El entrenador paranaense Maximiliano Seigorman hace tiempo que forma parte del staff técnico del seleccionado nacional. Viene de ser parte de la delegación que logró la medalla de oro en los Juegos Panamericanos y ya vive a pleno el Mundial que arrancará en China, el 31 de agosto. “Ser parte del cuerpo técnico es un orgullo y algo único, pero también una responsabilidad muy grande”, dijo. Su función y el vivir día a día con figuras como Luis Scola, Facundo Campazzo y Nicolás Laprovíttola, entre otros.
Pablo Rochi
Llegó de Lima, Perú, con la sonrisa bien grande, luego de ser parte de la delegación Argentina que ganó la medalla de oro en básquet en los juegos Panamericanos. Un par de días en Paraná junto a la familia y otra vez subirse al avión para emprender viaje.
Se viene el Mundial de básquet y Maximiliano Seigorman tiene mucho trabajo. Desde hace algunos meses, el entrenador paranaense es integrante del cuerpo técnico de la Selección Argentina, con la satisfacción y la responsabilidad que ello significa.
El ex asistente de Sebastián Svetliza en Sionista construyó una carrera de gran crecimiento a tal punto que hoy es parte del staff técnico de Sergio Hernández. Las pocas horas en la capital entrerriana sirvieron para poder estar cara a cara con el joven entrenador, que a sus 42 años vivirá una experiencia única, sin dudas la más fuerte desde que eligió esta profesión.
El Mundial de China está a la vuelta de la esquina. Arranca el 31 de agosto, aunque Seigorman hace meses que ya lo palpita de gran manera. El paranaense hace tiempo que viene estudiando minuciosamente a quienes serán los rivales de Argentina en el Grupo B: Rusia, Corea del Sur y Nigeria. Es su función dentro de un trabajo de equipo que incluye a jugadores de la talla de Luis Scola y Facundo Campazzo, entre otros. Entre la satisfacción de los Panamericanos y el sueño del Mundial.
—Todos los cañones apuntan al Mundial de China, pero para el básquet argentino ganar la medalla de oro en los Panamericanos es un resultado histórico. ¿Cómo lo viviste desde adentro?
—Salir campeón siempre es una alegría enorme, y más cuando se logra una medalla de oro en un evento como los Juegos Panamericanos. En básquetbol hacía 24 años que nuestro país no lograba esta medalla. Imaginate la alegría que fue para los que fuimos parte de esta delegación. Para la Selección Argentina era un objetivo central alcanzar este resultado. Si bien el proceso apunta a llegar de la mejor manera al Mundial de China, Sergio (Hernández) había adelantado que la idea en Lima era volver a ganar la medalla dorada, algo que por suerte se consiguió. En lo personal, es una satisfacción enorme. Ser parte de este grupo de trabajo ya es un orgullo y encima poder alcanzar lo más alto del podio es algo maravilloso.
—Así como para el deportista llegar a la selección es tocar el cielo con las manos, para un entrenador ser parte del cuerpo técnico debe ser algo similar. ¿Lo sentís así?
—Claro que sí. Es un orgullo muy grande. Estar en el staff de la selección de tu país es algo único. Pero así como es un orgullo y es algo único, también es una responsabilidad muy grande, en todo sentido. En mi caso no solamente estoy ocupando un lugar que un montón de entrenadores quisieran tener, sino también es ser parte de un proceso en el cual millones de argentinos se reflejan. Es un trabajo muy intenso y de muchas horas. Dentro de la selección cada uno cumple una función y esa función es por demás importante. En mi caso, me ocupo de reunir todo el material de análisis, no solo de nuestra selección sino de los rivales. Me ocupo de ello para que después el entrenador tenga todas las herramientas posibles como para definir la táctica a emplear en cada partido.
(Más información en la edición gráfica 1102 de la revista ANALISIS del jueves 15 de agosto de 2019)
