Jorge Riani

Mientras los informes internos y las auditorías que revelan diversas irregularidades en la gestión del Consejo General de Educación –algunas de vieja data– han dejado de ser noticia, las novedades vienen de la mano de los despidos masivos en la línea de coordinadores y directores, tal como este semanario lo había anticipado. “El Consejo es una caja, y como tal es un foco de lucha de cabezones; sólo de ese modo se explican los cambios mayúsculos de nombres pero no de prácticas”, definió una de las personas afectadas por el barrido masivo. En medio de un clima de creciente rencor, el gobernador dio un fuerte respaldo a la gestión de Felipe Ascúa.

El respaldo político del gobernador Jorge Busti a la gestión de Felipe Ascúa al frente del Consejo General de Educación (CGE) fue el sello que oficializó la purga de una veintena de coordinadores y directores de esa área. “Es el máximo referente de la educación entrerriana y con capacidad pedagógica y administrativa; si a alguien no le gusta la decisión de gobierno, que se vaya”, desafió el gobernador al elogiar al titular del CGE en una reunión de gabinete.

Cinco días antes, un total de 18 funcionarios salían del edificio de calle Córdoba con una copia de la resolución que puso fin a sus funciones, no sin antes agradecer “los servicios prestados”.

La situación no tomó de sorpresa a nadie, al punto que ANALISIS había anticipado el despido masivo de empleados hace ya varias semanas. Pero la falta del factor sorpresa no quitó molestia a varios de los despedidos, más cuando encontraron que se les aceptaba “la dimisión presentada”, según consta en las correspondientes resoluciones.

“Que pongan la cara, porque no hemos renunciado; nos despiden en un día en el que no estaban en sus lugares de trabajo ni Ascúa ni ninguno de los tres vocales que firman la resolución, a pesar de que no están legitimados por el Senado aún”, dijo con evidente furia una de las personas afectadas por el barrido.

En la intimidad de la charla, algunos ex directores y coordinadores caídos en desgracia advierten que los motivos de los cambios de nombres no son otros que las luchas de carácter político interno, mientras aún quedan no pocos asuntos de la gestión que merecen ser reparados luego de las reiteradas denuncias de irregularidades.

Un informe revelador

De los primeros días de este año es un documento de carácter interno que circuló entre el titular, los vocales y el asesor legal del CGE en el que se advierte sobre la “aparición de indicios, permitiendo datar el origen de algunas preocupantes irregularidades y sus iniciales responsables”.

En el escrito, al que tuvo acceso este semanario, se alude así al área liquidación de haberes, dependiente de la Dirección de Enseñanza Privada durante el año 2004. Dice textualmente el documento que “el primer dato que llama la atención, es que hasta el mes de febrero de 2004 se liquidan los aportes como subsidios a las instituciones educativas privadas, por el área Liquidaciones de la Dirección de Gestión Presupuestaria y Contable del CGE.

A partir de esa fecha se realiza de forma descentralizada por el Departamento Contable de la Dirección de Educación Privada. No queda claro qué normativa sostiene dicha modificación de la liquidación, y a su vez la contadora Mónica Barbabianca de Londero reconoce que la devolución de haberes de Gestión Privada (Cuenta BERSA número 90.259/5) no incluye las cargas sociales, lo que constituye una pérdida de fondos presupuestados para Educación.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)