Silvio Méndez
El negocio del tráfico de especies silvestre asoma de sus sombras y deja entrever el alcance de una práctica prohibida que parece tener costumbres arraigadas. Se lo puede advertir en el viaje que un centenar de ejemplares protegidos hace a bordo de un auto, por una ruta del Norte entrerriano, en una jaula disimulada en el hueco de la rueda de auxilio. O en el pedido impune para conseguir un cardenal amarillo en un grupo de aficionados a las aves en Facebook. También en los anuncios que en las redes y sitos de internet ofertan jaulas, tramperas y pega pega para atrapar aves.
Según estimaciones oficiales, en lo que va del año más de 3.000 especímenes han sido rescatados en distintos operativos encabezados por inspectores de Fauna de la Secretaría de la Producción provincial y la Policía de Entre Ríos.
En uno de los más grandes que se tenga conocimiento hasta la fecha, cerca de 2.000 pájaros fueron incautados en un acopio clandestino en la ciudad de Victoria, el 6 de julio pasado. Antes, en Gualeguay, a fines de junio, personal policial liberó de un auto que se dirigía hacia Buenos Aires a 140 ejemplares, entre los que se contaban cardenales, jilgueros y juanchiviros, todos atrapados y transportados en forma prohibida. Más recientemente, el 3 de agosto, en Puente de Hierro, departamento Feliciano, el aleteo 87 cardenales copete colorado y dos chiviros que se hacinaban en un escondrijo debajo de un auto, alertó a los agentes del puesto policial de la carga ilegal que transportaba un rosarino con destino a Buenos Aires.
Pero también hay pequeños decomisos que no tienen espacio en la prensa. En la casa de algún particular o en una veterinaria donde se rescata dos, tres o cuatro ejemplares de aves silvestres a las que está vedado el encierro. Si bien la cantidad no es significativa, sí se apuntó que el impacto para la conservación de las especies es importante aunque sean poco los que se rescatan.
Según estimaciones del área de Fiscalización de la Secretaría de Producción, nueve de cada diez denuncias que se realizan en esta dependencia encargada de controlar las leyes en la materia dan resultados positivos. Y las de este tipo se suman día a día.
La Autovía 14 es el corredor del tráfico ilícito de aves por Entre Ríos. Es la ruta donde se registra la mayor cantidad de infracciones y por otra parte donde se han incrementado los controles. En el último gran decomiso de una semana atrás, se lograron rescatar a 800 pichones de loros que luego se liberaron. Se trata de un número hasta entonces inusitado.
El funcionario a cargo de la Dirección de Fiscalización de la Secretaría de la Producción, Félix Esquivel, dijo que los resultados obedecen a una política planteada por el secretario de la Producción, Álvaro Gabás, que reforzó los controles que el área lleva adelante en Brazo Largo, La Paz y El Túnel. Son los puestos fijos en los ingresos a la provincia, a los que se les ha incorporado operativos móviles en distintos ámbitos de áreas rurales.
(Más información en la edición gráfica número 1083 de la revista ANALISIS del jueves 9 de agosto de 2018)
