-Realidades I. Según informa el Helsingin Sanomat, la planta costará 830 millones de euros (1.100 millones de dólares) y será la mayor inversión directa finlandesa en el extranjero; es también la mayor inversión industrial de la historia del Uruguay. Pero no todo lo que reluce es oro. El director ejecutivo de Metsä-Botnia, Erkki Varis, confía en que la planta sea muy competitiva. En comparación con las fábricas de celulosa modernas de Finlandia, los costos de producción estimados serían alrededor de la mitad. La explicación de por qué acá los costos serán la mitad que en su país de origen radica en la suma de ventajas que esta empresa obtiene aquí y que no tiene en Finlandia. Por un lado está el tema de la mano de obra, ya que los salarios seguramente serán por lo menos la mitad que en Finlandia.

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-La defensa. Ser o no poder ser, es el dilema que pareciera presentarse a los vecinos de Gualeguaychú frente a los peligros que se agitan por la construcción de las plantas de celulosa en Fray Bentos, a la vera del río Uruguay. Las imágenes y comentarios que han llegado desde España y Finlandia mostrando las consecuencias que sobre el medio ambiente producen las plantas que los mismos grupos económicos pretenden instalar acá, amedrentan. Si la cosa es así no existen opciones alternativas. Con la comunidad movilizada triunfa la vida, con las plantas de celulosa la depredación sale triunfante. El empuje movilizador de los vecinos de Gualeguaychú no tiene fisuras. Sabiamente intuyen que las chances para revertir este salto al abandono depende de esa unidad que se ha construido. La Asamblea Ambiental había caracterizado como de “claudicación” el acuerdo firmado entre el canciller Rafael Bielsa por la Argentina y Reinaldo Gargano por el Uruguay. El acuerdo contempla la conformación de una comisión técnica que estudie el impacto ambiental de la instalación de las plantas. El carácter no vinculante del dictamen a que debería arribar dicha comisión encendió la mecha del disconformismo, y este, como era de esperar, rápidamente se propagó en el vecindario.

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-Realidades II. Hay cambios que por sutiles no dejan de ser importantes para la sociedad. No se reflejan directamente en los índices de pobreza pero sí en una convivencia y una calidad institucional distinta. El titular de la Cancillería Argentina llegó a Gualeguaychú decidido a exponer su conducta a sabiendas del temperamento adverso de los vecinos frente a lo actuado por la Cancillería. Cada uno de sus pasos y sus gestos era un reflejo de una persona sin dobleces dispuesta a escuchar y a defender lo suyo. Sonó convincente al señalar que por fuera del carácter no vinculante del dictamen de la comisión técnica acordado con el canciller uruguayo, si resultaba contrario a los intereses de las empresas, era muy difícil que el proyecto pueda continuar. Indudablemente el compromiso de Bielsa en la reunión de Gualeguaychú tiene un significado político concreto muy fuerte en tanto pone de manifiesto la decisión del gobierno nacional de comprometerse con esta reivindicación regional. No podría ser de otra manera. La Constitución Nacional deposita en el Estado Nacional las relaciones internacionales, y aquí se presenta un desafío acerca de cómo construir el Mercosur, pero también una flagrante violación al estatuto del río Uruguay. Naturalmente que el derecho público internacional otorga mecanismos a los cuales recurrir cuando se violenta, como en este caso, un acuerdo suscripto por la Argentina y el Uruguay, pero es claro también que es absolutamente más conducente que la política dé cuenta de los diferendos.

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-Valoraciones. Ante todo hay que deshacer la idea de claudicación del gobierno uruguayo y desarmar conatos e hipótesis de conflicto con un país con el que nos une desde el fondo de la historia nuestras mejores tradiciones. El Frente Amplio como agrupamiento siempre ha tomado con mucha seriedad estas cuestiones. Pero es evidente que sintió mucho el peso de la responsabilidad como para adoptar una decisión contraria a lo que representa la principal inversión en toda su historia. Tabaré Vázquez desde su bajo perfil apuesta a encontrar la vuelta exigiendo de las empresas la inversión necesaria para atenuar las consecuencias no deseadas. El tiempo hablará sobre las virtudes de la estrategia frenteamplista, pero se debe decir que huele mal.

