Silvio Méndez

En la sesión de la Cámara de Senadores provinciales llevada adelante el primer día de octubre de este año, se tenía previsto dentro del temario el tratamiento de la nueva Ley de Agroquímicos. La iniciativa impulsada por el senador del departamento Islas, César Eduardo Melchiori, contaba con el dictamen favorable de las comisiones de Salud Pública, Medio Ambiente Humano y Drogadicción, así como la de Legislación General, ambas presididas por el legislador isleño.

Pero el proyecto que estaba para su media sanción fue rebotado y reenviado a la Comisión de Producción. La medida tomada por el bloque único de senadores oficialistas fue anunciada por su presidente, el senador por Concordia, Enrique Tomás Cresto, quien junto con su par de Colón, Oscar Arlettaz, fuera coautor de un desafortunado proyecto sobre la misma materia, pero que fue retirado en agosto de 2014 ante las críticas de un amplio abanico de organizaciones y entidades.

Algo raro ya se vislumbraba ese día en el recinto, cuando el público asistente se percató en un principio que el propio Melchiori no se encontraba presente en la Cámara. La ausencia del senador por Islas dio pie a que se tejieran algunas suspicacias en torno a si él tenía información sobre que su proyecto iba a cosechar el rechazo de sus pares, tenía una vaga idea que no se iba a tratar o sabía efectivamente lo que finalmente ocurrió, es decir, que fue planchado y reenviado a una comisión que en principio no tenía competencia para su estudio. Incluso se conoció luego que la senadora por Federación, María Angélica Guerra, públicamente se había anticipado a que el debate no se daría.

Así las cosas, al concluir esta convocatoria del Senado, y conocida la decisión del cuerpo, algunos activistas ambientales que se habían convocado en el recinto para acompañar la media sanción de la Ley de Agroquímicos hicieron un reclamo a viva voz. Algunos incluso entablaron un intercambio de palabras con algunos senadores que, dando por cumplido su trabajo, ya se retiraban.

Entre esos asistentes estaba Daniel Verseñazzi, del Foro Ecologista Paraná, quien contó a ANÁLISIS que luego de que se aplacaran los gritos de protesta, se dio un diálogo con algunos legisladores y autoridades de la Cámara que se encontraban presentes. En este sentido, dijo que algunos quedaron junto con el presidente y el secretario del cuerpo, y escucharon ciertos planteos ante los que quedaron atónitos, como si fuese la primera vez que los oían, dijo el ambientalista. “Se hizo un silencio y quedamos hablando. En ese momento dijimos algunas cosas que nos parece que conmocionan, porque son cosas que ocurren pero están tan invisibilizadas, y que nunca se les ha ocurrido pensar: cómo en esta provincia está desprotegida –porque no está legislado– el agua subterránea”, disparó Verseñazzi como parte del argumento central por el cual cree se ha configurado la oposición a esta normativa.

(Más información en la edición gráfica número 1031 de ANALISIS del 22 de octubre de 2015)