Por A.S.

—Buen día. ¿Todo bien por ahí?
—Qué va a estar todo bien. Este país está loco. Este mundo está patrás.

—Fa. Se ve que el fin de año lo tiene medio contrariado.

—No le eche la culpa al fin de año. Es Dios, que está fumando de la mala.

—¿Por qué lo dice?
—¿Me pregunta en serio? ¿Quiere que le dé un rápido pantallazo?

—A ver.
—Por un porrito de Lavezzi la selección de fútbol no da más conferencias de prensa a nadie. Mientras, el ex candidato presidencial del FPV sostiene un relevante duelo verbal con la principal empresa de forros del país. Y a todo esto, la expresidenta confronta con el actual Presidente para determinar con precisión cuál de sus ancianos progenitores es el más chorro. En el ínterin, el Papa explica que los comunistas les copiaron a los cristianos. Serios panelistas de la TV argentina discuten si Trump es peronista. Y Trump, que no parece muy afligido por eso, tramita la presencia del Diego –ex menemista, ex kirchnerista, ex menottista, ex bilardista y ¿ex fidelista y futuro ex trumpista?– en su ceremonia de asunción. Y mientras todo esto sucede, Macri nos endeuda hasta las verijas (a nosotros y a toda nuestra descendencia) y se hace el ambientalista poniéndole techo verde a la Rosada.

—Ja. Lindo resumen.
—Para mí, el que está fumando (y de la mala) no es el pobre Lavezzi sino el mismísimo Dios Creador Amo y Señor del Universo.

(Más información en la edición gráfica número 1051 de ANALISIS del jueves 24 de noviembre de 2016)