Goleador implacable, y con varios ascensos en el fútbol argentino en sus espaldas. Nacido en Concordia, edificó una excelente carrera profesional que inició recién a los 23 años. En esta entrevista habló de varios temas. El amor por sus padres, su ciudad, el futuro como director técnico y mucho más. Con 41 años se mantiene activo deportivamente jugando para Santa María de Oro, pero se acercan horas de decisiones y cambios.

Ezequiel Re

De Concordia a Concordia. Diego de la gente, la Joya, el goleador implacable. Nació en la capital del citrus el 4 de octubre de 1982 y con 41 años sigue regalando potencia ofensiva. De Sportivo Las Heras en sus inicios a Santa María de Oro en la actualidad. Su ciudad siempre presente. Tanto como el apego por sus padres. Ese amor filial que, por ejemplo, demoró su salida del terruño querido. La enfermedad de su madre postergó el pase al profesionalismo. Fue a los 23 años recién cuando pudo despegar. El Torneo Argentino A en Patronato fue el inicio de una gran carrera deportiva que incluyó siete ascensos. Ya con 4 décadas y un poco más en sus espaldas, piensa en el retiro a medias. Dice que se prepara, pero que cuesta e incluso que tendrá que buscar ayuda profesional. Mientras tanto entrena y juega. Actuó en el Regional Amateur para Libertad y últimamente en Santa María de Oro la Copa de Entre Ríos.

Ya a fines de 2023 regresó al lugar donde comenzó todo, para acompañar a su padre enfermo, quien finalmente falleció hace un mes. Agradece haber vuelto. Lo acompañó en momentos difíciles hasta que su corazón dijo basta.

A Jara le duele la ausencia de sus padres. Pero se ampara en su familia, en el fútbol y en el camino que piensa descubrir como entrenador. De ello habla en esta nota.

Un bar céntrico concordiense fue el lugar elegido para la charla con ANALISIS. Llegó en compañía del termo y el mate. Como en cada previa de entrenamiento o partido.

Jara el goleador, Jara el futuro técnico. Jara el que se quedó con ganas de retirarse en Patronato. Una herida que difícilmente cicatrizará. Es más, no se ilusiona con dirigir alguna vez allí y a pesar de las tantas alegrías que le dio al Patrón. “Si no me quisieron como jugador, porqué pensar que me van a querer como técnico”, expresó.

-No se puede hablar de un balance de tu trayectoria futbolística porque seguís en actividad en Santa María de Concordia.

-Si, igual si uno mira para atrás ha hecho una linda carrera. Al profesionalismo llegué de grande, cuando pegué el salto a Patronato. Uno guarda lindos recuerdos, pero como siempre digo, también tuvo amarguras en el camino. El fútbol es como la vida.

- ¿Y cómo fueron esos inicios de infancia futbolística?

-Jugaba en la zona del Aero Club, que fue mi barrio de siempre. De chiquito iba al club Santa María de Oro, pero por el tema de la creciente del Río Uruguay nos tuvimos que ir varias veces de ahí. Nos dieron una casa en el Barrio 90 Viviendas, y ahí es donde comienzo en Colegiales. Luego paso a Las Heras donde se me hace más conocido, tuve la oportunidad de jugar en Primera y salir goleador muchos años. Fue algo muy lindo y donde uno aprendió también.

(Más información en la edición gráfica de la revista ANALISIS, edición 1148, del día 14 de marzo de 2024)