S.A

—¿Cómo nace esta nueva formación candombera?

—El grupo se armó en el verano. La mayoría de los que estamos en el grupo -que somos diez- tocamos en la comparsa La Conventillo, que es el candombe de calle, de llamada, donde hay solamente tambores. Es el candombe puro, el que representa a la música negra -afromontevideana en este caso-, que es el que se toca en las llamadas, lo que ves en el contrafestejo. Lo que nosotros hacemos con Chíkala es el candombe canción que lleva ese ritmo de los tambores y le agrega la parte de los instrumentos armónicos y melódicos. Hay muchos de los integrantes de La Conventillo que son músicos. Empezamos a juntarnos a la tarde a hacer canciones y cantar. En principio fue “vamos a juntarnos a hacer una jam”, invitábamos gente, se fue armando y luego nos fuimos constituyendo como banda. Ahora se dio la posibilidad de tocar en el Ciclo Convite.

—¿Cuál es el repertorio que va a sonar el viernes en la Casa de la Cultura?

—Lo que estaríamos haciendo son temas de Rubén Rada, de Hugo Fattorusso, Nicolás Ibarburú, Daniel Masa, todos músicos uruguayos. El que hacemos nosotros es chico, repique y piano que son los tambores que utilizamos. El origen es uruguayo y es una música de raíz afro, nace en la ciudad de Montevideo y se dice que es afromontevideano. No es el candombe que antiguamente se tocaba en el Litoral, en Paraná o Santa Fe, que se utilizaban otro tipo de tambores y el ritmo es distinto. Supongo que porque no ha quedado en la memoria la música afro de acá de la zona.

—¿Qué significa el candombe para ustedes?

—El candombe representa una cultura que nos lleva a sentir al tambor no sólo en lo musical, que es muy atrapante, sino que representa desde sus orígenes un pueblo que históricamente fue oprimido y maltratado, que es el esclavo negro de la época colonial, y posteriormente toda la cuestión del racismo. A partir del año 2001 se dio un fenómeno en toda la Argentina, de llevar el candombe a lugares de protesta y de resistencia. Nosotros tenemos un grupo donde lo lindo es el compartir y sentirnos identificados con esta cuestión social de lucha, de resistencia y de unión, por eso quizás nos solés ver en una marcha o apoyando alguna cuestión que nos significa.

—¿Además de la música de Chíkala se espera algún otro tipo de número artístico?

—La idea en esta primera presentación es que algunos integrantes de La Conventillo nos den una mano, se copen y bailen, como para mostrar y animar el público, como para mostrar también algunos personajes típicos de una comparsa de candombe. El candombe es un círculo que va entre la danza, la música en sí y el canto. Hay personajes típicos que representan a las agrupaciones de negros cuando salían a la calle: la mamá vieja, el gramillero, el escobero y símbolos como la luna y la estrella que tienen una representación y un significado para el grupo. Son personajes que tienen su presentación cultural. Eso es en el candombe de calle, distinto es en el candombe canción que es la adaptación del ritmo de los tambores a una música más moderna occidentalizada.Queremos que la gente se divierta y pueda bailar. A todas las personas nos pasan cosas; cosas generales como las que están pasando en este momento y particulares también. Yo al tambor lo siento como una abstracción y una felicidad necesaria.

(Más información en la edición gráfica 1098 de ANALISIS del jueves 13 de junio de 2019)