Hugo Remedi
—¿Cuánto creció la pobreza en Entre Ríos?
—Los indicadores que salieron en las últimas mediciones del Indec muestran que hubo un aumento tanto en Concordia como en Paraná. Pero nosotros, independientemente de estas cuestiones, donde se encuestan a los grandes centros urbanos y no a todos, sí venimos notando un aumento en la demanda de asistencia.
—¿Cuántos chicos tenían antes en comedores escolares y cuántos ahora?
—Teníamos 84 mil chicos distribuidos en 995 comedores escolares en toda la provincia, pero éste es un registro del año pasado. Ahora, con el inicio de las clases con paros docentes no todas las instituciones escolares nos mandaron los datos con precisión. Pero sí te digo que hubo un aumento, no únicamente en la matrícula de chicos, que por ejemplo en Victoria subió un 15% en relación al año pasado, sino que ahora también nos están pidiendo asistencia escuelas que antes no tenían comedores.
—¿Y qué te piden?
—Bueno, nos piden la copa de leche o la apertura de un comedor, escuelas que tradicionalmente no tenían esta política alimentaria en la institución y ahora sí la demandan. Y aparece asimismo, un sector social nuevo, que son los clubes. Surge como novedosa esta nueva articulación con las instituciones deportivas, en el objetivo de poder brindar una copa de leche a los chicos que practican deportes.
—¿Cuáles son las zonas más vulnerables de la provincia?
—Todo lo que es el centro norte de la provincia es una zona con las características particulares poblacionales de vulnerabilidad. Independientemente de que no escapa a la realidad de que hay una geografía provincial dispersa y zonas rurales focalizadas que no necesariamente están en esa zona, pero que tampoco escapan a la misma situación.
—¿Cómo se para la ola femicida?
—Nosotros tenemos una estrategia de trabajo desde la Subsecretaría de la Mujer en diálogo permanente con las instituciones intermedias. Incluso hay un pedido del gobernador para que los tres poderes del Estado trabajemos más en diálogo para ocuparnos de este tema. Venimos viendo que a medida que este tipo de cuestiones se va visibilizando también se multiplican los casos. Como que este tipo de conductas se reproduce a partir, precisamente, de que visibilizamos los temas. Creo que tenemos que seguir trabajando y articulando cada vez más con las instituciones que ya lo están haciendo y también con la Justicia.
—¿De qué modo?
—Nosotros tenemos una Ley de Violencia de Género que no está reglamentada y entonces también estamos trabajando en eso para que cada actor tenga que hacer lo que le corresponde.
—¿Y de quién es la deuda?
—La provincia adhirió y no reglamentó. Entonces estamos avanzando en la reglamentación, con el Poder Judicial, en la Ley de Violencia de Género para que todos puedan articular y cada uno haga lo que le corresponde, insisto.
—Afirman en la Policía que muchas veces reciben denuncias de maltrato al 911 y luego de acudir, la mayoría de las afectadas no hacen la denuncia. ¿Entonces?
—Hay todo un tema también en el sentido de la no denuncia, que no se cumplen las restricciones. Nosotros también recibimos mujeres que vienen a hacer una denuncia por primera vez; hacemos el acompañamiento necesario y, en algunos casos tampoco hacen la denuncia, como te comentaron a vos. Ante eso, nuestro equipo trata de brindar el asesoramiento y toda la compañía para que la mujer pueda dar ese paso. Y además, nosotros trabajamos también para lograr la autonomía de esa mujer, el tema de la dignidad, el tema del trabajo y descubrimos muchas veces que cuando sale también se encuentra con que no tiene quizás los elementos para desarrollar su vida. Y bueno, ahí estamos para acompañar. Pero la violencia está. Son patrones culturales instalados que hay que ir cambiando y que no se hacen del día a la mañana sino que emergen de todo un trabajo y un desafío, por ejemplo, de quienes estamos al frente de este Ministerio y de las instituciones involucradas que están trabajando en la problemática.
(Más información en la edición número 1058 de la revista ANALISIS del jueves 11 de mayo de 2017)
