Jorge Riani

El domingo se realizan las primeras elecciones internas abiertas y simultáneas en Entre Ríos. La contienda electoral se dará en los dos partidos más antiguos en vigencia en el territorio provincial: el Partido Justicialista y la Unión Cívica Radical. En medio de la apatía general y la fuerte confrontación de fracciones internas de cada una de esas fuerzas, se elegirán los candidatos a diputados nacionales. El padrón justicialista, sumando afiliados e independientes, habilita a concurrir a las urnas a 724.911 personas, mientras que para los comicios radicales, podrán hacerlo 640.745 ciudadanos entre afiliados a ese partido e independientes. Sobre las expectativas de los precandidatos, el proceso de construcción y desarme de listas y sobre lo que se pone en juego en términos políticos habla la siguiente nota.

No hay pegatinas, ni pasacalles, ni parlantes ambulantes, ni debates, ni caravanas. Hubo sí actos y giras de los candidatos por los distintos departamentos que conforman el mosaico de la geografía provincial. Con ese panorama aclimatizado llegará a Entre Ríos la primera jornada de elecciones internas abiertas -es decir que pueden participar afiliados e independientes- y simultáneas -lo que significa que en una misma escuela electoral tendrán que resolverse las candidaturas de todos los partidos con contiendas internas.

Los campos de la batalla electoral serán los mismos que ofrecen las estructuras de los dos partidos más antiguos en vigencia que existe en la provincia: el Partido Justicialista y la Unión Cívica Radical.

Los esfuerzos para evitar la contienda interna de los sectores con mayores chances de triunfos, tanto de un partido como del otro, resultaron infructuosos. Con las elecciones ya instaladas en el horizonte cercano, los partidos tendrán que librar una doble pelea: contra el adversario interno y contra la apatía general que amenaza con dejar un pobrísimo resultado en materia de convocatoria.

Queda la sensación de que quienes más preocupados están con esa circunstancia son los candidatos que aparecen como favoritos tanto en las filas justicialistas como en las radicales. En medio de este panorama, no hacen falta muchas encuestas para indicar que quienes ya se prueban los trajes de candidatos son los primeros integrantes de la Lista 2 del Partido Justicialista y de la Lista 40 de la Unión Cívica Radical.

La primera de ellas está integrada por la actual diputada nacional Blanca Osuna, el diputado provincial Raúl Solanas y el ex juez e intendente de Concepción del Uruguay José Lauritto. Esta formación deberá medir fuerzas con dos listas que están encabezadas por el ex vicegobernador y ex intendente de Concordia, Hernán Darío Orduna; y por el ex ministro de Economía provincial, Marcelo Casaretto.

En tanto, la aludida Lista 40 de la UCR tiene los tres primeros lugares ocupados por el ex intendente de Paraná, Sergio Varisco; la docente de Concepción del Uruguay, Norma Ducret; y el intendente de Villa Urquiza, Hugo Apphelans. La contienda que deberá librar el domingo próximo será contra sendas listas, encabezadas una por el afiliado Armando Bernardis y la otra por Williard Prina, ambos con la común característica de que no exhiben en su trayectoria cargos públicos ni partidarios de relevancia.

Los oficialismos

No es ocurridiza la idea de que tanto la Lista 2 del PJ como la 40 de la UCR asoman como las de mayores chances. Para el caso hay que indicar que se trata de los oficialismos de los respectivos partidos. A saber, la Lista 2 Frente para una Entre Ríos con valor concentra la voluntad política de las principales autoridades partidarias, del gobierno provincial y de las Intendencias justicialistas. La incorporación de Raúl Solanas en el segundo lugar de la boleta cristaliza el acuerdo -cuando menos transitorio- entre el solanismo y el bustismo, que no sólo puso en un paréntesis la discusión con miras a la disputa de conducción para el año 2007, sino que también permitió a esa oferta electoral untarse de una pátina kirchnerista, lo que se hacía indispensable para recibir el respaldo de la Casa Rosada.

Las pretensiones de Marcelo Casaretto de recolectar las adhesiones de algunos intendentes justicialistas que le eran afines hasta las elecciones pasadas, se desvanecieron a partir de la embestida que el gobernador Jorge Busti, en persona, hizo para sumar al ruedo oficialista a esos jefes comunales. Todo se cocinó en forma paralela a los encuentros que jefes comunales y funcionarios provinciales mantenían por el aumento de la coparticipación a los municipios, lo que fue aprobado este miércoles en la Cámara de Senadores. Se dio así el caso de que los intendentes Eduardo Jourdán (San José) y Faustino Schiavoni (Nogoyá) pasaran de ser la carta fuerte de Casaretto a los firmantes de una solicitada publicada en los diarios entrerrianos en favor de la Lista 2.

(más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)