elevar a la categoría de ciudad a Paraná el 26 de agosto de 1826. Lo que ocurrió el 25 de junio de 1813 fue la declaración de la Asamblea General Constituyente donde se nombraba a este poblado como “villa”.
Luego de estas referencias de fechas históricas, y casi aturdido por fiestas que mezclan símbolos de la historia paranaense con clichés de campañas oficialistas, proponemos ahora otra mirada. Una mirada donde no se posa el “periodismo-propaganda”, ese que no se contenta con abrevar en gestas lejanas, ni con aplaudir úkases presentes.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS del 27 de junio de 2013)