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-Visiones. Se puede conjugar la defensa del medio ambiente con la lucha por el desarrollo y la integración binacional que necesariamente implica discutir un proyecto de industrialización profunda, por supuesto también, de la costa del río Uruguay. Y para ello resulta útil entender que estos proyectos que exportan industrias contaminantes como los que han encendido la polémica son parte de un imperialismo despiadado que sufrimos todos los países pobres y que no lo podemos permitir. Son imperialistas no sólo en un sentido estético, sino en un sentido económico estricto. Lenin definía al imperialismo como la forma en que el sistema mundial capitalista extrae riquezas del mundo colonial y semicolonial para aceitar los engranajes de la maquinaria social en las naciones de capitalismo saturado y maduro. Este imperialismo ambiental lo que hace es importar “renta ambiental” desde la periferia hacia el centro. Los grupos económicos que pretenden instalar las papeleras, lo que van a hacer -además de contaminarnos- es descargar sobre nosotros buena parte de sus costos de producción: por ejemplo, la que corresponde al tratamiento de los eventuales efectos negativos que tienen los efluentes sobre la salud y la reproducción de la población afectada. Los gastos en salud, saneamiento, etcétera, quedan a cargo “del conjunto de la comunidad”, y no entran en el balance empresarial.

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-Sosiegos. No era necesario escuchar discursos, el propio escenario tenía un signo contundente. Cuando el gobernador Busti se sentó al frente del conglomerado con asistencia perfecta de intendentes justicialistas, tuvo la convicción de que empezaba a ganar la partida. La apuesta fue fuerte, solo el cuerpito de Felipe Solá lo separaba del Presidente Kirchner en el Teatro Argentino de La Plata cuando la primera dama, Cristina Fernández, lanzó su campaña para senadora por la provincia de Buenos Aires formalizando de esa manera la confrontación con el ex Presidente Eduardo Duhalde. Esa foto desapercibida para el común de los entrerrianos fue lectura de cabecera sobre todo para los intendentes, conscientes que tienen dos años de gobierno con ese eje, Kirchner-Busti, arriba de sus cabezas. Más por su olfato que por sus convicciones el paso decidido de alinearse con Kirchner en la disputa abierta, hace que Busti fortalezca una conexión directa con la Casa Rosada. Ese dibujo político empezaba a tener insoslayables traducciones al interior de la provincia y la reunión con los intendentes era una prueba de ello. De todas maneras el aniversario de la muerte de Eva Perón le iba a deparar otras confirmaciones estimulantes. La respuesta a la convocatoria del acto en el Atlético Echagüe Club había animado a los organizadores a proponer una marcha desde la Plaza de Mayo hasta la sede del acto. Así se hizo y la apuesta tuvo su respuesta francamente favorable tanto que al otro día opiniones de contundente cuño no peronista coincidían en que había sido una movida ponderable.

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-Realidades 3. Sin dudas el escenario nacional abierto tras la oficialización de la puja entre el Presidente Kirchner y el hasta ahora hombre fuerte del justicialismo bonaerense, Eduardo Duhalde, ha alineado a Jorge Busti detrás del jefe de Estado y al peronismo entrerriano detrás del gobernador entrerriano. Busti por momentos se asemeja a esos goleadores pescadores, que no saben hacer otra cosa que merodear el área contraria para estar en el lugar preciso y en el momento justo para hacer el gol. No importa si es con el empeine o con la rodilla. Con Busti sucede algo parecido, cuando los desaciertos de una gestión de gobierno realmente pobre erosionan su popularidad, acierta en una apuesta política y vuelve a recrear expectativas. La relación con Kirchner le tamiza su relación con la sociedad. Varios intendentes que por momentos no ocultaban su impaciencia frente a la ignorancia oficial y que habían explorado caminos alternativos para una relación con Kirchner por fuera de las vías del gobernador, prestos vuelven sobre sus pasos dispuestos a trajinar en el entorno de la burocracia provincial una mejor atención de sus problemas. Era un color intenso de la nueva realidad el entusiasmo que cundía por salir presurosos a trabajar en los territorios, como les gusta decir, para que el esfuerzo se note tanto el 7 de agosto como en las elecciones de octubre. Cada uno de los intendentes se hace la idea que la relación futura con el gobernador y desde ahí con el Presidente, va a depender de cómo el esfuerzo se traduce en las urnas. Buena parte del transcurrir político pasa por estos andariveles de las internas y los alineamientos nacionales, pero hay otra parte que se refiere a la acción que el gobierno desarrolla que tiene que ver cómo se aporta para aliviar la dura realidad a la que se sienten sumergidas amplias capas de la sociedad entrerriana.

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