La vida por un meme, esperanzados en un reel, que me favorezca algún tiktokero. Un par de me gusta y pasamos al frente. Sé que es horrible, pero si a mis seguidores les cae bien, avancemos.  Estas frases pueden ser consignas centrales de una fuerza política que busca el centro de la escena en la coyuntura actual. La tensión entre posturas partidarias no se da en diálogos circunstanciales o en los debates del Congreso. Ahora todo es virtualidad, mandan las redes. Un espacio en el que todo se vuelve relativo, trivial, extremadamente rápido y por sobre todas las cosas, donde la verdad no importa para nada. Se genera un círculo vicioso de peligrosas consecuencias. Solo vale que crean, les guste y divierta. Ese videíto de veinte segundos. Listo, si tiene muchas vistas, pulgares hacia arriba, a seguir, que lo demás ¿lo demás? no importa.

 

Por Néstor Banega

 

Nuevo año, mismos temas

 

Es llamativo. En diciembre de 2023 el presidente de la Nación elevaba al Congreso un proyecto de ley ómnibus con más de 600 artículos, buscando superpoderes para poder manejarse a sus anchas, dejando de lado la intervención legislativa y en tiempo muerto la Constitución Nacional.

 

Marzo de 2024: el presidente de la Nación presentará ante el Congreso un nuevo proyecto, más acotado, pero con los mismos objetivos, mientras trabaja aceleradamente por modificar el contexto a modo tal de alcanzar de una vez por todas, su gran objetivo: súper poderes. Es que él, insiste, está del lado correcto de la historia y es un argentino de bien.

 

En forma trabajosa intenta desmembrar cualquier posibilidad de unión entre las provincias que pueda poner freno a sus ambiciones que, a esta altura, son claramente unitarias. Javier Gerardo Milei es el centro de todo y desea fervorosamente, decidir por todos.

 

Sin opositores

 

La falta de volumen político de los espacios opositores, la inexistencia de líderes que puedan aglutinar seguidores para sostener reclamos, le permite al presidente ir muchísimo más allá de las potestades que le son propias como legítimo ocupante de la oficina principal de la Casa Rosada.

 

En los últimos tres meses asistimos a un intercambio de posturas políticas que está lejos de adentrarse en la senda del consenso. Por el contrario, se busca imponer las ideas de uno por sobre las del otro, que, literalmente, deben ser borradas.

 

De manera indecorosa, con acciones de raíz fascistoide y ante la perplejidad que lo favorece, que alcanza también los actores del mismo espacio de La Libertad Avanza (LLA), el ex alumno del Colegio Cardenal Copello no soportó que los diputados de la Nación hicieran uso de sus atribuciones y ejercieran el mandato que tienen introduciendo modificaciones al intento de nuevas bases para el país.

 

(Más información en la edición gráfica de la revista ANALISIS, edición 1148, del día 14 de marzo de 2024)