D.E.
Hay quienes sostienen que el éxito de la investigación de los contratos legislativos truchos depende, en parte y más allá de toda la documentación respaldatoria que se encontró, de la posición de firmeza y decisión que tengan las esposas de algunos de los detenidos actualmente. Los más conocedores observan con atención los movimientos que puedan dar, en tal sentido, las parejas de Gustavo Pérez y Alfredo Bilbao. No obstante, la justicia indaga minuciosamente en el nivel de compromiso que tienen ambas mujeres en la serie de inversiones que sus esposos hicieron en los últimos 10 años.
Ninguna de ellas desconocía el nivel de ingresos que tenían Pérez y Bilbao; la forma de vida que se daban, como “nuevos ricos”; y la serie de viajes al exterior de los que participaron anualmente, a diferentes partes del mundo y sin ningún tipo de inconveniente para gastar dinero en efectivo que no tenía coincidencia con lo que figuraba en sus respectivos recibos de sueldo. Pero las mujeres también saben hacia dónde iba ese dinero, en su circuito ascendente y en manos de qué hombres de la clase política terminaba mensualmente. “Y no están dispuestas a conformarse con que los máximos responsables sean sus maridos, que los únicos que permanezcan en una celda con mínimas condiciones de higiene sean sus esposos o los de la banda, y que no haya otros que también son responsables”, confesó a ANÁLISIS una persona muy allegada a tales cónyuges.
La mujer del primero, Verónica Caíno, tenía contratos en la Cámara de Diputados y en el Senado, pero también cumplía funciones en una dependencia de la Secretaría de Deportes, entre abril de 2014 y diciembre de 2015, aunque nadie la vio alguna vez cumplir trabajo alguno. La mujer de Bilbao, la licenciada Gabriela Vainstein, es empleada jerárquica del Tribunal de Cuentas de la provincia desde hace más de 20 años y oriunda de Gualeguaychú. Es una de las principales asistentes del titular del TdC, Federico Tomas. Algunos recuerdan que, en tiempos del expresidente del organismo, Guillermo Smaldone, y por pedido específico de Mauro Urribarri y Juan Pablo Aguilera -íntimos amigos del primero-, Vainstein logró un ascenso en el Tribunal de Cuentas, que luego se mantuvo con Tomas.
(Más información en la edición gráfica número 1091 de la revista ANALISIS del jueves 6 de diciembre de 2018)
