Incumplimientos patronales, puja de accionistas que desembocaron en procesos judiciales, intimaciones para conocer las rendiciones de cuentas, anulación de asambleas y readecuaciones ambientales. Esos son algunos de los problemas que enfrenta el Directorio de Termas de María Grande S.A., un lugar donde la alta salinidad va corroyendo los vínculos entre las personas.
Natalia Buiatti
Las Termas de María Grandeestán entre las primeras explotaciones de ese tipo en Entre Ríos. El proyecto comenzó a pensarse en 1998, gestado por el dirigente deportivo de Paraná Campaña, Rubén Rezzet.
Ciertamente, Rezzet es dirigente político del justicialismo. De hecho, compartió mandato en la Cámara de Diputados de la provincia con el actual presidente del Superior Tribunal de Justicia (STJ) de Entre Ríos, Emilio Castrillón, y con el ex gobernador y actual presidente de esa Cámara, Sergio Urribarri. Fue justamente al final de ese mandato que se extendió entre 1995 y 1999 (comandado en la Gobernación por Jorge Busti), que Rezzet comenzó a impulsar el proyecto de explotación termal.
La iniciativa tomó forma los primeros años del 2000, después de conseguir un importante inversor extranjero.Se trata de la Empresa Brasileña de Saneamiento (EBS), quees especialista en perforaciones. La firma tiene sede en Campo Grande, capital del Estado de Mato Grosso do Sul, y se encargó de excavar la tierra mariagrandenseunos 1.300 metros hasta que encontró agua con más de 40° de temperatura y una carga importante de sal.
EBS quedó como socio mayoritario del emprendimiento. De un total de 5.870 acciones, la empresa brasileña tiene 2.160. Aunque el titular de ese capital mayoritario no aparece por estas tierras hace mucho tiempo. De hecho, para las asambleas de Directorio hay un poder para que lo reemplacen.
Pero la explotación del recurso tiene otros socios. Una media docena de inversores que son de María Grande. Aunque el poder de decisión está en un puñado pequeño de personas (familiares de sangre y familiares políticos de RubénRezzet).
A lo largo de su actividad, Termas de María Grande ha tenido problemas de distinto tenor. Tal vez el más significativo fue aquella denuncia grave por contaminación ambiental, que obligó a cerrar el emprendimiento durante varios meses para readecuar algunas instalaciones.
Actualmente, la empresa atraviesa algunos problemas de dinero que decantaron en el corte de la cadena de pagos a los empleados. Las relaciones se fueron tensando con los trabajadores. Hubo afiliaciones colectivas al Centro de Empleados Comerciales de Viale y, en los últimos meses, se despidió a dos personas. Esas medidas infundieron un ánimo de zozobra entre quienes aún están en relación de dependencia con la Sociedad Anónima.
(Más información en la edición gráfica 1103 de la revista ANALISIS del jueves 29 de agosto de 2019)
