Por F.K.

Días antes de la función, integrantes del grupo Teatro del Bardo recorren las escuelas para que aquellos que no han pasado por la experiencia teatral puedan acercarse de una manera más tamizada. En este caso, les explicaron el concepto de “caja china” o mise en abyme ya que el cuento marco, El Cruce, del misionero Sebastián Borkoski, contiene otros de Horacio Quiroga. Luego los invitaron a crear una historia simple, entrecruzando palabras y conceptos, algo así como el paso creativo básico por el que se pasó esta obra.

Luego de la función, la directora y los actores dialogaron más de una hora con los alumnos que tenían demasiadas dudas honestas acerca de lo que acababan de ver y de cómo los artistas llegaron a ese resultado. Terminado ese intercambio, dialogamos en camarines:

—¿Cómo está ideado el ciclo La Escuela va al Teatro?
Juan:— La idea es que los espectáculos que se estrenan y que tienen la posibilidad de ser trabajados en el contexto de Educación por el Arte, que tienen alguna posibilidad de trabajarse con las escuelas secundarias y primarias, siguen ad eternum. De hecho hay un catálogo con 17 espectáculos.Hace rato que veníamos viendo la posibilidad de pensar un ciclo junto al Teatro 3 de Febrero, porque está buenísimo que los gurises puedan venir a ver teatro, sin descuidar la ida a las escuelas, pero teniendo semejante lugar en Paraná está bueno aprovecharlo. Dialogamos con el director Ricardo Astrada y concretamos el ciclo “La Escuela va al Teatro”. Pero más allá de eso, si a alguna escuela le interesa algún espectáculo del catálogo se ensaya y se lo presenta.

Gabriela: —Vamos a las escuelas o a salones en los que se puedan presentar las obras.En este nuevo ciclo buscamos realizar, aproximadamente, una función por mes, según la época. Por ejemplo la próxima, Jacinto Rojo, la trabajaremos en el contexto del Día del Trabajador.

—Cuando Juan fue a hablar con los chicos a la escuela les dijo que él creía y defendía la idea de vivir del teatro y que luchaba por eso. ¿Cómo se logra eso?
Gabriela: — No podemos esperar que el espectador vaya a la sala porque sería imposible sobrevivir así. En realidad, el pensamiento es al revés: es ir a la búsqueda del espectador y a la vez nos interesa mucho que en el contexto educativo pueda haber distintas formas de razonamiento instaladas. Para mí, el teatro y el arte en general son maneras diferentes a las tradicionales de pensar las cosas.

Juan: — Es construir un público también. Quizás algún día los chicos que vienen a ver nuestras obras ahora sigan yendo a ver teatro. Tiene que ver con la idea de construir un público que no hay y de derribar algunos fantasmas también. En general, los gurises creen que el teatro es algo aburrido, que no es para ellos, que no tiene el ritmo al que ellos están acostumbrados pero nosotros venimos construyendo una estética que está bastante condicionada por los alumnos.

(Más información en la edición gráfica de la revista ANALISIS del 27 de abril de 2017)