Jorge Riani
(desde Santa Elena)
Fue un hombre de confianza del actual intendente de Santa Elena, Domingo Daniel Rossi, pero hoy deambula en los territorios marginados del poder. Gerardo Hormaechea, ex concejal justicialista, ex secretario general del Sindicato de Empleados de Comercio, declaró en favor del presidente comunal en el caso por enriquecimiento ilícito. Reproduciendo un libreto bien aprendido, dijo que le prestó una imprecisa pero abultada cifra de dinero. El jueves 1º de junio deberá prestar declaración, esta vez ante la Cámara que juzgará a Rossi en Paraná, y allí dará su versión libre de aprietes, según le anticipó a ANALISIS. En una entrevista exclusiva, Hormaechea adelantó su declaración, contó cómo se valieron de un organismo del Estado provincial para obligarlo a declarar en favor del procesado intendente y reveló detalles escabrosos de las prácticas políticas del mandamás de uno de los pueblos más pobres de la Argentina. Lo que sigue es parte de la historia negra de Santa Elena, contada en primera persona.
A la hora establecida, en el lugar indicado, la radio a todo volumen denunciaba el clima de espera que se adivinaba varios metros antes de arribar al lugar. “Judío de mierda, si vos conociste el agua gracias al señor Rossi”, profería una lengua alquilada que se sumaba al larguísimo rosario de insultos contra el periodista Carlos Furman. Los parlantes amplificaban los improperios por toda la casa y retrasaban la entrevista con Gerardo Hormaechea. Si para algo servían las amenazas y los insultos que desprendía el aparato eléctrico era para graficar con dramática precisión el testimonio de quien -en esta entrevista- revela las prácticas inconfesables del actual intendente de Santa Elena.
Hormaechea se presentó ante el enviado de ANALISIS como “un arrepentido” después de haber sido “el número uno” del entorno de Rossi. El próximo jueves 1º de junio deberá ir a declarar en el juicio por enriquecimiento ilícito que tendrá al intendente santaelenense sentado en el banquillo de los acusados.
Su nombre se fundió al expediente luego de haber encarnado la coartada de Rossi, al decir que le prestó unos 70.000 dólares. Jura que mintió ante el juez de Instrucción y que la semana próxima se desdecirá ante los camaristas. “Si la Justicia lo determina, iré preso por haber mentido en un principio”, acepta este hombre que conoció los rasgos más íntimos del rostro del poder y que hoy vende matambre en la calle para sobrevivir. En Santa Elena, Gerardo Hormaechea es simplemente Lalo, un vecino que puede poner en jaque la estrategia defensiva del hombre fuerte de la ciudad.
A lo largo de la entrevista, Hormaechea habla de su antiguo jefe como “el señor”. El señor es quien no pudo justificar ante la Justicia la posesión de una fortuna en una de las ciudades más pobres de la Argentina, es quien exigió en una provocativa marcha a los vocales del Superior Tribunal de Justicia que lo desprocesen, es quien dará asueto administrativo en la Municipalidad el día en que comience el juicio en Paraná, es quien manda a apretar a los disidentes y compra voluntades con monedas públicas, es quien propició la entrega del frigorífico Santa Elena. Es Domingo Daniel Rossi: dos veces intendente de Santa Elena y ex vicegobernador en la primera gestión de Jorge Busti.
La coartada
“Yo soy la persona que figura como quien hizo el préstamo más abultado”, dice Hormaechea al comenzar la entrevista. Asegura que no conoce con exactitud cuál es la cifra del supuesto préstamo que figura en el expediente, pero recuerda que le hablaron de unos 70.000 dólares. “Nunca le di un peso” a Rossi, retruca pese a su declaración inicial.
–Hormaechea, usted tiene que ir a la Justicia a declarar, ¿qué va a decir?
–Vamos a entrar en la negativa. No podemos certificar con certeza cuánto es el dinero que figura, pero no hay nada de eso.
–¿Lo que usted quiere decir es que lo concreto y real es que nunca le prestó ni un peso a Rossi? ¿Que no hay posibilidad material de que así haya sido?
–Claro, claro. Ahí vamos con el tema.
–¿Y por qué, entonces, Rossi lo nombra a usted? ¿Qué vinculación tiene con él?
–Dentro del equipo yo era el número uno. Si éramos cinco, yo era el número uno. Éramos los que determinábamos y orquestábamos la campaña, los movimientos políticos, todo. Venía a ser como un vocero de él. A las seis de la mañana yo tenía que estar haciendo todas las cosas.
–¿Cuándo comenzó a vincularse con Rossi?
–En el primer mandato (municipal). Yo era gremialista: secretario general del gremio del Comercio, y me eligieron concejal; fui presidente del bloque.
–¿Cuándo supo que aparecía en el expediente judicial como prestamista de Rossi?
–Lo que pasa es que a eso lo hicimos conscientemente. Yo tenía una agencia (de tómbola), creo que en el año ‘87. Ahí justamente atendía a todos los compañeros que tenían problemas, y lo que no podía definir el señor, lo definía yo. Me mandaba con notas para que yo pusiera la plata. Ahí sufrimos un desgaste económico a nivel de agencia, justamente porque él lo estaba haciendo. A mí cuando me dieron la agencia… era prácticamente un ala política, ¿me entiende? Ahí fue cuando venían (a pedir) los vales. “Vos tenés que poner”, y yo les ponía. Hasta llegar a una cifra determinada en que quedé ahorcado. Y llegué con la promesa de él (Rossi) de que me iba a poner la plata. Me decía que no importaba, que yo pusiera, nomás, que al final me iba a devolver.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
