En un trabajo conjunto entre la Fundación Hacemos Argentina sede Paraná y la Facultad de Ciencias de la Gestión de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader), se viene desarrollando una serie de acciones en la “Casa del Futuro”, un espacio creado para llevar adelante experiencias sustentables. En este ámbito se realizan distintas capacitaciones entre las cuales el de “moda circular” gana adhesiones entusiastas. “No queremos ser una moda, no queremos ser una tendencia, queremos ser un estilo de vida”, plantea a ANÁLISIS la coordinadora del espacio, Rocío Rezzet. La propuesta apunta a “generar conciencia” para un cambio de matriz mental y aspira también a que escale a una política de Estado.
Por Silvio Méndez
“Hacemos Verde es un proyecto integral que busca avanzar sobre el concepto de ciudades repensando la sustentabilidad y la espiritualidad”, afirma la reseña de este espacio de activismo socio ambiental recientemente creado de la mano de la Fundación Hacemos Argentina. La ONG impulsa acciones sociales y educativas con epicentro en la capital entrerriana. Y en este orden, se invita a pensar transformaciones desde una ciudadanía con perspectiva global, pero que también sea parte de una búsqueda espiritual de ser y estar en el mundo, señala su coordinadora, Rocío Rezzet.
Fue así que a partir de un convenio con la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader), Hacemos Verde instaló La Casa del Futuro, un espacio ubicado en una vivienda de calle Victoria 273 de Paraná, donde en poco tiempo se han desarrollado diversos proyectos de carácter sustentable. Rocío invita a ANÁLISIS a hacer una visita, donde exhibe los avances alcanzados en el poco tiempo transcurrido desde la mudanza, hace poco menos de un año. En una recorrida donde oficia de guía, una vez que se ingresa, muestra una “pared viva”, con plantas colgantes que tapizan un muro y que también ayudan a refrigerar y purificar el ambiente. “Estamos probando cuáles se adaptan mejor”, dice contenta. En la planta alta, se encuentra un “techo verde” que lograron hacer germinar con matas de césped en un sector de la terraza, donde también hay un espacio social y de encuentro. Junto a la cocina, en un patio interno hay una compostera, con la que se alimenta una huerta y jardín de aromáticas. En otra oficina, en la planta alta, hay un activo laboratorio de reciclado de plásticos, donde voluntarios perfeccionan la confección de bolsas y enseres que diseñan, con sello propio, a partir de materiales recuperados: bolsas de red de cebollas, arpillera, botellas; también en otra habitación se escucha el “tacatacataca” de una máquina de coser, y de sillas que se van acomodando alrededor de una mesa polígono donde las asistentes van llegando al taller que nos trajo hasta acá, el denominado de “moda circular”, y que día a día gana adeptos.
“La moda circular es un concepto instalado hace un tiempo debido a lo que son los problemas ecológicos y ambientales que estamos padeciendo. La industria de la moda es la segunda más contaminante del planeta. Entonces está muy relacionado con lo que es la ‘economía circular’, esto es cómo aprovechamos y utilizamos los recursos que tenemos en el ambiente. Se trata de dejar el concepto de usar el recurso, usarlo y tirarlo. Para esto le damos una segunda oportunidad, dentro de lo que se entiende por las tres ‘R’, de reutilizar, reciclar y reducir”, explica a ANÁLISIS la capacitadora, Daniela Malatesta.
(Más información en la edición gráfica de la revista ANALISIS, edición 1146, del día 23 de noviembre de 2023)
